Se suponía que la tecnología iba a terminar las polémicas e iba a poner la dosis de justicia necesaria para que los árbitros tengan una tarea más aliviada. La primera fase del Mundial mostró todo lo contrario.
¿Querían el VAR para anular un gol (Lautaro Martínez ante Arabia Saudita) por un hombro levemente adelantado con respecto a la punta del botín del jugador contrario?
Más allá de haber roto una parte del deporte más popular del planeta, da la sensación que lo querían para romper las reglas de la física humana, ya que todavía no se pudo descubrir a una persona que corra a toda velocidad con el cuerpo inclinado hacia atrás.
Pero como si esto fuese poco, en esa jugada que le quitaron el gol al delantero argentino en la derrota del debut mundialista, unas horas después del partido el mundo conoció que el VAR había errado otra vez. El VAR tomó al defensor equivocado olvidándose del lateral izquierdo de los saudíes, Yasir Al Shahrani.
De la misma manera que perjudicó a nuestro seleccionado, también lo benefició con los dos penales que le dieron en esta Copa del Mundo en la fase de grupos. El primero es por una falta a Leandro Paredes, ya que interpretan que el jugador Mohamed Kanno lo sujeta adentro del área. Una cosa es agarrar al rival para no permitir el normal desplazamiento, otra es anularle al que defiende la posibilidad de rosarse para incomodarlo. También destruyeron al fútbol como deporte de contacto.
El otro penal a favor de Argentina, ante Polonia, también fue ridículo. El arquero polaco sale a cortar un centro en el área chica, Messi cabecea primero, y con el impulso del salto para intentar desviar la trayectoria de la pelota acaricia la cara del 10 argentino. Lo más importante, y es donde radica el error, es que Messi ya había cabeceado, Wojciech Szczesny no le comete falta cuando está por cabecear o en el mismo momento que lo está haciendo, el polaco le acaricia la frente con dos dedos de su mano izquierda luego de que la pelota ya había sido impulsada por el rosarino.
Cuidado con los hombros
Otro VAR “por hombro”, y quizás este fue el más disparatado de todos, fue el que protagonizaron un defensor belga y un delantero croata.
Croacia y Bélgica se jugaban el pase a los octavos de final en un mano a mano apasionante, en ese marco el árbitro Antonhy Taylor dio penal por falta de Yanick Ferreira Carrasco a Andrej Kramaric, pero el VAR lo llamó y cobró offside.
El penal que le habían dado a los muchachos de la camiseta cuadriculada se lo quitaron porque el hombro de Dejan Lovren (croata) estaba adelantado con respecto al hombro de Jan Vertonghen (belga). O sea, a Croacia no le dieron el penal porque el diámetro de la cabeza del húmero de Lovren es una milésima más grande que la de Vertonghen.
Robo celeste (parte l)
Portugal-Uruguay, penal por mano de Giménez. Qué ocurrió: en el minuto 89, Bruno Fernandes intentó poner el balón en el área. José María Giménez se deslizó para intentar evitar el ataque portugués y el balón pegó en su brazo que iba al suelo mientras caía hacia atrás. El portugués Fernandes reclamó mano; sin embargo, el árbitro (el iraní Alireza Faghani) desestimó la queja. Cuando se empezó a cobrar un tiro de esquina a favor del combinado portugués, el árbitro VAR (Abdullah Al Marri, Qatar) recomendó la revisión por posible penal.
“La posición del brazo sirve de apoyo cuando el jugador se cae o se levanta del suelo”, de eso habla el reglamento, es una cuestión lógica y física, cuando vas al piso con las piernas hacia adelante con una de las manos te apoyas en el suelo.
Robo celeste (parte ll)
Siguiendo con nuestros vecinos charrúas es inevitable no detenerse en el partido ante Ghana, el encuentro donde la Celeste queda eliminada. Cuando se disputaba el tiempo adicionado Edinson Cavani fue claramente derribado en el área, pero el árbitro alemán Daniel Siebert no consideró que sea falta del defensor Alidu Seidu, pero lo más llamativo fue no lo llamaron desde el VAR para chequear la jugada.
“Nos eliminó el penal cobrado ante Portugal, que la FIFA ahora dice que no fue penal, eso nos elimina”, afirmó el entrenador Diego Alonso. Otro de los que se enfureció fue Luis Suárez en zona mixta: “Veo penal a Edi (Cavani), el jugador de Ghana le corta la carrera, hay otro penal clarísimo a Darwin (Núñez), se están cobrando penales y cosas increíbles, el Comité de Árbitros y la FIFA deben explicarse mejor. La FIFA debe poner las cosas en claro”.
Minutos antes de esas declaraciones, Cavani se retiraba a los vestuarios, pero antes de meterse bajo techo pasó al lado del monitor VAR y con un empujón lo tiró al suelo.
🇺🇾 | QATAR 2022: La bronca del uruguayo Cavani contra el VAR. pic.twitter.com/DsmQozpIec
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) December 3, 2022
La pelota está afuera y adentro
El partido entre Japón y España tuvo la sanción más polémica en lo que va del Mundial. Los japoneses creían que habían anotado el segundo gol cuando Tanaka mandó la pelota al fondo de la red luego de un centro de Mitoma; pero el asistente alzó la bandera porque el balón había pasado la línea de fondo cuando el futbolista nipón ejecutaba el pase-gol a su compañero.
El árbitro VAR (el mexicano Fernando Guerrero) revirtió la decisión del asistente, consideró que había evidencias de que parte del balón pisaba la línea. Es importante destacar que no sólo se trata de que el balón toque el piso, también cuenta la curvatura que sobresale de la línea, aunque lo haga una parte muy pequeña del balón.
Todavía seguimos mirando dónde está la prueba contundente de que el balón tocaba la línea cuando Mitoma le daba el pase a Tanaka. La decisión del VAR fue en contra de la sanción hecha por el juez de línea.
Puede ser que en algún momento se revelen nuevas imágenes de la jugada, quizás tomadas por las cámaras exclusivas del VAR. Por ahora todas las imágenes, desde todos los ángulos, muestran a la totalidad de la pelota afuera de la línea de juego. Con ese gol ilegítimo Japón ganó 2 a 1 y pasó de ronda, con ese gol ilegítimo Alemania se fue del Mundial.
El límite del “tecnofútbol”
Los errores de la primera fase del Mundial son muchos más, pero en esas palabras radica el espíritu del VAR, ya que el nuevo sistema tecnológico debería terminar con las palabras error y polémica. El offside semiautomático del VAR y el uso de inteligencia artificial que se está implementando en esta Copa del Mundo no solucionó nada, al contrario, condimentó la polémica, llenó de ira cada decisión tecnológicamente injusta y todos, aunque sepamos que estuvo mal, nos sentimos Cavani por un instante. En un Mundial donde la corrección política y la disciplina moral está regida por los intereses de la FIFA y de las autoridades locales como nunca antes, el delantero uruguayo rompió el molde y tuvo un acto de rebeldía con el que soñamos todos los hinchas.
Académicamente hablando, el VAR está haciendo mierda al fútbol, y este Mundial lo confirma partido a partido, miramos al cielo y nos preguntamos cuántas puteadas habrá tirado Diego ante estos genios de la FIFA. Miramos a los costados y solamente encontramos a un puñado de uruguayos que protestan ante la injusticia, pero esa protesta llega cuando ya los dejaron afuera.
Parece que nos estamos acostumbrando a detener nuestras emociones cuando el corazón revienta de alegría, esperamos la decisión de un grupo de tipos sentados en confortables sillones, nos comemos las uñas mientras chequean si una línea marca un dedo adelantado o si miran una carrera de hombros para ver quién cruza primero. Gritamos los goles en cuotas, los relatos en las radios y TV tienen menos emoción que ver gente durmiendo en Gran Hermano y las esperas son salas de parto, mientras lo único que deseamos es pegar un grito a lo bebé que está saliendo al mundo.
¿Ustedes creen de verdad que esto es fútbol? Hablar de líneas trazadas, fotos, videos, ángulos invertidos, inteligencia artificial, hombros, milímetros tiene más que ver más con otras disciplinas, y no con saber jugar al fútbol.
Herramienta y protagonista
A ver si nos entendemos, la tecnología en el fútbol no es un problema cuando asiste a los árbitros, corrige errores y le brinda justicia al juego. Cuando se administra bien la tecnología, soluciona problemas. El inconveniente que se manifiesta una y otra vez es que se está volviendo en una herramienta en contra de los recursos de un futbolista, y esa batalla sin equivalencias es la que no debería suceder.
La herramienta es la tecnología, el protagonista es el futbolista. Hay que cuidar al futbolista y al deporte hecho por seres humanos, quieren llevar al terreno de la perfección tecnológica a la actividad deportiva más emocional del planeta. La perfección no existe, lo único que existe es esa búsqueda constantemente por achicar los errores, tan parecida a la explicación de la palabra utopía.
Sigo creyendo que la tecnología puede restar ese margen de error, pero no sumar como lo viene haciendo. El negocio tecnológico (VAR) de la FIFA fue presentado como la herramienta que iba a terminar con la polémica, pero además repitieron una y otra vez que con la tecnología en el fútbol se acabarían los actos de injustica.
Mientras seguimos insultando al VAR y esperando gritar los goles cinco minutos después de la conversión, los que amamos el fútbol de las imperfecciones reales pedimos que perfeccionen esa maquinita donde muy pocos se hicieron millonarios, porque así, el fútbol de los seres humanos se parece demasiado al de la frialdad de la Play.