En su exposición en la LX Cumbre de Jefes de Estado del bloque regional en Paraguay, el presidente argentino destacó la necesidad de “hacer mucho más fuerte al Mercosur”, en el contexto mundial de guerra donde la producción de alimentos y de energía son recursos estrátegicos.
"Tenemos el imperativo moral de ponernos de acuerdo para producir los alimentos que el resto del mundo necesita”, afirmó el presidente al exponer en la sesión plenaria de la LX Cumbre de Jefes de Estado del bloque regional y Estados Asociados, en el Centro de Convenciones de la Conmebol, de la ciudad paraguaya de Luque. Fernández señaló a sus pares del bloque que la región tiene "por delante una oportunidad formidable y única para ir en socorro del mundo hambriento, si es que sabemos ponernos de acuerdo para aprovecharla”.
El mandatario aseguró que “unidos somos más fuertes” e instó a sus pares a concentrarse en “ver cómo mancomunamos esfuerzos en un mundo que ha entrado en guerra. En este escenario tan difícil que nos toca enfrentar lo único que les pido a todos es que no nos ilusione la idea de buscar soluciones individuales, porque son de corto aliento”.
Asimismo, remarcó que "estamos caminando todos en la cornisa y yo no quiero que ninguno se caiga: quiero que sigamos transitando juntos esta etapa y que la superemos juntos”. Fernández resaltó que los países de la región son “enormes productores de alimentos” y pueden “ser, además, grandes proveedores de energía”, por ello llamó a “fundar otro Mercosur que nos haga trabajar juntos y en el que nos prestemos la potencia que tenemos para que todos seamos más potentes”.
“Tenemos la enorme suerte de que América Latina es una zona de paz, es un continente sin vocación de guerra, y eso es una gran ventaja en el tiempo que vivimos”, formuló el presidente, y advirtió que “en el norte vuelan balas pero en el sur vuela el hambre, y eso es lo que no podemos seguir permitiendo”.
En ese sentido agrego que “lo que ocurre en cualquier latitud del mundo repercute inexorablemente sobre todas las regiones” y “el hemisferio sur es la principal víctima” de las consecuencias de la guerra. “Éticamente tenemos el imperativo moral de ponernos de acuerdo para producir los alimentos que el resto del mundo necesita. Todos debemos querer un continente más justo, más equilibrado e igualitario y que interactúe con otra inteligencia, donde podamos hablar mucho más y tomar decisiones en conjunto porque el mundo que se viene es el mundo de las regiones, no de los países, y por eso debemos hacer mucho más fuerte a nuestra región y al Mercosur”, añadió.
“América Latina y el Caribe deben estar unidas de una vez y para siempre porque el mundo geopolíticamente ha cambiado y nadie se salva solo”, expresó el Presidente argentino, y propuso avanzar en un proceso conjunto para “eliminar las asimetrías” que mantienen los países del bloque.
“Estamos en un continente que tiene lo que el mundo busca para el mañana, y si no nos damos cuenta que tenemos que estar más unidos que nunca, vamos a cometer el peor de los errores”, concluyó.
Luego de las exposiciones de los mandatarios, se realizó la ceremonia de traspaso de la Presidencia Pro Témpore a la República Oriental del Uruguay. Formaron parte de la comitiva argentina la primera dama, Fabiola Yáñez; el canciller, Santiago Cafiero; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; y los embajadores argentinos ante la República del Paraguay, Domingo Peppo; y ante la República Oriental del Uruguay, Alberto Iribarne.
Además de los miembros plenos del bloque regional (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), participaron representantes del Estado Plurinacional de Bolivia; de la República de Chile; de Colombia; de la República del Ecuador; de la República Cooperativa de Guyana; de la República de Perú y de Surinam. Y también asistieron el secretario general de la ALADI, Sergio Abreu; y el presidente ejecutivo de FONPLATA, Juan Notaro Fraga.