En cualquier cancha juegan de local

Reunimos a la hinchada argentina para alentar a la Selección en la Copa América.

Juega la Selección y no lo pasan en ningún canal. Ni ESPN, ni TyC Sports. La Televisión Pública o DeporTV, uno de esos seguro que sí, ¿no? No. La Selección Argentina debutó contra Brasil por la Copa América Femenina Colombia 2022 y la única transmisión oficial fue por DirecTV, por lo que casi no quedó otra que verlo fuera de casa. El equipo de La Diez se hizo cargo de ese vacío: convocó a su público y proyectó en pantalla gigante el clásico más importante de América.

Con la bienvenida de la barra y la cocina del Solar de las Artes, el centro político-cultural del Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop), las mesas se ocuparon todas y se golpearon cual bombo cada vez que nació el canto de “vamos, vamos las pibas”. También cuando Estefanía Banini entró a la cancha, a los 18' del segundo tiempo.

Los porrones y las picadas hicieron su magia calmando la ansiedad y ayudaron a pasar cada uno de los cuatro goles en contra. Eso no importó, la alegría de juntarse en una noche patria con ropa de Argentina se justificó por sí sola y más si hubo un bolo rodando.

Y es así, la albiceleste tira. La pasión por la Selección es única, sea la femenina o la masculina, la mayor o la sub 15. Alentar por cualquier atleta de Argentina es un acto constitutivo de cualquier fanático del deporte. “Admito que me pongo más nerviosa con la Selección masculina, pero la femenina tiene otro gustito, además esa cosa de siempre pelear contra las complicaciones y las ganas de siempre mejorar es algo que compartimos con las chicas de Unión”, le dijo a Pausa Érica González, una de las históricas del plantel tatengue, que se acercó a ver el partido horas después de haber ganado la final de Liga Santafesina.

“Estamos fusiladas, pero teníamos el compromiso de venir porque estos encuentros son importantes para que el fútbol femenino siga creciendo, lo entendemos muy bien porque con Unión tenemos hace mucho la ilusión de pegar el salto de Liga Santafesina a Primera A, pero desde el lugar que nos toque intentaremos hacer siempre lo mejor”, agregó Mara Domínguez, la número 10 y capitana tatenga.

A pesar de esto todavía se habla mucho sobre el presunto desinterés del público por el fútbol femenino. En concreto, los números dicen lo contrario: en noviembre de 2018 más de 11 mil personas alentaron por Argentina en la cancha de Arsenal de Sarandí (el partido fue nada menos que un repechaje mundialista). El número no es bajo si se tiene en cuenta que la división femenina todavía era amateur; con más consideración por parte de los sectores públicos y privados, por ejemplo, la Eurocopa de Inglaterra vendió 500 mil entradas antes de empezar. Interés sobra, lo que falta es el apoyo.

Suerte que hay ley…

Desde el 11 de octubre de 2000 las transmisiones televisivas de la Selección Argentina de Fútbol están contempladas y normadas dentro de la ley 25.342. En la letra se arbitran algunas cuestiones que el Gobierno está incumpliendo al ignorar sus obligaciones en ocasión de estas participaciones oficiales del equipo. En contraste, los 64 partidos del Mundial de Qatar (no solo los de nuestra Selección) se podrán ver por canales públicos y, con esa lógica, más vale ver al 4 de Senegal que a la 10 de Argentina.

En el primer artículo de la ley se aclara cuál es el rol de la Asociación del Fútbol Argentino: “Deberán comercializar esos derechos de modo tal que se garantice la transmisión en directo de dichos encuentros a todo el territorio nacional”. El artículo 2 establece que los partidos deberán formar parte de la grilla de una emisora de televisión abierta por localidad y aclara que si la televisión abierta no llega al lugar, los encuentros deberán poder verse en un circuito cerrado de televisión comunitaria. Esta última, con transmisión autogestionada, fue la forma en la que se vio en Santa Fe el debut argentino, el sábado 9 de julio, en El Solar de las Artes.

Hacia el final de la normativa de Transmisión Televisiva de Partidos de la Selección Argentina de Fútbol, se explicita que “la Secretaría de Cultura y Comunicación de la Nación y el Comité Federal de Radiodifusión adoptarán las medidas conducentes a fin de que se garantice el efectivo cumplimiento de lo dispuesto en la presente ley”.

¿Es imaginable que un partido de la Copa América no se transmita en ningún canal? Ya sea porque la competencia les tomó por sorpresa o por falta de voluntad política, lo cierto es que tanto la hinchada como la propia Selección Femenina no gozan de los derechos que les corresponden ni tampoco perciben los incentivos que sus colegas varones, que las superan por casi 10 a 1: los premios por campeonar las últimas ediciones del mismo torneo fueron, en dólares, de diez millones contra un millón y medio.

El ninguneo contra el equipo nacional femenino es histórico. A su primera cita mundialista (México, 1971) las jugadoras viajaron prácticamente con lo puesto, ni siquiera tenían botines. Durante los siguientes 50 años la cosa se mantuvo inamovible: heredando ropa usada de los varones, viendo cómo las marcas preferían presentar la indumentaria con modelos y no con las futbolistas, concentraciones en colectivos porque los viáticos, que en 2017 alcanzaban la ostentosa suma de 150 pesos argentinos, ni siquiera se pagaban a término.

“Tuve problemas con el presidente de la AFA porque jugaba tanto al fútbol de 11 como al futsal y me dijeron que era poco ético. Pero yo necesitaba dos viáticos para vivir”, contó en 2018 Florencia Quiñones, ex jugadora de San Lorenzo, Barcelona, Boca y la Selección.

En marzo de 2019, finalmente, llegó el comienzo de la profesionalización con la confirmación de Chiqui Tapia y el anuncio de que la AFA aportaría a los clubes de la Primera A Femenina el dinero de ocho contratos básicos, equivalentes a los de la Primera C Masculina.

Puños arriba, parce

En el partido inaugural de la Copa América de Colombia, el 8 de julio, fueron las propias anfitrionas las que, con los puños en alto durante la entonación de su himno, reclamaron a su federación mayor igualdad en la repartición de premios y la realización de un torneo profesional de fútbol femenino en el segundo semestre de 2022. “Hoy nos unimos por el cambio. Aunque nos faltan garantías, nos sobra amor a esta camiseta”, expresaron las parceras del plantel colombiano.

Así, contra las injusticias ya enumeradas y cometidas por gobiernos, marcas de ropa y por algún sector del periodismo, el fútbol femenino todavía es un ámbito de resistencia y una herramienta de formación y de expresión popular. Acostumbrada a tener que remontar los resultados, la hinchada argentina retoma esto para alimentar su fuego sagrado, tal como en la gala del Día de la Independencia en El Solar.

En el desarrollo Argentina hizo un buen partido a pesar de la derrota en el resultado final, en donde Brasil marcó una diferencia acorde a su status de selección top. Para ilustrar la diferencia de la verdeamarela respecto a las demás selecciones de CONMEBOL se podría destacar que ganó ocho de las siete ediciones anteriores de la Copa América. ¿Quién ganó la restante? Argentina, en Mar del Plata en 2006.

De aquel plantel campeón, todavía se mantiene la actual capitana, la arquera Vanina Correa, que además es la vicepresidenta de la Confederación Argentina de Deportes. Desde esa doble perspectiva, reconoce, sobre el fútbol femenino, que en el país “falta un trabajo de años para que sea un fútbol profesional como el de otros países. Los clubes no están preparados para tener categorías de femenino, no tienen el espacio ni el lugar, no tienen la economía para mantenerlo”, dijo en estos días en una entrevista a Clarín.

En pleno recambio generacional de jugadoras y con un cuerpo técnico dando sus primeras pruebas, esta Selección tiene la confianza recargada para llegar entre las tres primeras y clasificar a su segundo mundial al hilo: Australia-Nueva Zelanda 2023. En el instante del pitazo final, este equipo demostrará que vale más que lo que le dan. Será con sacrificio y con fútbol, como ya lo supieron conseguir.

 

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