Brasil eligió la democracia y mandó a Bolsonaro a su casa. En una elección muy ajustada, Lula venció a Bolsonaro por casi dos millones de votos y será por tercera vez presidente de la República Federativa de Brasil.
Es el fin de cuatro años del fascismo más crudo y explícito que se haya visto en la región en los últimos años. Lula Da Silva se impuso hoy en la segunda vuelta a Jair Bolsonaro y es el presidente electo de Brasil.
En un país donde votaron más de 120 millones de personas, la diferencia entre ambos candidatos fue de dos millones. Lula será el presidente de un país muy polarizado, extremadamente desigual, violento y con más de 33 millones de personas pasando hambre. La pesada herencia que deja el bolsonarismo.
Esta segunda vuelta corona una de las campañas más violentas en Brasil desde el retorno a la democracia, que incluyó ataques en los que murieron varios seguidores de Lula a manos de partidarios de Bolsonaro.
Ni en el día de los comicios esa violencia se detuvo: Bolsonaro puso todo el aparato del Estado para ensuciar una jornada de fiesta democrática. Durante la mañana se desató un escándalo por operativos en las rutas que demoraron a votantes de Lula.
Pero el pueblo no se detuvo y llegó a las urnas: la votación final marcó la victoria de Lula con 60.329.672 votos (50,90%) contra los 58.198.012 votos del actual presidente (49,10%).
Lula sabe y sus votantes lo saben: Bolsonaro no reeligió pero el bolsonarismo está en Brasil. Está en el Congreso, en las intendencias, en las calles. La democracia venció en este plebiscito contra el fascismo, pero el camino de pacificación de la sociedad brasileña será largo y recién comenzará el 1 de enero cuando Lula sea, efectivamente, el presidente de Brasil.
Lula presidente: el minuto a minuto de una jornada histórica