El retroceso respecto al histórico fallo implica que ya no existe protección constitucional para el derecho al aborto en ese país.
El máximo tribunal de Estados Unidos revirtió este viernes el fallo Roe Vs. Wade, que garantizó el derecho constitucional al aborto en ese país desde 1973. La medida fue posible gracias a los jueces conservadores que el mediático Donald Trump nombró en su paso por la Casa Blanca. Se unieron a Samuel Alito -autor del borrador que se filtró en mayo- los jueces Clarence Thomas, Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. Los tres últimos fueron designados por Trump.
En el futuro, los derechos de aborto serán determinados por los estados. Se espera que el paso conduzca a la prohibición del aborto en aproximadamente la mitad de ellos. Tras conocerse la sentencia, Misuri y Texas ya adelantaron que la práctica es ilegal en esos territorios.
Los jueces Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan —la reducida ala liberal de la corte— disintieron. “Con dolor —por esta Corte, pero aún más por muchos millones de mujeres estadounidenses que han perdido hoy una protección constitucional fundamental— nosotros disentimos”, escribieron. El presidente de la Corte, el conservador John Robert, votó de forma no concurrente.
En un intento de argumentar por qué Estados Unidos ya no goza del derecho constitucional al aborto, el juez Alito escribió en su voto que el derecho al aborto no está “profundamente arraigado en la historia y la tradición de esta nación” y era “totalmente desconocido en la ley estadounidense... hasta la última parte del siglo XX”, algo que también se aplica a los derechos LGBT+, que fueron establecidos en el país aún después que el derecho al aborto.
Alito considera que el mismo razonamiento no se aplicaría a otros fallos sobre “relaciones sexuales íntimas, anticoncepción y matrimonio” porque el derecho al aborto es “fundamentalmente diferente” en el sentido de que “destruye” la vida.
Desde fines de 2021, en decenas de Estados gobernados por republicanos se presentaron leyes para eliminar el acceso al aborto en la mayoría de los casos y criminalizar la atención del aborto al convertir en un delito grave el trabajo de las clínicas que atiendan a mujeres que vayan a abortar.
Por otra parte, cuatro estados y Washington D.C. codificaron el derecho al acceso al aborto (lo convirtieron en ley), mientras que doce estados permiten explícitamente la atención del aborto, según la organización de investigación reproductiva, el Instituto Guttmacher.
El fallo de hoy se produjo más de un mes después de la sorprendente filtración de un borrador de opinión del juez Samuel Alito que indicaba que el tribunal estaba preparado para dar este paso trascendental.
La cuestión del aborto es clave para el gobierno de Joe Biden, quien se había comprometido durante la campaña electoral a codificar ese derecho. Es decir, a convertirlo en ley. “Roe vs Wade es la ley del país, y debemos luchar contra todos y cada uno de los intentos de anularla. Como presidente, convertiré Roe en una ley y me aseguraré de que esta opción permanezca entre una mujer y su médico”, había dicho Biden en un tuit de 2019.
El miércoles pasado, el presidente demócrata se había pronunciado en favor de este derecho. “Primero, mi administración argumentó fuertemente ante la Corte en defensa de Roe vs Wade. Dijimos que Roe se basa en una larga línea de precedentes que reconocen el concepto de libertad personal de la Decimocuarta Enmienda... contra la interferencia del gobierno en decisiones intensamente personales”. La cláusula del debido proceso de la Cuarta Enmienda (que alude al derecho a la intimidad frente al poder estatal) fue el sustento del fallo Roe vs. Wade.
“Creo que el derecho de la mujer a elegir es fundamental, Roe ha sido la ley del país durante casi 50 años, y la equidad básica y la estabilidad de nuestra ley exige que no se anule”, dijo el mandatario.
Por su parte, la demócrata Hilary Clinton advirtió que, sin que el aborto esté protegido como un derecho constitucional, “algunos estados prohibirán el aborto incluso en casos de violación e incesto, enjuiciarán a las mujeres que viajen a estados donde es legal el procedimiento, y ese estado (y esto es difícil incluso hablarlo) solo permitiría el aborto para las víctimas de violación si obtienen el consentimiento de su violador”.
El fallo Roe data de enero de 1973, cuando la texana Jane Roe demandó al Estado por impedirle acceder al derecho a una interrupción del embarazo. Entonces, el fallo que habilitó constitucionalmente el aborto fue aprobado por siete votos contra dos; cinco de ellos eran jueces republicanos. Mientras que en ese entonces gobernaba Richard Nixon, en los últimos años -lobby de por medio- los presidentes republicanos prometieron seleccionar nuevos jueces que anularan Roe vs. Wade.
Con la ayuda del líder republicano del Senado, Mitch McConnell, el presidente Trump nombró a tres nuevos jueces que marcaron la diferencia. La muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg en 2020 despejó el camino para que McConnell y su mayoría republicana confirmaran a la jueza Amy Coney Barrett, una semana antes de que Trump fuera derrotado en las elecciones de noviembre. Su voto resultó crucial para el resultado de esta jornada.