Hoy se cumple un nuevo aniversario del asesinato del fotógrafo en Pinamar a manos de una patota vinculada al empresario Alfredo Yabrán. "Nos mintieron diciendo cadena perpetua", dice su hermana Gladys en una carta: todos los responsables están libres.
El 25 de enero de 1997, una patota vinculada al empresario Alfredo Yabrán, símbolo de la corrupción menemista, secuestraba y asesinaba en Pinamar al fotógrafo de la Revista Noticias José Luis Cabezas. Cabezas había sido quien, un año antes, había logrado capturar la imagen de Yabrán, que mantenía un muy bajo perfil, por primera vez, en una foto que se volvió icónica.
Hoy, a 26 años del crimen, familiares y allegados de Cabezas lo recordaron con un acto en Pinamar y a las 19 participarán de otro en General Madariaga, donde fue asesinado. Además, se realizaron homenajes en varios puntos del país, y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren) y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), organizaron un acto en la sede de ARGRA en la Ciudad de Buenos Aires.
La carta de Gladys
Gladys Cabezas, hermana de José Luis, envió a Télam la carta que leyó en el homenaje realizado esta mañana en Pinamar; según ella, este año decidió escribirle por primera vez. "Siento que fue ayer cuando con los viejos nos enterábamos por la radio que habían encontrado calcinado y esposado a un reportero de la Revista Noticias", reza la misiva, en la que Gladys realiza serios cuestionamientos a la Justicia por la forma en la que resolvieron el caso: hoy no hay ni un responsable preso.
"Cuánto dolor, cuánta impotencia, cuántas mentiras, cuánta hipocresía. Pero lo peor, cuántos corruptos. Cuanta corrupción en manos de personajes siniestros. Llegó el juicio y nos mintieron diciendo cadena perpetua. Pero no fue así: era portarse bien en la cárcel y salir", señala en la carta Gladys, que caracterizó a la Justicia como un "sistema perverso".
El primer juicio por el asesinato de Cabezas se realizó en enero de 2000 y condenó a cadena perpetua a los policías Gustavo Prellezo, Aníbal Luna y Sergio Camaratta, para el custodio de Yabrán Gustavo Ríos y para Horacio Anselmo Braga, Sergio Gustavo González, Miguel Retana y José Luis Auge, integrantes de la banda criminal platense "Los Horneros". Luego, en un segundo juicio realizado en 2002, fue condenado también a perpetua el comisario de Pinamar Alberto "La Liebre" Gómez, quien liberó la zona.
Sin embargo, hoy en día ninguno de ellos se encuentra en la cárcel: sin contar a Miguel Retana y Sergio Camaratta, que fallecieron, todos los demás están en libertad. Gustavo Prellezo, autor material del crimen, fue beneficiado con prisión domiciliaria en 2010 por cuestiones de salud, y en 2017 obtuvo la libertad condicional, año en el que también fue excarcelado Aníbal Luna. A Gregorio Ríos, por su parte, se le otorgó primero la prisión domiciliaria y luego, en 2013, la libertad, la misma suerte que corrió "La Liebre" Gómez. Por su parte, "Los Horneros" se vieron beneficiados por el "2 por 1", que contabilizaba por dos el tiempo en prisión que habían pasado los acusados antes de ser sentenciados. Auge fue liberado en 2004, González en 2006 y Braga en 2007.
El crimen
Un año antes de su asesinato, Cabezas había logrado fotografiar al enigmático empresario Alfredo Yabrán, propietario de la empresa OCA, durante la cobertura de verano que realizaba junto al periodista Gabriel Michi para Noticias. "Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía", era la frase que por entonces se le atribuía al dueño del emporio postal.
La emblemática foto de Yabrán caminando en la playa fue publicada en la tapa de la revista Noticias en marzo de 1996. La investigación judicial posterior determinó que el empresario tomó la revelación de su imagen como una afrenta que no estaba dispuesto a perdonar.
Después de la publicación, el fotógrafo y su pareja, Cristina Robledo, comenzaron a recibir amenazas telefónicas y un año después, un funcionario cercano a la gestión del entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri, le confió a Cabezas que "gente de Yabrán" había indagado sobre la dirección donde se alojaría durante la cobertura de la temporada.
Un mes antes del crimen, el policía de la bonaerense Gustavo Prellezo, condenado como uno de los autores materiales del hecho, se reunió con Yabrán en Buenos Aires, en las oficinas que el empresario tenía en Carlos Pellegrini al 1100. En esa reunión, "Don Alfredo" le confió que quería "pasar un verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas", según lo que el oficial declaró luego ante la Justicia.
José Luis Cabezas: 25 años de un crimen que conmocionó al país
El 24 de enero de 1997, Cabezas y Michi concurrieron a una fiesta que ofreció en su casa de Pinamar el empresario Oscar Andreani, donde llegaron en un Ford Fiesta de color blanco. A las 4 de la madrugada el periodista se retiró y el fotógrafo lo hizo una hora después, en el vehículo en el que se desplazaban. A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentro del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico, en una cava de las afueras de Pinamar. El cadáver tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en la cavidad craneana.
El asesinato del fotógrafo develó vínculos entre el gobierno, políticos y empresarios, y cinco meses después del crimen debió renunciar el entonces ministro de Justicia, Elías Hassan: el funcionario había mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán, a quien le había otorgado el reparto de la correspondencia de la cartera a su cargo.
La cobertura del caso fue tema excluyente para todos los medios del país y la foto del reportero gráfico acompañada con la leyenda "No se olviden de Cabezas" se convirtió en un símbolo de la denuncia contra la impunidad que unió en un mismo reclamo a organizaciones gremiales y organismos de derechos humanos.
Tras varios meses de instrucción en mayo de 1989, el juez federal de Dolores, José Luis Macchi, procesó y dictó prisión preventiva para Yabrán como instigador del crimen. Tras permanecer algunos días en condición de prófugo, el empresario postal se suicidó en un campo de su propiedad ubicado en Entre Ríos, donde permanecía oculto.
Con información de Télam.