Se trata de Eduardo Lance, Delsis Malacalza y Luis del Valle Arce, responsables del Batallón de Aviación 601 con sede en Campo de Mayo, y el multicondenado Santiago Omar Riveros, comandante de Institutos Militares. Además el TOF 2 le ordena a Clarín readecuar una nota de 1977 donde presentaban a dos niños como "abandonados" cuando habían sido secuestrados con sus padres.
A 46 años del comienzo de la dictadura cívico-eclesiástica-militar, los juicios para encontrar y condenar a los culpables de esa época nefasta continúan. Este lunes, por primera vez, un tribunal oral dictó sentencia a quienes estuvieron a cargo de la última etapa de la desaparición de personas en la principal guarnición militar de la Argentina: "los vuelos de la muerte" que partían desde el Batallón de Aviación 601 con sede en Campo de Mayo.
El Tribunal Oral Federal 2 de San Martín condenó este lunes a prisión perpetua a tres integrantes del Batallón: Luis del Valle Arce, Delsis Ángel Malacalza y Eduardo Lance, y al excomandante de Institutos Militares, Santiago Omar Riveros -esta es su décimosexta sentencia a prisión perpetua por haber tenido bajo su órbita de influencia todo lo que sucedía en Campo de Mayo-. Todos irán a cárcel común, excepto Riveros, si los estudios médicos confirman que están en condiciones.
Según consigna la periodista especializada Luciana Bertoia (Página/12), el fallo marca un hito al dar por acreditada la existencia de los vuelos de la muerte en Campo de Mayo como mecanismo de exterminio instrumentado por el Ejército durante la dictadura.
El juicio estuvo centrado en lo sucedido con cuatro personas que estuvieron secuestradas en el Campito, uno de los centros clandestinos que funcionó dentro de la guarnición del Ejército, y cuyos cuerpos aparecieron en las costas argentinas. Esos fueron los casos de los estudiantes secundarios Juan Carlos Rosace y Adrián Accrescinbeni –secuestrados el 5 de noviembre de 1976–, de Roberto Aracibia –el militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) raptado el 11 de mayo de 1977 mientras estaba en su casa con su compañera y con sus dos hijitos– y de Rosa Eugenia Novillo Corvalán, secuestrada entre octubre y noviembre de 1976.
En la sentencia, el TOF 2 también le ordena al Grupo Clarín que readecúe una nota publicada el 24 de noviembre 1977, títulada "Buscan a dos niños de familiares abandonados", que hacía referencia a los hijes de Roberto Arancibia, a quienes presentaron como niños abandonados cuando, en realidad, habían sido secuestrados con sus padres.