En el marco de la COP27, Oxfam analizó las emisiones de gases de efecto invernadero personales y de las inversiones de 125 multimillonarios. Equivalen a las emisiones totales de países enteros como Francia, Egipto o Argentina.
Ya sea por usar jets privados, yates o irse de paseo a la estratósfera en cohete, emiten miles de veces más gases de efecto invernadero que cualquier mortal. Pero si, además, se considera cuánto contaminan las inversiones industriales de las que son parte, resulta que sólo 125 multimillonarios emiten 393 millones de toneladas de CO2 cada año, un millón de veces más que la huella de carbono que emite el 90% más pobre de la población mundial o el equivalente a las emisiones totales anuales de Francia, Egipto o Argentina.
Los superricos no sólo se están fumando la riqueza del trabajo global, también se están devorando el planeta. Según un análisis publicado por Oxfam, en el marco de la COP27 en curso, las inversiones –la actividad productiva– de 125 multimillonarios dan un promedio anual de tres millones de toneladas de CO2 emitidas por persona, un millón de veces más que las 2,76 toneladas de CO2, que es el promedio para quienes viven en el 90% no rico del mundo.
Estos 125 multimillonarios tienen inversiones en 183 corporaciones, que son las que producen concretamente las emisiones. De esas 183 corporaciones, sólo 53 (el 29%) tiene objetivos de reducción de las emisiones con basamento científico real. Apenas 29 (el 16%) tomó compromisos de llegar a la emisión cero de gases de efecto invernadero. El reporte completo está acá.
Todo el problema son los superricos
“Estos pocos multimillonarios juntos tienen 'emisiones de inversión' que equivalen a las huellas de carbono de países enteros como Francia, Egipto o Argentina”, dijo Nafkote Dabi, Jefe de Cambio Climático de Oxfam. “La responsabilidad cada vez mayor y creciente de los ricos en las emisiones es raramente considerada en la elaboración de políticas climáticas. Esto tiene que cambiar. Estos inversionistas multimillonarios en la cima de la pirámide corporativa tienen una gran responsabilidad en la conducción del colapso climático. Han escapado a la responsabilidad durante demasiado tiempo”, dijo Dabi.
“Las emisiones de los estilos de vida multimillonarios, sus jets privados y yates son miles de veces más altas que las de una persona promedio, lo que ya es completamente inaceptable. Pero si observamos las emisiones de sus inversiones, entonces sus emisiones de carbono son un millón de veces más altas”, dijo Dabi.
“Necesitamos que la COP27 exponga y cambie el papel que las grandes corporaciones y sus ricos inversionistas están jugando para beneficiarse de la contaminación que está provocando la crisis climática global”, dijo Dabi. “No se les puede permitir esconderse o maquillarse de verde. Necesitamos que los gobiernos aborden esto con urgencia publicando las cifras de emisiones de las personas más ricas, regulando a los inversores y las empresas para reducir las emisiones de carbono y gravando la riqueza y contaminando las inversiones”.
Oxfam ha estimado que un impuesto sobre el patrimonio a los superricos del mundo podría recaudar 1,4 billones (millón de millones) de dólares al año, recursos vitales que podrían ayudar a los países en desarrollo, los más afectados por la crisis climática, a adaptarse, abordar las pérdidas y los daños y llevar a cabo una transición justa a energía renovable. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, los costos de adaptación para los países en desarrollo podrían aumentar a $300 mil millones por año para 2030. Solo África requerirá $600 mil millones entre 2020 y 2030. Oxfam también pide tasas impositivas mucho más altas para las inversiones en industrias contaminantes para desalentar tales inversiones.