Luego de que Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso, la instauración de un gobierno de emergencia y el toque de queda, el cuerpo legislativo votó su destitución y la vicepresidenta Dina Boularte se prepara para asumir el mando. El ex presidente fue detenido.

Luego de que Pedro Castillo anunciara la disolución del Congreso, la instauración de un gobierno excepcional de emergencia y el toque de queda en todo el territorio peruano, el cuerpo legislativo votó su destitución y la vicepresidenta Dina Boularte se prepara para asumir el mando. El ex presidente fue detenido y trasladado a la prefectura de Lima.

El Congreso peruano se preparaba hoy para discutir por tercera vez la destitución de Pedro Castillo por "permanente incapacidad moral". Frente a este escenario, Castillo anunció esta mañana una serie de medidas que incluían la disolución del congreso, la instauración de un gobierno excepcional de emergencia que funcionara a través de decretos, el toque de queda a nivel nacional y la convocatoria a elecciones para un nuevo cuerpo legislativo en un plazo no mayor que nueve meses.

Estas disposiciones fueron calificadas de forma inmediata como un intento de autogolpe de Estado y motivaron renuncias masivas en el Gabinete. La vicepresidenta Dina Boluarte expresó su rechazo a la decisión de Castillo de "perpetrar el quiebre del orden constitucional" y afirmó que se trataba de un golpe de Estado. Los ministros de Relaciones Exteriores, de Economía y Finanzas, de Trabajo y de Educación dimitieron a sus cargos. Los magistrados de la Junta Nacional de Justicia también rechazaron el golpe de Estado, mientras que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional anunciaron que iban a respetar el orden constitucional y llamaron a la ciudadanía a mantener la calma. 

Finalmente, el ex presidente Castillo fue detenido en la vía pública y trasladado a la Prefectura de Lima. El Congreso votó horas más tarde su vacancia por 101 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones y convocó a una sesión para tomar juramento a Dina Boluarte como nueva presidenta.

La vicepresidenta del Parlamento, Martha Moyano, afirmó que la disolución del Congreso anunciada por Castillo resultaba ilegal y constituía un golpe de Estado. Por su parte, Ruth Luque, de Cambio Democrático, que antes se oponía a la vacancia, manifestó que las medidas anunciadas por Castillo significaban que el presidente había decidido "socavar la democracia".