Todo bastante predecible, me empecé a enterar por un infeliz que posteó “una menos”, después un montón de otras cosas por el estilo, hasta que un descerebrado subió una foto de Aldo Rico, armado hasta los dientes, saliendo de una puerta, repitiendo el meme que alude nada menos que a Francella, “hermosa mañana”. Qué decir ante eso, que no hay asco que alcance ni mejor síntesis de lo monstruoso, la necrofilia argentina que retorna y retorna como pesadilla dentro de pesadilla.
Aunque no deja de impactar, creo que es peor la incomodidad o el secreto regocijo de la gente correcta, preocupada por las buenas formas, por los modos y que repite como rezo que los extremos son malos y que una cosa es tal pero también y así…
Festejan lxs que te tenían terror, enorme Hebe. Festejan lxs que aman a los poderosos, a los machos, lxs que no pueden ocultar su deseo húmedo de violación y tortura, viva cristo rey y que baje del cielo San Videla padre de la patria, que ordene de una vez tanta y tanta desobediencia multiplicada. Multiplicada por vos, como pañuelos que supieron valer más que las balas y los panes y los peces.
Se tranquilizan también quienes no soportaban la desfachatez de enfrentar empecinadamente tanques y fusiles y caballos, burocracias, discursos hegemónicos, símbolos sagrados, el sentido común con toda su violenta fuerza, con su implacable furia. Se tranquilizan quienes supieron conseguir el silencio y la indiferencia brutal que también sacudiste a troche y moche. A pura ronda y remolinos.
Vidalita acordate de José Artigas -cantaba y canta Zitarrosa- y endulzate la boca cuando lo digas, y jugate el pellejo cuando lo digas. No puedo dejar de pensar, que antes de decir algo de Hebe deberían lavarse bien el ojete. Pero en el fondo es razonable que festejen quienes nunca se jugaron, quienes siempre obedecieron, quienes nunca se animaron a nada. Festejen nomás pero sepan también que son menos que amebas al lado de esta mujer que hizo historia, que hizo que la historia fuera mucho menos espantosa de lo que fue.
Festejen, aunque sepan que en verdad no festejan. Festejen, aunque sepan que siguen teniendo miedo y lo bien que hacen, porque saben mejor que quienes lloramos, que Hebe sigue siendo lo que siempre fue, una mujer Invencible, ni más ni menos.