Después de siete años, a partir de un convenio firmado entre la Municipalidad y la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, reabrió el espacio cultural. El acuerdo es por seis meses. ¿Qué sucederá después?
Y al final, un viernes caluroso de noviembre, el Patio Catedral volvió a llenarse de gente. Una mesita, regenteada por la Parroquia anfitriona, sale de un galponcito para que por esa tarde le den el status de “buffet”. Unas ruinas casi centenarias de repente se transforman en un Coliseo del Arte. Es así, como los caminos de las hormigas o como el uso del lenguaje: todo depende del uso.
Durante los últimos siete años, el majestuoso polo cultural conocido como Patio Catedral había cambiado de categoría y estuvo funcionando apenas como el patio abandonado de la parroquia Sagrado Corazón. Íconos de la música santafesina, como Carneviva, famosísimas cantantes como María Martha Serra Lima, la banda sinfónica de la Policía, la Santa Fe Jazz Ensamble y también muchísimas tardes y noches de Entepola (Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano) supieron glorificar ese espacio como no lo pudo, quiso o supo hacer el entusiasmo por una nueva Catedral, tal era su destino premeditado. La sociedad santafesina le dio, en cambio, otro don: el de ser el hábitat natural de un artista y el de reunir públicos a celebrar comuniones artísticas.
El 18 de noviembre pasado, tras una espera larga, la vereda de calle 1º de mayo se iluminó con filas de focos blancos de nuevo, las columnas se volvieron de colores y las familias pasearon por los puestos de ocasión y se sentaron a consumir hamburguesas, gaseosas y porrones. Con feria y shows, se quebró el silencio del viejo Patio Catedral, querido por artistas y su público más que por nadie.
Poner voluntad
En 2015, cuando sucedió la última “clausura” del espacio cultural, el pretexto se sostenía en la intención de reflotar el proyecto de una nueva y linda Catedral en el microcentro de la ciudad, que quedó trunco allá por 1931. Desde entonces, el lugar cobró la energía de un monumento caído, lejano y abandonado.
La decisión política de la Municipalidad y la buena voluntad de José María Soria, el actual párroco. Soria cambió el rumbo elegido por su antecesor Ricardo Colombo, que en 2015 pedía “ayuda al gobierno” para llevar adelante el viejo proyecto, que parecía tener que ver más con el lobby inmobiliario que con una necesidad de la fe.
Paulo Ricci, secretario de Educación y Cultura de la Municipalidad de Santa Fe, se mostró muy contento por el éxito de la primera jornada, a la que calificó como “una noche esperada y soñada”, pero sobre todo muy entusiasmado por las próximas fechas: serán el 2, el 9 y el 23 de diciembre.
Además, Ricci celebró “la actitud del cura párroco José María Soria y la predisposición del Arzobispado para atender a nuestra propuesta de reapertura”. Por su parte, Soria añadió que “queremos que se valore esto que es mancomunado. Nada podría hacer sola la Iglesia, y el gobierno tal vez tampoco. Son espacios que nos invitan a trabajar en común”.
Mientras que la parroquia accedió a que la agenda cultural vuelva a incluir al Patio Catedral, el Estado se ocupó y se ocupa de mantener el lugar. Según aclaró el propio intendente Emilio Jatón, el convenio conjunto contempla apenas los próximos seis meses de calendario y se trata de una “prueba piloto” para ver cómo será el futuro una vez vencido el plazo.
“Fue casi un año de negociaciones en los que intentamos convencer a la parroquia y al Arzobispado de que esta reapertura también es una buena noticia para la feligresía y los vecinos, algo que queda totalmente comprobado al ver el público que se acercó hoy y que esperamos que siga acompañando las propuestas”, detalló Ricci en charla con Pausa.
Dentro de los factores que colaboraron a favor de la reapertura del Patio, el funcionario remarcó el apoyo del cura Soria: “La verdad que encontré en él una persona muy abierta, que fue público de mucho de lo que pasaba en este lugar en los 90 y en los 2000. La única precaución fue que no se generen molestias para los vecinos ni para los parroquianos, que es algo que perfectamente podemos cumplir trabajando en conjunto”.
Música y convivencia
Respecto a la adecuación de las actividades al marco de la discusión por la nueva nocturnidad, Ricci cree que es clave apegarse a lo acordado para que todas las partes queden conformes.
“Creemos que cuando uno propone algo con claridad y sinceridad en cuanto a los horarios, las frecuencias y los criterios, perfectamente podemos convivir. Pero eso sí, nunca vamos a aceptar que se prohíba algún estilo musical o que no se pueda pasar música en un espacio público”, expresó el funcionario.
Como siempre, en el momento del balance, pesará y mucho la concurrencia del público y la apropiación del espacio por parte de los artistas, como tantas veces lo hicieron cuando hubo que defender las trincheras. ¿Seguirá abierto el Patio Catedral cuando llegue el invierno? Solo si dejamos que se enfríe.