En el corazón del extractivismo inmobiliario que levanta viviendas de lujo sobre los humedales, la Comunidad Indígena de Punta Querandí recupera la historia ancestral del territorio indígena bonaerense. Un espacio comunitario, sagrado y educativo, donde se conservan restos arqueológicos indígenas de mil años de antigüedad.
Tekohá es un vocablo guaraní que significa el lugar físico donde se desarrolla el teko, el estado de vida. Es territorio, pero también las relaciones sociales que allí se cristalizan. Por un lado, lo tangible: la naturaleza como elemento esencial, proveedora de alimento y vivienda. Y por otro, lo intangible, la espiritualidad. Punta Querandí es territorio y es comunidad, es un espacio comunitario, sagrado y educativo, allí se conservan restos arqueológicos indígenas de mil años de antigüedad.
Está ubicado en una zona de enterratorios ancestrales que están siendo destruidos por la construcción irregular de megaemprendimientos de barrios privados (ante la inacción del Estado Argentino). Por lo tanto, Punta Querandí es también un espacio de resistencia al extractivismo inmobiliario, a la desmemoria que invisibiliza la preexistencia de los pueblos originarios y también es un espacio de lucha por mantener viva sus cosmovisiones.
Desde hace más de una década este lugar es protegido por familias de pueblos originarios que desarrollan allí su espiritualidad y sus culturas a través de talleres de enseñanza abiertos a toda la sociedad. La Comunidad Indígena de Punta Querandí –en la localidad de Dique Luján, en el municipio bonaerense de Tigre– está formada por personas que pertenecen a las culturas guaraní, kolla, qom y otras identidades.
Punta Querandí significa un freno al arrasador y conquistador "desarrollo inmobiliario" que viola derechos humanos, ambientales e indígenas. Punta Querandí es comenzar a recuperar la historia ancestral de esta Buenos Aires que es Territorio Indígena.
Fotos: Omar Bogado
Con información de Agencia TierraViva