El expresidente y candidato del PT aseguró que el balotaje del domingo es una votación entre "la democracia y la barbarie", por lo cual es "urgente reestablecer la normalidad" en Brasil.
El expresidente y candidato presidencial opositor Luiz Inácio Lula da Silva desafió este lunes a su rival electoral, el mandatario Jair Bolsonaro, de tener "un minuto de sensatez" para que el domingo próximo a la noche lo llame por teléfono y reconozca la derrota sin poner en duda la transparencia del sistema de urnas electrónicas, en medio de la alta tensión generada el domingo por un aliado del jefe del Estado detenido con un arsenal con el cual hirió a dos policías.
Bolsonaro, por su parte, intentó un discurso de corte anticomunista y dijo que Lula es una amenaza para la "propiedad privada" y el derecho a la herencia, retomando afirmaciones usadas en 1989 por el liberal expresidente Fernando Collor de Mello contra el Partido de los Trabajadores (PT) del candidato a presidente.
En la recta final para el balotaje de la elección presidencial del domingo que viene, Bolsonaro y Lula trazaron sus planes para la última de las cuatro semanas de campaña, cuyo comienzo coincidió con una buena noticia para el el exmetalúrgico: la encuestadora Atlas, la que más se acercó al 48 a 43% de la primera vuelta, mostró una ventaja para Lula de 53 a 47% de la intención de voto.
En otro hecho considerado positivo para la oposición encarnada por Lula, la intendencia de San Pablo, mayor ciudad del país y de Sudamérica, dispuso la gratuidad en el transporte público el domingo de las elecciones, lo que se espera aumente la participación de personas de bajos recursos, considerados la base electoral del lulismo.
La medida tiene el potencial de favorecer a Lula y a su candidato a gobernador del estado de San Pablo, Fernando Haddad, también del PT, que enfrenta en segunda vuelta al candidato bolsonarista y favorito, Tarcisio de Freitas.
En tanto, mientras que Bolsonaro visitó asentamientos rurales de campesinos pobres de los alrededores de Brasilia que abandonaron a la izquierda y se volvieron evangelistas, Lula convocó a la prensa en el barrio bohemio de Vila Madalena, San Pablo, donde graba sus publicidades para televisión y donde hizo un discurso de líder de las encuestas.
"Espero que (Bolsonaro) tenga un minuto de sensatez y llame por teléfono para aceptar el resultado de la elección", aseguró.
El líder del PT dijo que el balotaje del domingo es una votación entre "la democracia y el neofascismo, la barbarie", por lo cual es "urgente restablecer la normalidad" en Brasil.
En ese marco, comentó la escandalosa detención del exdiputado Roberto Jefferson, un ultraderechista aliado de Bolsonaro que fue preso tras atrincherarse ocho horas y lanzar dos granadas y 20 tiros de fusil hiriendo a dos policías federales.
"Jefferson es el resultado y la fotografía de todo lo que ocurre en el gobierno de Bolsonaro", dijo Lula.
"Ahora Bolsonaro dice que no era amigo suyo", fustigó el líder del PT sobre Jefferson, procesado por cuatro intentos de homicidio y cuya figura puede ser una "bala de plata" para el presidente sobre todo entre los indecisos y la clase media.
La policía confiscó un arsenal en el domicilio de Jefferson, líder del Partido Laborista Brasileño (PTB), luego de que se entregara por incumplir las normas de su detención domiciliaria, producto de una condena por atentar contra la democracia emitida por el Supremo Tribunal Federal.
Bolsonaro calificó a Jefferson de "criminal" por haber reaccionado contra los policías con violencia, aunque cuestionó las acciones contra sus aliados por parte de la justicia que investiga una red de noticias falsas digitales con el objetivo de atentar contra la Constitución y las instituciones.
Con información de Télam