ANUARIO 2022 | Los precandidatos se alistan mientras los oficialismos no logran zafar de la crisis.
Como todos los años no electorales, los distintos sectores políticos de la provincia de Santa Fe oscilaron entre las negociaciones internas, el posicionamiento de sus principales figuras y el incipiente armado de las alianzas para los comicios de 2023.
No hubo mucho margen este año –como todos los anteriores– para que la política ocupe el centro de la escena: 2022 arrancó con una masiva ola de contagios de coronavirus mientras se desplegaba en todo el país la campaña de vacunación más importante de la historia. Superada la tercera ola, emergió la crisis económica como principal problema de los argentinos y de los santafesinos.
El año cierra con índices récord de inflación que no se registraban desde hace más de tres décadas. Crecen sin cesar los indicadores de la macroeconomía y el trabajo registrado, pero a la gente le cuesta cada vez más llegar a fin de mes. El precio de las cosas sigue siendo el gran tema en la mesa de los argentinos.
Bajo ese contexto, es evidente que las fuerzas de la oposición tienen mucho más espacio de maniobra que los oficialismos. No tienen que pagar el costo político de la crisis, ni de las decisiones antipáticas –como las restricciones por la pandemia o la extensión del ciclo lectivo por los paros– y tampoco deben lidiar con los problemas cotidianos de gestión.
Así se observó en Santa Fe, donde los diferentes espacios de la oposición se movieron a sus anchas por el territorio provincial en busca de cimentar sus construcciones electorales para 2023.
La UCR santafesina leyó con claridad los resultados de las elecciones intermedias de 2021 y se decidió a liderar un gran polo opositor junto al PRO con el objetivo de derrotar al peronismo el año próximo. Con dos polos bien definidos –uno liderado por Maximiliano Pullaro y el otro por el tándem Losada-Scarpin-Galdeano–, los radicales están confiados en que les llegó la hora de gobernar. ¿Será con el sello de Juntos por el Cambio?
El gran dilema, que no se resolvió durante 2022, es la definición de los contornos de esa coalición, que algunos llaman “Frente de frentes” y otros, en cave local, “Frente Amplio Santafesino”. La discusión sigue siendo qué sectores integrarán ese armado y qué decisión terminará tomando el socialismo, que viene de cosechar un lejano tercer puesto en las intermedias de 2021.
El oficialismo pasó un año de zozobras acechado por los conflictos gremiales, la inseguridad, el lastre de la pandemia y la oscura sombra que proyecta el gobierno nacional –en franca caída– sobre sus propios aliados.
Ni siquiera los indicadores positivos de la economía, que en Santa Fe son aún más notorios, le dieron algo de aire al gobierno provincial. Las planillas de Excel muestran avances en casi todas las materias –empleo, actividad, exportaciones, consumo e inversión–, pero eso no se traduce necesariamente en la realidad del ciudadano de a pie. La distribución del ingreso sigue siendo, igual que a nivel nacional, el principal déficit en materia económica.
El gobernador Omar Perotti todavía no eligió candidato. El diputado Roberto Mirabella camina la provincia desde principios de año pasado, pero muchos de los ministros del gabinete también lo hacen, cada vez con mayor visibilidad. Otros espacios que fueron aliados en 2019 y que se distanciaron en 2021 también salieron al ruedo: las caras visibles son Marcelo Lewandowski, Marcos Cleri y Leandro Busatto. ¿Aparecerá algún tapado?
Quedan dos definiciones importantes en manos del gobernador: el calendario electoral –las generales serían en septiembre de 2023– y la definición de su candidato. Cuando eso ocurra, un nuevo año electoral estará en marcha.