Fue a partir de un proyecto impulsado por el concejal de Barrio 88 Guillermo Jerez y llevado a cabo junto a vecinas y vecinos, con el objetivo de poder acceder a servicios y reforzar la identidad barrial.
A partir de un proyecto impulsado por el concejal de Barrio 88 Guillermo Jerez y llevado a cabo junto a la comunidad, Villa Oculta le puso nombre a sus calles. La nueva nomenclatura permitirá el acceso de vecinas y vecinos a servicios y reforzar la identidad barrial.
La propuesta surgió a partir de la necesidad de vecinas y vecinos de Villa Oculta de formalizar la identificación de las calles para poder acceder a la provisión de servicios básicos como agua, luz, Internet y correo, que exigen a las viviendas una dirección. “Nos acercamos a una asamblea en la que participaban vecinas y vecinos y de los puntos era el reconocimiento del barrio y de sus calles”, señaló Jerez. Durante la sesión en la que se aprobó el proyecto, el concejal remarcó la importancia que tiene la nueva nomenclatura para el barrio: "Como parte de Barrio 88 nuestro lema inicial fue 'ningún barrio afuera', y hoy los vecinos de Villa Oculta dejarán de ser NN y de poner en su domicilio 'sin nombre y sin numeración' y podrán ejercer el derecho a la identidad y a la ciudad".
Además, detalló el carácter participativo del proceso: "Consistió en hacer reuniones y asambleas, visitar vecino por vecino, casa por casa y encuestar los nombres con los que ya denominaban sus calles. Quiero remarcar el trabajo de las compañeras de Barrio 88 y de Rosa y Ema, quienes llevan adelante el comedor de Los Sin Techo en el barrio y llevaron adelante este proceso participativo".
Además de la importancia que reviste la nueva nomenclatura en relación a la accesibilidad de servicios, el proceso permitió recuperar historias y personas que marcaron la identidad del barrio. Así, por ejemplo, una de las calles se denominó “Padre Atilio Rosso”, por el fundador del movimiento de Los Sin Techo, que fue de gran importancia para la organización comunitaria de Villa Oculta. “Los Alisales” debe su nombre a que después de la inundación del 2003 la calle fue tomada por alisos, cuyos troncos fueron utilizados en gran medida para la construcción de viviendas.
“Las Piedras”, por su parte, remite a Juan Fernández, vecino histórico del barrio que, en sus primeros años, fue el encargado de revestir la calle con rocas para permitir el tránsito. “La Palmera”, la calle de entrada al barrio, se llamó así por la presencia de una palmera de más de 80 años de antigüedad que se constituyó en punto de referencia para toda la comunidad.
La lista de nombres continúa con “Fe”, valor fundamental en la vida de vecinas y vecinos, “Jorge Moncada”, catequista y misionero de la Parroquia San Pedro e impulsor de mejoras culturales, sociales y educativas, y “Pasaje Don Nono”, en memoria de don Cardozo, uno de los primeros vecinos del barrio, que nació hace 80 años con la llegada de un grupo de familias que se dedicaban a la ganadería y cría de animales y que, con el paso del tiempo, comenzaron a dedicarse en gran medida al cirujeo.