Ganador de tres mundiales con Brasil, campeón de todo con el Santos, rival y amigo eterno del Diego. Con la muerte de O Rei se va un pedazo enorme del fútbol mundial.
Con la muerte de Pelé se va un pedazo enorme del fútbol mundial. Edson Arantes do Nascimento había nacido el 23 de octubre de 1940 en el municipio de Três Corações, una localidad brasileña perteneciente a Minas Gerais. Ya viviendo Baurú, en el estado de San Pablo, atravesó una infancia de muchas carencias económicas y entre los peores recuerdos de esa etapa de la vida aparece su padre llorando para el Maracanazo de 1950. Dico, como le decían a Pelé de chico, le prometió que ganaría ese título.
La historia del 10 brasileño empezó a escribirse en aquel debut con la camiseta del Santos, fue en un encuentro amistoso el 7 de septiembre de 1956 ante el Corinthians. El 26 abril de 1957 jugaría su primer partido oficial ante el San Pablo FC, con la particularidad que en ambos encuentros convertiría un gol. Con apenas 16 años terminó la temporada del Campeonato Paulista como goleador, con 41 tantos.
El 7 de julio de 1957 debutó con la selección de Brasil, fue contra Argentina en Maracaná por la Copa Roca, y aunque anotó, los locales perdieron 2-1. Tres días después, en el mismo torneo, y nuevamente ante Argentina en el estadio Pacaembú, Brasil ganó 2-0 con un gol de aquel pibe de 16 años.
La historia más conocida y que le daría todo el brillo a su carrera profesional se escribió a partir del Mundial de 1958 en Suecia. El jovencito de 17 años anotó seis goles y fue el líder futbolístico de su equipo. Sin embargo, eso no es lo único que lo convirtió en el mejor futbolista de la Copa del Mundo 1958, sino su aura de grandeza. Pelé brilló desde el primer minuto de juego, le dio a Brasil su primer Mundial y el fútbol internacional descubrió a uno de los mejores de la historia.
En el Mundial de Chile, en 1962, se fue lesionado en el segundo partido y se perdió el resto del campeonato. Más allá de su problema físico, Brasil no tuvo problemas para quedarse con su segunda estrella, Garrincha y Amarildo fueron los abanderados del reinado carioca. En tanto, ese mismo año el Santos ganaba la primera Copa Libertadores para un equipo brasileño y Pelé fue la gran figura. Faltaba algo más, la Copa Intercontinental, título que también logró ese mismo año ante el Benfica de Portugal, con Eusebio como estandarte.
Los títulos y el despliegue de Pelé en la cancha marcaban una nueva era futbolística. Más allá del traspié en el Mundial de 1966, donde Brasil se volvió en primera fase, el reinado del 10 del Santos y Brasil volvió a brillar en México, en el Mundial de 1970. El seleccionado que dirigió Mario Zagallo se llevó la Copa y los mejores recuerdos, considerado hasta el día de hoy como uno de los mejores equipos de la historia, con jugadores como Jairzinho, Gerson, Tostao, Rivelino, Carlos Alberto y Clodoaldo.
O Rei jugó desde 1956 hasta 1974 en el Santos, luego llegó su etapa en el Cosmos de EEUU y la despedida absoluta el 1 de octubre de 1977, con un partido entre Cosmos y Santos. Luego llegaría la etapa de las relaciones internacionales, de la cara visible de la FIFA y de su nombre siempre ligado a los negocios de los más poderosos.
El rey del fútbol fue indiscutido por algo más de dos décadas, hasta que llegó el pibe de Villa Fiorito. La hermosa rivalidad entre el 10 de Brasil y el 10 de Argentina alimentó el clásico más lindo del mundo con los mejores exponentes del siglo XX. Hace dos años, con la partida del Diego, Pelé le dedicó un post en su cuenta de Instagram: "Un día, en el cielo, jugaremos juntos, en el mismo equipo".