Este fin de semana, en Rosario se celebra la 11° edición de la Convención Internacional de Historietas. Aprovechamos para hablar con los editores de Yerba y Grünendör, dos proyectos independientes santafesinos dedicados a la historieta.
Desde ayer y hasta el domingo 14 de agosto se celebra en Rosario la 11° Convención Internacional de Historietas Crack Bang Boom (CBB). Con el eje puesto en la historieta, el encuentro convoca también a amantes, lectores y hacedores del cosplay y el fanzine.
La CBB crece año a año y se consolida como un evento insignia de la historieta en el país, con reconocimiento en todo el mundo. En su primera edición en 2010 tuvo 5 mil asistentes y 5 años después, en 2015, llegó a los 36.000. Más allá de expresar una mirada curatorial, se trata de una convención en la que la historieta argentina se piensa a sí misma, con mesas y actividades atravesadas por la perspectiva de género; la crisis ambiental; las problemáticas de inserción laboral; el presente editorial; las tradiciones, fusiones e innovaciones entre los géneros artísticos y, este año, la reflexión sobre cómo afectó la pandemia a las trayectorias profesionales y las nuevas obras.
Desde su temática, la edición 2022 aborda la Conciencia Social por los humedales. Este viernes 12 a las 18.30, apenas unos días después de que Rosario haya vuelto a amanecer cubierta de cenizas, la programación invita a una charla con Jorgelina Hiba (periodista ambiental) junto a César Massi (naturalista y miembro de la Red Nacional de Humedales) y Graciela Klekailo, (docente e investigadora en la facultad de Ciencias Agrarias de la UNR) sobre los humedales como parte del paisaje cultural, histórico y ecológico de la región.
En la misma grilla habrá presentaciones libros y editoriales; el espacio Cazando proyectos, de presentación e intercambio de proyectos con el editor invitado de la edición, Leonardo Raveggi; talleres de dibujo y para editores; visitas guiadas por la muestra Nosotras contamos: Un recorrido por la obra de autoras de Historieta y Humor Gráfico de ayer y hoy; proyecciones gratuitas y muchas otras actividades.
Desde Bianfa a las quemas
Antes de que arranque la Convención, Pausa aprovechó para conversar con los editores de Yerba Ediciones y de Grünendör Ediciones, dos proyectos independientes santafesinos dedicados a la historieta.
Empezamos por preguntarles cómo conocieron la historieta y no casualmente, Gastón Zuñiga (Gaz), coeditor de Yerba junto a Gonzalo R. Vega, responde recordando la serie de Ecofigus creadas por Bianfa, el humorista gráfico santafesino fallecido en 2007. Fueron las primeras figuritas dedicadas a divulgar la ecología en el país, que “convivían en los recreos con las de Dragon Ball”, recuerda Gaz.
“Una vez que uno descubre el lenguaje, leyendo mucho y variado, se destraban otras maneras de contar historias y un abanico de posibilidades ilimitadas. También me es un lugar cómodo, me gusta decir, para marginados. Recordemos que hasta hace unas décadas se le denominaba la hija bastarda de la literatura, nunca es tomada en serio. Después se la apropiaron esnobs pseudo intelectuales llamándola novela gráfica, un problema de tecnicismos estrictamente norteamericano, porque lo nuestro es ‘Historieta’, y si quieren, Oesterheld- Solano inventaron la novela gráfica con El Eternauta. Creo que encontré ese lugar para contar mis historias, porque no lo encuentro en ningún otro campo artístico”, completa el editor.
Yerba nació como sello editorial en 2017, como unión de dos fanzines que se hermanaron con el tiempo, uno con el mismo nombre que la editorial y Big Bang. Mezcla lo artesanal con las tecnologías de impresión para desplegar un catálogo que reúne fanzine, humor, álbumes de figuritas, historieta, ilustración y más.
“La manera artesanal nos permite llegar a formatos más interesantes, que proponen otras formas de leer que las del del libro común”, señala Gonzalo R. Vega, el otro editor del sello. La última publicación tiene que ver con esa experimentación: Post-moderno, de Gaz, reúne viñetas en papeles de colores con formato de post it, que se pueden arrancar para regalar o bien conservar como objeto. Los chistes son una selección de más de 500 publicaciones del artista en su cuenta de instagram @gazzuniga y, como los distintos colores de post it, hay humor negro (mucho), blanco, verde, rosa, e incluso amarillo. A través de las páginas se mezclan temas del contexto social y político como las formas de comunicarse en las redes sociales, los machirulos, la pandemia, el arte y la política, con escenas y personas de Santa Fe.
Yerba ya participó de la CBB en 2019 y en 2018, cuando presentó el libro recopilatorio del fanzine Big Bang. “Nos puso muy contentos porque no es algo común presentar junto a grandes libros en lo que a mi punto de vista es el evento más importante de historieta a nivel país, más que la Comic Con que es importada de Estados Unidos”, recuerda Vega.
Este año van a participar de la Carpa de fanzines, donde, según dicen, está el agite. “Queremos posicionar las últimas producciones, sobre todo ‘Post moderno’, por fuera de Santa Fe, y para eso la CBB es un lugar para generar nuevos lazos y fortalecer los ya existentes, para intercambiar experiencias y producciones, sobre todo en torno a la materialización y la distribución. Son lazos que generan amistades y lazos entre los proyectos”, afirma Vega.
Historias de monstruos
Por su parte, Grünendör surgió en mayo de 2012, a partir de un concurso sobre fantasía heroica de la Crack Bang Boom. En sus diez años de vida, creó un catálogo de 15 títulos, entre libros y revistas, con la premisa de publicar historietistas e ilustradores de la región. Entre ellos están las tres ediciones de Sobrelitoral, una antología de historietas sobre monstruos, fantasmas y seres sobrenaturales de la región.
José Moscovich, uno de los editores del sello junto a Hernán Sabaté y Mario Russo, explica que tuvieron “la suerte de que el tipo de historieta que nos gusta hacer resultó funcional para obtener incentivos económicos, porque nos gusta contar historias de monstruos de acá. En mi visión, toda la literatura que consumo está plagada de seres europeos, trolls, hadas, gnomos, elfos. Con la cantidad de bichos que tenemos acá, como La Llorona o la Luz mala, ¿por qué siempre contar historias sobre los mismos? Resulta que eso es una buena estrategia, porque de alguna manera estamos representando la región ante el mundo”.
José se declara amante de la literatura primero y de la historieta después. “No sé si tengo influencias, pero de tenerlas, me gustaría que sean Ana María Shua, Horacio Quiroga, Roald Dahl, Lepoldo Lugones, Stephen King, Jack London, gente que escribe sobre el género fantástico y sobre cosas extrañas y -salvo King que da sus vueltas- todos van directamente a los bifes”.
Esa síntesis narrativa, señala, es lo que lo atrae para aplicar en los guiones de historieta que escribe, primero a modo de relatos o cuentos. Después “hay un montón de superficialidades y detalles que quedan a interpretación del dibujante, y es maravilloso que se pueda hacer una cosa con un texto y el dibujante genere otra cosa totalmente distinta, desde la apariencia de los personajes o la velocidad de las situaciones”, destaca sobre el trabajo en dupla.
Si de un lado de la autogestión están las dificultades que trae la falta de estructura a la hora de la planificación, producción y distribución, del otro está la independencia y el placer. “Como todos, dependemos mucho de las ferias y de los estímulos y financiamientos para la cultura. Cada uno de nosotros tiene su oficio y esto lo hacemos solamente por placer, porque nos encanta: a veces no da un rédito económico, pero eso no nos detiene, y cuando lo hay, lo invertimos en nuevas publicaciones”, afirma José en ese sentido.
Al igual que Yerba, desde Grünendör van a la CBB a encontrar públicos nuevos: “acá en Santa Fe más o menos ya somos conocidos y está bueno tener un acercamiento a lectores de otros lugares, a ver quiénes se interesan en estos bichos litoraleños”, dice el guionista y editor.
Llegar a los lectores
“¿Cómo llegar a nuevos lectores? Mediante mensajes ocultos para que compren los ejemplares ahora mismo. ¿Escuchó? ¡Ahora mismo!”, resume Gaz.
Después de reírse y recordarnos que pongamos en la nota la cuenta de Instagram (@yerba_ediciones, donde hay zines para descargar), agrega: “Primero me parece importante que el público santafesino tenga la opción de saber que se hacen historietas en Santa Fe, sino hay opción uno no puede elegir. No se puede laburar, dibujar, editar, vender y encima difundir, ahí le tenemos que pedir una manito a los medios de comunicación, un llamadito a la solidarida’. Por supuesto, que se viene haciendo, y de parte del Estado también, pero hay que hacer más. Acá vamos todo para el mismo lado. Si Santa Fe se hace conocida por su enorme cultura, crece el turismo, crece la gastronomía, todo está relacionado. Pasa que hay muchos trogloditas, que quieren hacerla conocida por el chupi, el cervezoducto y esa pelotudez. Creo que ahí está la responsabilidad de los medios, al menos, de los que quedan en pie, y no se convirtieron en ‘sucursales’ de medios porteños”.