"La cura, memorias invertidas" hace función en El Birri

Foto: Mauricio Centurión

Este viernes 29 de julio habrá una función a la gorra de "La cura, memorias invertidas" en la Sala Popular de Teatro del Centro Cultural y Social El Birri. De y con Gastón Onetto, la puesta pone tragedia, comedia e interdisciplina en escena.

La función será a las 20.30, mientras que la apertura y el servicio de buffet y barra comenzarán a las 20. La capacidad de la sala ubicada en el espacio cultural de General López 3698 es limitada, y se pide llegar con puntualidad.

La obra, comparte Gastón Onetto, "narra las memorias de la marica que pude ser. Así de cierto, como potencial y como acabada realidad. Una es lo que pudo, lo que quiso dentro de lo que pudo, lo que pudo querer dentro de lo que quiso. Y aquí estamos intentando sernos, mientras venimos siéndolo".

Sobre el escenario, adelanta la sinopsis, veremos cómo la criatura "lucha interiormente por dejar salir a su marica asediada por la oscuridad de la edad media internalizada que cada une de nosotres lleva dentro. Los mandatos, la norma, la religión, las terapias de reparación, son puestas sobre el tapete para visibilizar el biopoder que rige sobre nuestras cuerpas y las posibilidades de ser con mayor libertad".

Una historia contada con sombras, luces y baile

 

Onetto es el creador e intérprete de la obra, que nació a partir de su vivencia perosonal de haber sobrevivido a las llamadas ECOSIG: Esfuerzos por cambiar la Orientación Sexual y/o la Identidad de Género. Las mal llamadas -porque no hay nada que deba ser curado- terapias de conversión.

El equipo se completa con Nati Fessia y Viviana Quaranta, las codirectoras junto a Gastón; Antonio Rocha, codirector en danza; Ariel Constanzo como creador de la poética visual; Vicky Barr y Edu Figueroa como productores musicales; Lautaro García Fontana, de TORA, en el vestuario, parte fundamental de la puesta, y Carolina Tacca está encargada del audiovisual.

A su vez, Viviana Quaranta asistió a Onetto en la dramaturgia; Nati Fessia hizo su parte en el proceso de construcción de los personajes y es la diseñadora gráfica y el elenco agradece, entre otras, la colaboración de Mariana Mosset y Mauricio Centurión.

La obra está diseñada desde el cruce de disciplinas, cruzando paisajes visuales, sonoros y escénicos. Lo tragicómico, como sus hacedores dicen, están condensadas en un mismo personaje que tiene dos dimensiones, construido con técnicas actorales, del clown, del vestuario, el movimiento y la música. Mitad el Monje, mitad La Marique. Hay momentos de juego con el público y hay otros en los que la cuarta pared se levanta para que en el escenario haya, según la escena, fiesta, culpa o confesión.

 

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