ANUARIO 2022 | Agua, alumbrado, cordones, asfalto, desagües. En 2022, la Municipalidad pudo mostrar avances en obras básicas que los barrios venían esperando desde hace demasiado tiempo.
La gestión de Emilio Jatón llegó apalancada por el voto de los barrios –perdió en los tres distritos del centro– y en las promesas que sus habitantes recibieron. Tras la pandemia, en 2022 varias obras anunciadas en la campaña electoral comenzaron a verse.
La más significativa de todas fue un eje de la campaña y del Plan Integrar. El Camino Viejo a Esperanza era una zanja a cielo abierto que funcionaba como basural. Metida en el corazón de los barrios del noroeste, une el Abasto con el Hipódromo, sólo la conocen los vecinos del lugar o los mayores de 70 años, que alguna vez usaron ese trayecto para ir a la ciudad vecina. La primera etapa de esa obra ya está cumplida y se avanza en la segunda. Entubado y mejora del desagüe, bulevar pavimentado, iluminación, cantero central y ciclovía.
También en el marco del Integrar, se ejecutó ya el 50% de un plan de obra que impacta en 2300 familias de los barrios Yapeyú, San Agustín, La Ranita y Loyola Norte. Contempla la provisión de agua potable, cloacas, desagües domiciliarios y pluviales, alumbrado público, red vial y la puesta en valor del bulevar 12 de Octubre, financiación del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento.
A partir de un trabajo coordinado con la Secretaría de Integración Sociourbana de la Nación (SISU), se pudo avanzar en dos puntos históricamente complejos para la ciudad: Los Hornos y Playa Norte. En el primer lugar, una vieja cava que quedó atrapada por el crecimiento urbano, se hicieron mejoras viales, desagües pluviales y cloacales, veredas nuevas, alumbrado público y agua potable en diez manzanas habitadas por 460 familias.
En Playa Norte, que ahora no tiene que preocuparse por los desalojos, ya se firmaron los convenios para desarrollar la red eléctrica, cloacal, de agua potable, apertura de calles, espacio público, extensión del anillo de defensa, entre otras obras de vital importancia para la vida de 200 familias. También con la SISU se licitaron obras por más de mil millones de pesos de agua potable, desagües cloacales y pluviales, alumbrado público, red vial y peatonal, y equipamiento urbano y comunitario para el barrio 29 de Abril, creado después de la inundación de 2003.
En el otro extremo de los barrios, está Colastiné, con más 350 años de historia. Recién en noviembre de 2022 le llegó el agua potable de red. Hay canilla, no camión aguatero. Hay una planta potabilizadora que se abastece del río Colastiné y tendido de red domiciliaria de 5200 metros que abastece a 1500 vecinos y que soporta crecimiento demográfico por los próximos 20 años.