La crisis financiera cruzó el océano. El desplome del Credit Suisse -con una caída de más del 30%- arrastró a la baja a otras entidades como Société Générale, BNP Paribas, Commerzbank, UBS y Deutsche Bank. El Banco Central Europeo y el Tesoro estadounidense siguen de cerca la situación.
Las acciones del banco suizo Credit Suisse llegaron a caer hoy más del 30% -para luego frenar la baja al 13%-, en lo que representó un mínimo histórico que arrastró a otras entidades financieras del continente. Esto se dio a partir de la decisión del Banco Nacional Saudita -su principal accionista- de no ampliar su inversión en la institución, en medio de un clima de desconfianza en el sistema bancario internacional luego de la quiebra del Silicon Valley Bank (SBV) y del Signature Bank en Estados Unidos. El Banco Central Europeo y el Tesoro norteamericano monitorean la situación.
El mes pasado, Credit Suisse había informado una pérdida neta de 7917 millones de dólares en 2022, el peor resultado desde la crisis financiera de 2008. En otro reporte publicado ayer admitió haber identificado “debilidades materiales” en los controles internos de sus estados financieros y una fuerte salida de depósitos -por más de 100.000 millones de dólares- desde fines del año pasado. El desplome de las acciones de Credit Suisse arrastró a la baja a otros bancos europeos en la bolsa, como el Société Générale (-12,5%), BNP Paribas (-11%), Commerzbank (-10%), UBS (-8,5%) y Deutsche Bank (-8,5%).
Ulrich Koerner, CEO del Credit Suisse, señaló hoy que "la base de liquidez sigue siendo sólida y muy por encima de todos los requisitos reglamentarios". Por su parte, Axel Lehmann, presidente del banco, afirmó que el banco posee "un balance sólido” y que no necesita ningún rescate gubernamental.
La entidad solicitó hoy al banco central de Suiza y a la Autoridad Suiza Supervisora del Mercado Financiero que brindaran una declaración pública "tranquilizadora" sobre la salud financiera de la entidad para devolverle confianza al mercado. Hasta ahora, tal intervención no se ha producido. Por su parte, la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, expresó que la problemática “es responsabilidad de las autoridades suizas” y que “deben solucionarlo ellas”, pero anticipó que su ministro de Finanzas Bruno Le Maire hablará con su par suizo.
El Credit Suisse fue fundado en 1856 y es el segundo banco más grande de Suiza y uno de los principales de Europa. Anteriormente a la pérdida de 7917 millones de dólares reportada en 2022, el banco ya había sufrido un perjuicio de 5100 millones de dólares en 2021. Además, la investigación periodística "Suisse secrets", que reveló décadas de depósitos vinculados al tráfico de drogas, lavado de dinero, corrupción, tortura y otros crímenes, contribuyó a una fuerte hemorragia interna que hoy alcanzó su punto más bajo.
La crisis cruzó el océano
En los últimos días, la quiebra del Silicon Valley Bank en Estados Unidos provocó una crisis en el sistema bancario que provocó críticas contra la Reserva Federal (FED) del país norteamericano por la falta de control y supervisión. Frente a esto, y luego de anunciar un paquete de medidas para asegurar la devolución de los depósitos a los ahorristas, la FED informó que realizará una revisión "exhaustiva, transparente y rápida" de los acontecimientos que rodearon el colapso del SVB, cuyos resultados se harán públicos el 1 de mayo.
La posibilidad de que la crisis en el sistema financiero estadounidense impacte en Europa había sido minimizada por la agencia de calificación de riesgos Moody's, que argumentó su posición en el carácter más estable de los depósitos de los bancos europeos y en su baja tenencia de bonos. En el mismo sentido se habían expresado la ministra de Asuntos Económicos de España, Nadia Calviño, que destacó el "alto nivel de liquidez y reservas de activos de alta calidad" de las entidades financieras del continente, y el canciller alemán Olaf Scholz, que manifestó: “No hay ninguna razón en Alemania para que alguien esté preocupado”.
Con información de Télam.