Impulsado por la Municipalidad de Santa Fe, el plan tiene como objetivo reutilizar prendas de vestir que vecinas y vecinos entregaron en los Ecopuntos y crear nuevos diseños. La iniciativa también se realiza en la Estación de Coronel Dorrego.
A poco más de un mes desde su implementación, el programa municipal Segunda Oportunidad presenta significativos avances en la reutilización de las prendas de vestir. Se trata de una iniciativa impulsada por las secretarías de Ambiente y Cambio Climático, y de Integración y Economía Social cuyo objetivo es fomentar la economía circular a través de un mecanismo para recuperar indumentaria usada.
El plan, con eje socio-económico, es ambientalmente sustentable e inclusivo ya que lo llevan adelante jóvenes que participan de talleres y capacitaciones en las Estaciones Municipales. El proceso incluye la confección de nuevos diseños, a partir de la ropa entregada por vecinas y vecinos en Ecopuntos de la ciudad.
Durante una visita al taller textil emplazado en la Estación de Villa Teresa, la secretaria de Integración y Economía Social municipal, Ayelén Dutruel, destacó que el programa tiene una fuerte impronta “de responsabilidad ciudadana en la primera instancia, que es la de dar la ropa que tenemos en casa para un proyecto social más amplio”.
En ese sentido, mencionó que durante esta etapa se trabaja en el proceso productivo y en la creación de los diseños. “La moda es una construcción social que hacemos entre todos y tiene que ver con la identidad de los barrios. Actualmente indagamos en los gustos y los diseños de este grupo, fortaleciendo las herramientas textiles”, indicó la funcionaria.
Del mismo modo, recordó que quienes se capacitan en este programa “son vecinas y vecinos de los barrios que asisten a las Estaciones y venían de un proceso de formación. En Segunda Oportunidad, profundizamos una perspectiva vinculada a la economía colaborativa y circular, con el plus de la moda y el diseño como acceso a otros saberes, además de añadirle valor agregado a las prendas ya que después se pueden comercializar”, concluyó Dutruel.
En el marco de una charla con alumnos y diseñadores que llevan adelante el proyecto, el secretario de Ambiente y Cambio Climático municipal, Franco Ponce de León, se refirió a los números relevados hasta el momento: “Además de lo social, esta iniciativa tiene una mirada ambiental, porque en esta corta etapa se recibieron 384 prendas en los Ecopuntos”.
Para tener una idea de lo que implica esa acción, explicó que “si hubiésemos confeccionado esa cantidad de prendas se hubieran consumido más de 2 millones de litros de agua, por lo que dejamos de emitir al ambiente más de 2500 kilos de dióxido de carbono, lo que equivale a un viaje en avión de 90 kilómetros”. Según explicó, los datos surgen del Observatorio Ambiental Urbano y “sirven para que tomemos dimensión del cuidado ambiental, más allá de esta impronta social, productiva y colaborativa, de reutilizar la ropa para que pueda ser comercializada”, precisó.
El circuito
Camisas, jeans, remeras, pulloveres, buzos, sábanas y retazos de tela pueden acercarse a los Ecopuntos de la Estación Belgrano y del Parque Alberdi. Allí se recepciona todo para luego distribuirlo en los espacios de capacitación y producción conformados por jóvenes que se vinculan en las Estaciones Municipales de Dorrego y Villa Teresa.
Una vez confeccionadas las nuevas prendas, se promueve la comercialización para finalizar el círculo de una economía que se propone ser social, solidaria y ecológica, brindando oportunidades de trabajo a las y los jóvenes que participan de las estaciones municipales en los talleres, relacionándolos con el ambiente del diseño y la moda de la ciudad para promover la integración y la inclusión.
Una de las alumnas que se sumaron a la propuesta es Celeste Mansilla: “Este programa me parece genial porque nos permite renovar la ropa y reciclar. En lugar de tirar, hacemos cosas nuevas. Me gusta esta idea y el día de mañana puede ser una fuente de trabajo”, indicó.
En tanto, Bernardita Cook es una de las diseñadoras que transmiten su creatividad al proyecto. “Hace un mes que venimos a los talleres de Villa Teresa y Coronel Dorrego. Después de clasificar y lavar la ropa que la gente entrega, observamos qué hay y debatimos sobre cómo transformarla”, indicó la diseñadora.
En ese sentido, Bernardita destacó la participación de vecinos y vecinas: “Están súper enganchadas. Ya que todas tienen experiencia, la idea es que traigan sus ideas, así que trabajamos en equipo y vamos definiendo los diferentes roles: hay chicas que se inclinan más por el diseño y otras, por la comunicación sobre el proceso de transformación de las prendas. De esa manera, todas van encontrando los diferentes gustos y se conforman los aportes de acuerdo a sus intereses”.