Avanza la construcción del Circunvalar Santa Fe, la obra que sacará el recorrido del ferrocarril de carga de la ciudad. Dialogamos con concejales y concejalas de nuestra ciudad y les preguntamos qué imaginan que puede hacer Santa Fe con las tierras de las vías ferroviarias que queden en desuso. Aquí, la opinión de Julio Garibaldi.
En busca de abrir un debate público ante un nuevo escenario que se aproxima, dialogamos con ocho concejales de nuestra ciudad y les hicimos las mismas dos preguntas: ¿Qué imaginás que puede hacer Santa Fe con las tierras de las vías ferroviarias que queden en desuso? Y, específicamente, ¿qué se puede hacer con el terraplén que separa a Santa Rosa de Lima, Villa del Parque y Villa Oculta del resto de la ciudad?
Julio Garibaldi - Frente Progresista
1) Es importante que esos terrenos sean patrimonio de la ciudad, de todos los santafesinos. Que esas decisiones no se tomen en un lugar cerrado sino que toda la ciudadanía sea parte. Nosotros impulsaríamos que sean dedicados a espacios públicos, con las mejores condiciones, con el mejor equipamiento urbano, con la mejor iluminación, como hemos hecho en Santa Fe con muchos otros espacios, que cuando se hacen bien la gente los ocupa, los cuida y los aprovecha. Pensando, primero, en los niños. Si pensamos primero en los niños, seguramente después lo puede usar toda la ciudadanía. Y seguir ampliando la traza de bicisendas, para conectar Santa Fe de norte a sur y de este a oeste.
2) Hoy ese terraplén funciona como un gran muro geográfico, que separa a Santa Rosa, Villa Oculta y Villa del Parque del resto de la ciudad. Nos parece fundamental eliminarlo. Cuando se corra toda la traza del actual ferrocarril por el Circunvalar y deje de pasar por dentro de la ciudad, nos parece importante reconvertir ese lugar. Cuando Miguel Lifschitz fue gobernador de la provincia propuso para ese lugar algo específico: refuncionalizando el ex Hospital Iturraspe, crear un distrito de la innovación y, particularmente, con ese terraplén, convertirlo en la “avenida sin fronteras”. Ese nombre no es casual, obedece a esta idea de integrar a la ciudad, de resignificar un espacio que se fue deteriorando y que quedó como la periferia. “Avenida sin fronteras” es una avenida con las mejores condiciones, con un plan de conectividad y movilidad para el transporte público de pasajeros, que permite integrar Santa Fe y brindarle los mejores servicios.
Sobre el Circunvalar
En septiembre de 2021 el gobierno provincial y el nacional anunciaron un acuerdo para construir una importante obra ferroviaria, con el objetivo de sacar el tren de carga que todavía atraviesa Santa Fe y Santo Tomé. El Circunvalar ferroviario se denominó al conjunto de trabajos que permitirán que el tren rodee la ciudad en lugar de atravesarla, evitando 61 pasos a nivel en medio de la traza urbana, reduciendo el viaje en ese tramo a un cuarto del tiempo y achicando los costos logísticos en un 30%.
La obra es pionera en todo el país. Nunca se hizo una circunvalación ferroviaria de estas características. Contempla la construcción de 15,5 kilómetros nuevos de vías y la modernización de otros 45 kilómetros. Se creará un nuevo puente ferroviario de 900 metros de largo sobre el río Salado y tres nuevos puentes vehiculares sobre las rutas provinciales 70, 11 y 4, para cruces a distinto nivel. También, se construirán 53 alcantarillas nuevas; se realizará el cerramiento para zona rural y urbana y la relocalización de la estación de bombeo de Santo Tomé, manteniéndose las cuatro bombas actuales y con el agregado de cuatro nuevas.
El anuncio no quedó en el aire. Con un presupuesto total estimado en tres mil millones de pesos, el 4 de mayo de este año se colocaron las primeras vías del Circunvalar. Según la ministra de Infraestructura de la provincia, Silvina Frana, los trabajos ya podrían estar terminados para junio de 2023, “si no hay complicaciones extraordinarias”.
El proyecto consiste en hacer una traza ferroviaria que desde Laguna Paiva vaya hacia Nelson, al oeste, para luego, en un recorrido nuevo, bajar hasta Empalme San Carlos y, desde allí, a Santo Tomé.
Para la ciudad de Santa Fe, eso significa que se libera de tránsito ferroviario de carga la vía del Belgrano que ingresa paralela a la avenida General Paz y luego la cruza, para después girar al oeste, transcurrir en el límite norte de barrio Candioti, adentrarse en barrio Mariano Comas para pasar por detrás del Club Unión, elevarse y partir la ciudad con el terraplén que divide a Villa del Parque, Villa Oculta y Santa Rosa de Lima y luego salir hacia el oeste y cruzar el Salado, hacia Santo Tomé.
Es un montón de tierra urbana que queda libre. Es tierra nacional, bajo el dominio de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, que puede cederla a los municipios a través de diversos mecanismos.
La oportunidad para la ciudad es significativa. Representa un desafío de gestión pública, participación social e imaginación urbanística. Los antecedentes son variopintos: está el Parque Federal y su Procrear, y también está la venta de los terrenos de la Terminal de Ómnibus a las inmobiliarias locales o el tren urbano, una buena idea muy mal ejecutada, con un costo millonario para el municipio. Está el barrio La Carbonilla, crecido apenas empieza la Estación Belgrano y está el Centro Cultural y Social El Birri, en la Mitre.
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