Hebe nunca ocultó que ella esperaba para su vida un destino tranquilo, hogareño, de abuela criando nietos en un barrio de clase media de La Plata. Se casó a los 14 años; pertenecía completamente a otro tiempo de la vida de las mujeres.

Por eso siempre dijo que los hijos parieron a las Madres. Las desapariciones de sus hijos Jorge Omar y Raúl Alfredo, junto a María Elena Bugnone Cepeda, esposa de Jorge, dieron vuelta su existencia y la de toda Argentina.

Sin Hebe no se hubiera podido construir el consenso social no sólo para enjuiciar a las Juntas, enfrentar las leyes de impunidad y, luego, reabrir los juicios en el siglo XXI. Durante la dictadura, durante el inicio del gobierno de Alfonsín y durante el 2001, Hebe fue clave para defender la democracia y los gobiernos constitucionales.

Es a la Madres a quienes debemos la democracia. Son las Madres las que lideraron la búsqueda de la verdad, el sostén de la memoria, la implacable lucha por la justicia.

Hasta hoy, el día de su muerte, a los 93 años, Hebe María Pastor de Bonafini nunca dio un paso atrás. Su lucha y la de Madres de Plaza de Mayo, la organización que ayudó a fundar y que condujo durante cuatro décadas, marcaron los mejores momentos de nuestra historia reciente.

 

Dejar respuesta

Por favor, ¡ingresa tu comentario!
Por favor, ingresa tu nombre aquí