Concejales santafesinos adelantan sus posturas respecto al debate por la ordenanza de nocturnidad.
Después de la audiencia pública maratónica del 31 de agosto en el Concejo (100 exposiciones durante unas diez horas), el intendente Emilio Jatón envió un borrador de ordenanza para avanzar en la organización de las actividades nocturnas en la ciudad. De esta forma, se terminará con la emergencia vigente, que debía ser por 18 meses a partir de octubre de 2009.
En aquel momento, buena parte de los actuales concejales estaba en sus 20 y era parte de la juventud a la que la “Emergencia Nocturna” le cambió de un plumazo las reglas de la noche. Las 2:30 y las 5, el ingreso y el corte de barra, pasaron a ser números odiables que se tenían en mente permanentemente mientras se iba a lugares a los que ahora no te dejaban ni correr un poquito la silla para bailar.
Pausa consultó a algunos ediles sobre distintos puntos que atañen tanto a la problemática como al borrador del proyecto que está todavía abierto. Sobre la cuestión más urgente a resolver, Laura Mondino (Frente Progresista) contestó: “Sin dudas la convivencia. Esta gestión municipal asumió con la premisa de ordenar el escenario de la nocturnidad; luego la pandemia modificó todos los planes y hoy la pospandemia nos pone frente al desafío de pensar una normativa acorde a las nuevas formas de diversión y esparcimiento”.
Guillermo Jerez (Barrio 88) opina que la urgencia radica en la resolución rápida de la letra que regule la nocturnidad: “El proyecto de ordenanza enviado por el Ejecutivo adolece de algunas cuestiones, como en el control de los ruidos y las habilitaciones, en esos puntos hay mucho que trabajar. Un aspecto positivo que vimos es la actualización de muchos puntos, respecto de las anteriores ordenanzas de hace varios años que quedaron un poco atrasadas”.
Federico Fulini (Unidad Ciudadana), en tanto, se centró en la necesidad de asegurar el cumplimiento de la nueva norma: “Pareciera que no existe criterio para habilitaciones, como tampoco se percibe una planificación para el crecimiento, pero sin dudas que lo más urgente a resolver es la definición de un marco normativo, de un ordenamiento a la nocturnidad y, en ese sentido, es muy difícil lograr ese marco si los controles fallan”.
Lograr una ordenanza que sea justa para cada agente es muy difícil, puesto que los intereses de cada parte es cruzado, cuando no opuesto. En esta línea, Lucas Simoniello (UCR - Frente Progresista) puso el acento en el intercambio: “La cuestión más urgente es dialogar y ponernos de acuerdo en lo que tiene que ver con la gestión de los sonidos, también la seguridad, limpieza, el control y el tema de los horarios. Entiendo que el proceso es positivo porque el intendente habilitó una discusión pendiente desde 2009, como mínimo”.
En aquel año, se terminó súbitamente con los bailes, rebajándolos a movimientos mínimos que, para Jerez, no tiene mucho sentido querer prohibir. Ahora bien, sobre el traslado de las discotecas más allá del Puente Colgante, opinó esto: “Me parece que la ruta 168 está bien para los casos en los que el número supere las 300 personas. Pero también me parece bien que se pueda pasar música y bailar en la ciudad, con reglas claras, creo que no se pueden prohibir algunas cosas y la nueva norma debe adecuarse también a la realidad que pretende legislar”.
La concejala Mondino evaluó la ubicación de la ruta 168 de un modo parecido: “Hoy los boliches tienen un lugar, con empresarios que invirtieron en su momento. La apuesta es fortalecer ese sector, con los servicios acordes y las obras necesarias. De todos modos, eso no significa que en un bar de otra zona de la ciudad no puedas ir a tomar un trago y bailar un rato, como sucede en muchas ciudades del mundo. Ese es el desafío”.
Distinta vara según cada barrio es la bandera roja que no deja pasar Fullini: “Se creyó que la ruta 168 era un lugar óptimo, pero primero que no había ni hay infraestructura y, segundo, se pensaba que con ese traslado se iban a aminorar los ruidos molestos… pero se olvidaron de los vecinos de La Vuelta del Paraguayo, que ahora deben soportarlos ellos. Pero creo que con un control efectivo se puede lograr una sana convivencia”.
Simoniello bien resumió el horizonte a alcanzar: Santa Fe debe pensarse a futuro “siendo una ciudad pujante y productiva, pero donde también se pueda descansar”.
El desafío de lograr una noche más ordenada, con las benditas “reglas claras” y la contención de todos los intereses en juego será, seguramente, una conquista progresiva. Mientras tanto, habrá que seguir tratando de convivir para disfrutar como más nos guste las noches en la ciudad.