Mercedes Benedetti: "Si los terraplenes no cumplen su función específica, deben sacarse"

Avanza la construcción del Circunvalar Santa Fe, la obra que sacará el recorrido del ferrocarril de carga de la ciudad. Dialogamos con concejales y concejalas de nuestra ciudad y les preguntamos qué imaginan que puede hacer Santa Fe con las tierras de las vías ferroviarias que queden en desuso. Aquí, la opinión de Mercedes Benedetti.

En busca de abrir un debate público ante un nuevo escenario que se aproxima, dialogamos con ocho concejales de nuestra ciudad y les hicimos las mismas dos preguntas: ¿Qué imaginás que puede hacer Santa Fe con las tierras de las vías ferroviarias que queden en desuso? Y, específicamente, ¿qué se puede hacer con el terraplén que separa a Santa Rosa de Lima, Villa del Parque y Villa Oculta del resto de la ciudad?

Mercedes Benedetti - Frente Progresista

1) No hay una sola respuesta. Depende de cómo pueda usarse. Pueden darse soluciones habitacionales, tan importantes en este momento por el déficit que tenemos, o para espacios públicos, de encuentro. Es necesario que cada barrio cuente con estos espacios. O para formar parte de un sistema de movilidad que nos permite adaptarnos y ver, de una manera múltiple, todas las maneras de movilizarnos que tenemos los santafesinos y las santafesinas de norte a sur y de este a oeste.

2) Creo que los terraplenes, cuando no cumplen su función específica de proteger a los barrios de las inundaciones, por ejemplo, no tienen sentido. Sólo logran separar a las sociedades, a los vecinos de la ciudad del resto de los vecinos. En caso de que no cumplan su función específica, considero que deben sacarse.

Sobre el Circunvalar

En septiembre de 2021 el gobierno provincial y el nacional anunciaron un acuerdo para construir una importante obra ferroviaria, con el objetivo de sacar el tren de carga que todavía atraviesa Santa Fe y Santo Tomé. El Circunvalar ferroviario se denominó al conjunto de trabajos que permitirán que el tren rodee la ciudad en lugar de atravesarla, evitando 61 pasos a nivel en medio de la traza urbana, reduciendo el viaje en ese tramo a un cuarto del tiempo y achicando los costos logísticos en un 30%.

La obra es pionera en todo el país. Nunca se hizo una circunvalación ferroviaria de estas características. Contempla la construcción de 15,5 kilómetros nuevos de vías y la modernización de otros 45 kilómetros. Se creará un nuevo puente ferroviario de 900 metros de largo sobre el río Salado y tres nuevos puentes vehiculares sobre las rutas provinciales 70, 11 y 4, para cruces a distinto nivel. También, se construirán 53 alcantarillas nuevas; se realizará el cerramiento para zona rural y urbana y la relocalización de la estación de bombeo de Santo Tomé, manteniéndose las cuatro bombas actuales y con el agregado de cuatro nuevas.

El anuncio no quedó en el aire. Con un presupuesto total estimado en tres mil millones de pesos, el 4 de mayo de este año se colocaron las primeras vías del Circunvalar. Según la ministra de Infraestructura de la provincia, Silvina Frana, los trabajos ya podrían estar terminados para junio de 2023, “si no hay complicaciones extraordinarias”.

El proyecto consiste en hacer una traza ferroviaria que desde Laguna Paiva vaya hacia Nelson, al oeste, para luego, en un recorrido nuevo, bajar hasta Empalme San Carlos y, desde allí, a Santo Tomé.

Para la ciudad de Santa Fe, eso significa que se libera de tránsito ferroviario de carga la vía del Belgrano que ingresa paralela a la avenida General Paz y luego la cruza, para después girar al oeste, transcurrir en el límite norte de barrio Candioti, adentrarse en barrio Mariano Comas para pasar por detrás del Club Unión, elevarse y partir la ciudad con el terraplén que divide a Villa del Parque, Villa Oculta y Santa Rosa de Lima y luego salir hacia el oeste y cruzar el Salado, hacia Santo Tomé.

Es un montón de tierra urbana que queda libre. Es tierra nacional, bajo el dominio de la Agencia de Administración de Bienes del Estado, que puede cederla a los municipios a través de diversos mecanismos.

La oportunidad para la ciudad es significativa. Representa un desafío de gestión pública, participación social e imaginación urbanística. Los antecedentes son variopintos: está el Parque Federal y su Procrear, y también está la venta de los terrenos de la Terminal de Ómnibus a las inmobiliarias locales o el tren urbano, una buena idea muy mal ejecutada, con un costo millonario para el municipio. Está el barrio La Carbonilla, crecido apenas empieza la Estación Belgrano y está el Centro Cultural y Social El Birri, en la Mitre.

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