ANUARIO 2022 | El cambio de nombre generó dos convocatorias y nuevas tareas a futuro para el movimiento feminista.
Por primera vez desde 1986 hubo dos convocatorias al Encuentro que los feminismos llevan a cabo desde entonces en diferentes puntos del país. La discusión central tuvo que ver con el cambio de nombre. En 2019, en La Plata, se resolvió que el Encuentro Nacional de Mujeres comience a llamarse Encuentro Plurinacional de Mujeres, Trans, Travestis, Lesbianas, Bisexuales, Intersexuales y No Binaries. También allí se decidió que la próxima sede sería San Luis. Por la pandemia, la instancia se postergó en 2020 y en 2021. Dos años después, la Comisión Organizadora puntana no logró llegar a un acuerdo y hubo dos citas: una en octubre y otra en noviembre.
El encuentro de octubre se vivió como una instancia necesaria tras dos años de pandemia, momento en que las mujeres y disidencias sexuales estuvieron al frente asegurando la alimentación de los sectores populares en los comedores comunitarios y realizando tareas de cuidado. En San Luis sonó fuerte, además, el reclamo de aparición con vida de la niña Guadalupe Lucero y del joven trans Tehuel de la Torre (desaparecides en 2021), la exigencia de la libertad de las mujeres mapuche detenidas por defender sus territorios en la Patagonia y el pedido de justicia por Alejandra Ironici.
Adriana Guzmán, una de las miles de mujeres bolivianas que resistieron al golpe de Estado de 2019, se manifestó durante el Encuentro Plurinacional: "Aquí nos llaman migrantes pero migramos con nuestras ancestras, con nuestras memorias, con nuestras luchas, con nuestras comidas y nuestras formas de entender el mundo. Este encuentro va a ser plurinacional cuando nos podamos mirar y compartir esas comidas, esos olores y esas cosmovisiones".
Después de octubre, la activista trans Shazmin Ramos Moreira comentó a Pausa: “La lucha de ir siendo participe de estos espacios todavía no terminó. No tenemos que bajar los brazos ni cansarnos. Si bien la provincia de San Luis mostró de boca para afuera ser inclusiva, en algunos talleres dejaban mucho que desear en cuanto a nosotres, ya que los espacios los querían habitar y comandar personas heterocis”.
El Encuentro Plurinacional dejó un compromiso: cómo fortalecer esa palabra académica y difícil -la interseccionalidad- que no es otra cosa que reconocer la experiencia y las luchas de mujeres, trans, travestis, lesbianas, bisexuales y no binaries con una mirada de clase, anticolonial y antirracista.
Por medio del tradicional aplausómetro, se definió que la próxima sede del Encuentro será Bariloche. También así lo definió el Encuentro Nacional de Mujeres realizado un mes después.
La doble convocatoria mostró que hay procesos a seguir trabajando al interior de la organización de los Encuentros, como el fortalecimiento de la palabra de los varones y mujeres trans, la decolonización del pensamiento blanco ante las vidas y la cosmovisión indígena o la profundización del diálogo intergeneracional. Será tarea de la Comisión Organizadora rionegrina y de los feminismos que habitan estas tierras del sur del mundo ser punta de lanza en esos debates.