ANUARIO 2022 | El Concejo Municipal le puso fin a más de una década sin reglas claras para salir a divertirse de noche en Santa Fe.
Durante el mismo fin de semana de octubre de 2009, Las Ruinas, el pool Speed Game y el mítico Passage fueron escenarios de sucesos de violencia y sobredosis, lo que disparó alarmas en el Ejecutivo Municipal dando origen a una “Emergencia Nocturna” estipulada en la ordenanza N° 11.622, vigente durante casi 13 años. A lo largo de ese tiempo, propios y extraños debieron acomodarse a horarios y condiciones arbitrarias y cambiantes.
En este sentido, las intendencias de Mario Barletta y José Corral fueron improvisadas y perjudiciales tanto para trabajadores como para el público. Bajo la gestión de Corral, incluso, se canceló hasta la posibilidad de festejar un cumpleaños en la vecinal del barrio.
Cierto es también que para avanzar soluciones hacía falta la voluntad de sentarse a escuchar las distintas posiciones de las partes interesadas, puesto que entre empresarios y vecinos los intereses cruzados configuraban una situación muy difícil de balancear: una larga brecha se imponía entre las exigencias y las posibilidades del sector emprendedor y las personas afectadas por las vicisitudes de la nocturnidad (el alto ruido, la suciedad lindante a los domicilios, etcétera).
“Sufrimos gritos, peleas, amenazas de los cuidacoches, picadas, bocinazos, motos con el escape preparado para hacer ruido, necesidades fisiológicas en la vereda y heridos de armas de fuego", decían vecinos autoconvocados de Barrio Sargento Cabral. "Le damos de comer a mucha gente, no solo a los grupos que van, los bailes son el 90% de los ingresos que tiene el club para llevar a cabo todas sus actividades", contestaban desde el club Villa Dora.
Entre los más desprotegidos por las políticas, también se enumeran trabajadores del sector de la música, rubro totalmente cercenado por las medidas adoptadas en estos años, cuyas exigencias nada tenían que ver con el alcance de alguien que quiere cantar sus canciones. “Las ciudades están vivas, respiran, transpiran y también generan sonido”, fue una de las frases salientes, que fue dicha por Maximiliano Schweizer, secretario de Santafesinos Unidos por la Música Autogestionada.
Todo esto fue expuesto durante la audiencia pública del jueves 1 de septiembre, donde cien personas hablaron expresando todas las aristas posibles que debería contemplar una nueva normativa sobre nocturnidad y que contó con la intervención de empresarios, vecinalistas, artistas y público en general. Accesibilidad, el recorte de días para celebrar bailes y la falta de obras para los locales que fueron obligados a trasladarse a la ruta 168, fueron algunos de los puntos que también fueron aportados desde las distintas partes afectadas. Lamentablemente, estos y otros aspectos no terminaron siendo contemplados en la versión final de la normativa.
Al término de aquella audiencia, no obstante, se conoció que el Ejecutivo ya tenía un borrador de proyecto ya tenía listo y, como era de esperar, no contemplaba muchas de esas cuestiones que se habían abordado durante las exposiciones de la audiencia pública y esto no cayó bien. De ahí en adelante, las semanas ulteriores sirvieron para pulir algunos detalles y para tratar de alcanzar algunos consensos entre partes, algo que se consiguió apenas parcialmente.
Finalmente, el 25 de noviembre el Concejo aprobó la letra definitiva que resultó un poco menos estricta en algunos puntos para los locales, aunque mayormente se concentró en limitaciones horarias de cierre y para pasar música, así como también tiende a ser más subir la intensidad de los controles municipales para no permitir el exceso de ruido. En ese contexto, además, se podrá volver a bailar un poco en bares con aforo menor a 200 personas, así como también se incrementarán las multas para quienes no cumplan con las exigencias detalladas en la ordenanza.
El Concejo aprobó el nuevo régimen para la nocturnidad en la Ciudad