Becaries de Conicet denuncian "ajuste encubierto"

Foto: Instagram de Asamblea de Becaries (@becarixssantafe)

Una vez más la Asamblea de Becaries de Conicet Santa Fe busca visibilizar su situación laboral: un bono anunciado que aún no fue confirmado, los gastos extraordinarios, la falta de un aguinaldo, la actualización salarial insuficiente y los problemas con la obra social.

La Asamblea de Becaries del Conicet de la ciudad de Santa Fe hizo públicos los reclamos que mantienen sobre su situación laboral y el “ajuste encubierto” que atraviesa el sistema científico nacional.

Uno de los reclamos está relacionado con el fin de año, ya que el Gobierno nacional anunció que pagaría un bono de 30.000 pesos a empleados estatales y aún no obtuvieron la confirmación por parte de Conicet si el bono sería pagado a becarios y becarias.

"Si bien años anteriores se vino haciendo el pago de este bono, estamos siempre a merced de la voluntad de las autoridades de Conicet. Al tener esta figura de becario, no todas las decisiones que se toman por el directorio son trasladadas automáticamente", explicó Florencia Rey, becaria de Conicet Santa Fe.

El reclamo del bono también está ligado a la situación económica de los becarios y becarias por el desfasaje del acuerdo salarial y la inflación, sumado a que el bono muchas veces funciona de "aguinaldo", ya que este sector no cuenta con este derecho.

Si bien desde el directorio prometieron establecer una fecha para una mesa de diálogo con la asamblea, aún no han sido convocados. Cabe destacar que se realizan encuentros periódicos, incluso cuando no se encuentran pautados como parte de un convenio, y siempre son convocados por medio de la presión de la Asamblea de Becaries. En general, las cuestiones planteadas no encuentran muchas veces una respuesta.

Fallas en la obra social

Otro cuestionamiento está relacionado al funcionamiento de la obra social, al cual Rey definió como un "reclamo histórico". "La obra social funciona particularmente mal acá en Santa Fe, no así en otros lugares del país", detalló.

En este sentido, lo que denuncian las trabajadoras y trabajadores es que la cartilla no está actualizada, hay pocos prestadores para la obra social, e incluso en algunos casos no cuentan con profesionales para atenderse en determinadas especialidades.

La publicación de los ingresos a CIC

A su vez, la Asamblea de Becaries de Conicet Santa Fe mantiene una crítica sobre la situación actual de los ingresos a Carrera del Investigador Científico (CIC), a la que consideran como "un ajuste encubierto".

"Cada vez son más las personas que se postulan a carrera y son menos las que entran en relación a esa cantidad", sostuvo Florencia Rey.

Fuente: Asamblea de Becaries. Elaborado a partir de documentación oficial de Conicet

Así como también, se cuestiona "los mecanismos arbitrarios de evaluación", ya que cada área cuenta con una comisión evaluadora y los criterios varían tanto de comisión a comisión como de año a año.

"Varían en función del presupuesto que hay para incorporar nueva gente a planta. Por eso decimos que es un ajuste encubierto", afirmó.

Si bien los datos oficiales que se cuentan son a diciembre de 2020, la cantidad de becarios y becarias en Conicet es de alrededor de 500. "Somos quienes sostenemos el sistema científico y tecnológico porque somos más o menos la mitad del personal de Conicet", señaló.

Aunque varía por zona geográfica y por área disciplinar, el ingreso promedio actualmente es de 160.000 pesos. Sin embargo, los becarios y becarias deben hacerse cargo de la inscripción a seminarios, el pago de posgrados, los viajes e inscripciones a congresos.

Situación laboral

"Nuestras condiciones de trabajo son precarias en el sentido de que tenemos derechos que no gozamos. Nos reconocemos trabajadores de la ciencia y la tecnología, pero no así nuestro empleador que es Conicet. Tiene que ver también con la modalidad que es la de la beca", comentó Florencia Rey.

Uno de los derechos que no cuentan al aplicar a una beca es que no poseen aportes jubilatorios. Esta condición es una de las más preocupantes porque deben dedicar muchos años al sistema en estas condiciones. "Son cinco años de beca doctoral, en general, más tres de postdoc. Son ocho años trabajados sin aportes jubilatorios", detalló.

Además de la inexistencia de aportes jubilatorios, las personas becarias no cuentan con un convenio colectivo de trabajo ni herramientas tales como negociaciones colectivas. Por lo tanto, tampoco cuentan con certidumbre sobre las pautas salariales.

La gestión de políticas de ciencia y tecnología

Al ser consultados sobre la actual gestión nacional en materia de ciencia y tecnología, la becaria Florencia Rey mencionó que hay algunos aspectos positivos. "Se han notado cambios con el actual gobierno en relación al gobierno de Macri sobre las políticas de ciencia y tecnología. Una de las decisiones que podemos considerar como más importante fue la jerarquización salarial", opinó.

Aunque fue una medida que valoraron mucho desde el sector, las becarias y becarios perciben que se da un ajuste presupuestario observable en la disminución relativa de postulantes. También es una deuda con el sector el cobro del aguinaldo.

"Fue una promesa de campaña el aguinaldo, que es uno de los reclamos históricos que tenemos. Ha sido una promesa incumplida, que cada vez que podemos, llevamos todos estos reclamos", apuntó Rey.

Les becaries durante la pandemia

Para la Asamblea de Becaries de Conicet Santa Fe, el inicio de la pandemia "puso de relieve las condiciones precarias en las que trabajamos y de una manera muy cruda". La cohorte de becarios y becarias que terminaba su beca en abril de 2020, en medio del primer período de aislamiento social, logró una prórroga de tres meses luego de una intensa lucha. Sin embargo, en junio de ese año quedaron desafectados de Conicet y sin cobertura de obra social en plena pandemia.

Después se dio una nueva prórroga por tres meses, en este caso a cargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, pero con un pago del 70% del sueldo esos meses.

Asimismo, los becarios y becarias que ingresaron ese año contaron con retrasos en el cobro de sus ingresos, sin dejar de mencionar la situación compleja que debieron atravesar en relación a su trabajo de campo e investigación por las políticas de aislamiento social.

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