Durante la gestión de Mauricio Macri unas 105 mil personas consiguieron trabajo registrado, durante la de Fernández, ya van casi 551 mil, a junio pasado. El incremento tiene un ritmo nunca visto. El mayor impulso lo están dando los nuevos trabajadores privados registrados y los monotributistas.
La gestión económica iniciada en diciembre de 2019 tiene un impacto en el mercado laboral cualitativamente inverso a la del macrismo, incluso habiendo atravesado la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania. Durante el ciclo 2015-2019, poco más de 105 mil personas alcanzaron un empleo registrado, esa cifra se estira a más de 551 mil en 30 meses de presidencia de Alberto Fernández.
Además de cuantitativa (es casi multiplicación por cinco), la diferencia es cualitativa: el principal impulso proviene del trabajo privado y los monotributistas. Esto se debe, principalmente, a que el macrismo fue una máquina de destruir empleo privado, contra lo que postulaba públicamente. Y, puntualmente, dentro del empleo privado, el principal empuje lo está dando la industria, un sector cuya caída fue continua y sistemática durante los cuatro años macristas.
Las cifras más gruesas
El empleo registrado en general crece hoy a un promedio de 17 mil trabajadores nuevos por mes, contra los poco más de dos mil mensuales que se sumaron durante el macrismo. Así, pese a una caída de casi 400 mil trabajadores entre diciembre de 2019 y junio de 2020, el pico de la pandemia, hoy ya el signo es positivo en más de casi 551 mil trabajadores registrados nuevos.
La diferencia no se debe principalmente al ingreso de trabajadores públicos. Durante el macrismo entraban mensualmente en promedio unas 2200 personas, cifra que con Fernández crece a 4800 personas en promedio mensual. Sí hay que destacar algo: con Macri ingresaron 108 mil personas al empleo público, es más que todo el empleo registrado nuevo creado durante esa gestión. Con Fernández, son 150 mil de 551 mil trabajadores registrados nuevos.
Las principales fuentes de nuevo empleo registrado provienen de los monotributistas y el sector privado. Los monotributistas autónomos, no sociales, crecieron a un ritmo de 6400 personas nuevas promedio por mes con Fernández, contra 3400 con Macri. Hoy hay más de 1.819.000 monotributistas, se sumaron más de 198 mil con Fernández. Es un sector en pleno crecimiento, de alta precariedad y que no suele recibir políticas de apoyo específicas.
Pese a que sólo unas 95 mil personas consiguieron un trabajo registrado privado durante el gobierno de Fernández, es esa la fuente de nuevo empleo cualitativamente más distinta respecto del macrismo. ¿Por qué? Con el modelo de Juntos por el Cambio más de 233 mil personas perdieron su trabajo privado registrado. Es un montón: fue una retracción del 3,7% en la cantidad de trabajadores registrados privados, contra una recuperación actual del 1,6%.
El principal dato de junio es que el sector privado ya pasó su caída estacional de 2022 y repuntó inmediatamente. De mantener su ritmo de crecimiento iniciado en el ciclo 2021, puede llegar a 2023 con la cifra más alta de trabajadores privados registrados desde que hay registro.
Resulta así que el modelo económico actual, planteado en el peor contexto mundial de lo que va del siglo, genera muchísimo más trabajo del sector privado que el modelo 2015-2019. No es opinión, es dato duro.
En el sector privado
Y el principal motor del crecimiento del sector privado es la industria. Allí es donde más se revela la diferencia. Con el macrismo se destruyó más del 13% del trabajo registrado industrial. Son casi 169 mil obreros menos. A la inversa, con Fernández van más de 64 mil nuevas incorporaciones. La curva se explica por sí misma.
Uno de los sectores más afectados por la pandemia fue el del comercio, la hotelería y los restaurantes, de fuerte impacto en las clases populares. También se contrajo durante el macrismo, un 2,5%, mientras que ya ahora ya muestra un crecimiento de poco más de 15 mil trabajadores registrados nuevos en la comparación junio de 2022 con diciembre de 2019.
El principal dato de este sector es que superó su caída estacional de otoño sin ningún impacto. Todos los años hay un fuerte bajón de empleo entre enero y junio, no en 2022. Es el fenómeno de la crisis con restaurantes, comercios y hoteles llenos.
Por último, otra de las principales fuentes de trabajo registrado para las clases populares es la construcción. Aquí también, el achicamiento en la cantidad de trabajadores registrados durante el macrismo fue feroz: una retracción del 8,3%. Con Fernández lleva un 2,6% de crecimiento.