A través de un video, el ex presidente Mauricio Macri se bajó de las elecciones 2023. Dedicó la mayor parte del discurso al peronismo, sin nombrarlo, como el mayor mal de historia del país. También hubo una muy velada alusión al espacio de Javier Milei.
La candidatura presidencial de Juntos por el Cambio saldrá de Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, por el PRO, y los radicales Gerardo Morales y Facundo Manes. Mauricio Macri publicó hoy un video en el que reafirmó su voluntad de no ser candidato a presidente en las elecciones 2023.
"Quiero ratificar la decisión que no seré candidato en la próxima elección", dijo el ex presidente. En su video, de poco más de seis minutos, comienza trazando un panorama sombrío del presente y, luego, dedica la mayor parte a condenar al peronismo como fuente de todos los males del país.
"Millones de argentinos sienten el miedo a quedar sin trabajo, el miedo a necesitar ayuda para la salud y no conseguirla, a que la jubilación no alcance, a que nos roben, a que nuestros hijos se vayan del país", evaluó Macri.
Luego, tras preguntarse "¿Pero cómo llegamos a estar así?", inicia el tramo central de su discurso, de abierto antiperonismo.
Hace casi 80 años, una parte importante de la sociedad argentina eligió creer en líderes mesiánicos. Personajes que supuestamente nos salvarían y nos llevarían a una vida mejor. Muchos argentinos de buena fe depositaron sus esperanzas en ellos y le dieron la responsabilidad de producir los cambios que se necesitaban. Pero este tipo de liderazgos terminó siendo muy dañino para el país. Le dio un poder desproporcionado a personas tan falibles como cualquiera. Este liderazgo paternalista, lo llamo, desalentó a los argentinos a asumir su propia responsabilidad. Su propia responsabilidad en los cambios que querían para sus vidas. Y esa subordinación nos trajo hasta acá. Un país con más de la mitad de los argentinos pobres, con la economía arrasada, acechados cada vez más por el narcotráfico. Nunca creí en ese modelo, porque se fundamenta en el caudillismo, en el capitalismo de amigos, en una forma autoritaria de gobernar.
Tras esa larga diatriba, hubo una muy velada alusión al líder de La Libertad Avanza, Javier Milei. Otro liderazgo mesiánico, vendría a ser, pero de signo distinto.
Tenemos que estar muy atentos. En situaciones difíciles enseguida salimos a buscar una personalidad mesiánica, que nos de seguridad. Juntos por el Cambio ha logrado superar esa falsa ilusión del individuo salvador. Lo hemos hecho siempre manteniendo la unidad, a pesar de los momentos complejos que hemos pasado.
El video completo:
El texto completo:
Comparto con todos ustedes la certeza de que la Argentina actual está en un estado difícil de reconocer. Estamos a la deriva, sin conducción, aislados del mundo, solos. La angustia que produce esta situación se ubica en el medio del pecho. Es ahí donde millones de argentinos tienen miedo de quedarse sin trabajo, del miedo de necesitar ayuda para la salud y no conseguirla, a que la jubilación no alcance, a que nos roben o a que nuestros hijos se vayan del país. Es el temor de que todo empeore aún más y que el futuro se convierta en una amenaza en vez de esperanza. Tengo la convicción de que este tiempo oscuro empezó a terminar. Lo siento en el corazón y confío en la decisión de los argentinos de dejarlo atrás para siempre. Sé que millones de personas tienen el deseo de que volvamos a trabajar juntos en la dirección que comenzamos allá por 2015, una dirección que tristemente se interrumpió en 2019.
Pero ¿cómo llegamos a estar así? Son muchas las razones. Les quiero plantear una que venimos repitiendo hace décadas. Hace casi 80 años una parte de la Argentina decidió creer en líderes mesiánicos: personajes que supuestamente nos salvarían y nos llevarían a una vida mejor. Muchos argentinos de buena fe depositaron sus esperanzas en ellos y les dieron la responsabilidad de producir los cambios que se necesitaban. Pero este tipo de liderazgo terminó siendo muy dañino para el país. Le dio un poder desproporcionado a personas tan falibles como cualquiera. Este liderazgo paternalista desalentó a los argentinos de asumir su propia responsabilidad en los cambios que querían para sus vidas. Y esa subordinación nos trajo hasta acá: a un país con más de la mitad de los argentinos pobres, con la economía arrasada, acechado cada vez más por el narcotráfico. Nunca creí en ese modelo porque se fundamenta en el caudillismo, en el capitalismo de amigos, en una forma autoritaria de gobernar.
Yo creo en los individuos, en ustedes trabajando en conjunto. Me escucharon mil veces hablar de la importancia de los equipos, de la sana competencia que hace emerger a los mejores. Hace unos meses los argentinos fuimos enormemente felices, gracias al triunfo de la Selección en Qatar. La Selección apostó a un liderazgo de equipo, de conjunto, a la suma de individuos detrás de un objetivo, aún teniendo en la cancha al mejor jugador de la historia de la humanidad. Pero el resto no esperó que fuera él quien asegurara la victoria. Cada uno de los jugadores asumió por completo el desafío. Todos brillaron. Todos sufrieron. Todos lucharon. Y al final, todos ganaron. No ganó el líder, ganó el equipo. Y así ganamos todos los argentinos. Este éxito fue producto de una responsabilidad compartida. Yo creo en esa forma de gobernar. Así gobernamos entre 2015 y 2019. No hubo personalismos. Hubo un verdadero trabajo en equipo entre el gobierno y los ciudadanos.
Ahora tenemos que estar muy atentos porque en situaciones difíciles salimos a buscar una personalidad mesiánica, que nos dé seguridad. Juntos por el Cambio ha logrado superar esa falsa ilusión del individuo salvador. Lo hemos hecho manteniendo siempre la unidad a pesar de los momentos complejos que hemos transitado. Lo estamos demostrando con la gran cantidad de dirigentes nuevos, competitivos y diferentes que tenemos hoy. Estoy convencido de que ese es el equipo que Argentina necesita para comenzar el nuevo ciclo.
Por todo esto, quiero ratificar la decisión de que no seré candidato en la próxima elección. Lo hago convencido de que hay que agrandar el espacio político del cambio que iniciamos y de que tenemos que inspirar a los demás con nuestras acciones. Pero voy a seguir defendiendo la libertad, la democracia y los valores que compartimos como siempre lo he hecho y lo haré siempre, al lado de ustedes, con la seguridad de que los argentinos hemos madurado y no nos vamos a dejar pisotear más por el populismo.
Confío mucho en el aprendizaje de estos años, confío en que van a elegir a la persona que mejor nos represente y que esa persona va a contar con el apoyo de todos. Nunca más vamos a tener una marioneta como presidente.
Quiero terminar este mensaje siendo agradecido. Gracias por la madurez de avanzar en la decisión correcta sabiendo que era un camino difícil. Gracias por las veces que salieron espontáneamente a las calles para defender pacíficamente lo que creían. Gracias por la valentía y la determinación que compartimos en esas inolvidables marchas del "Sí se puede". Gracias por el valor de expresar públicamente su apoyo cuando era mucho más fácil callarse que mostrarse. Y gracias por el cariño que me muestran en todo el país y por el respeto que tienen por mi familia. Sepan que estuve, estoy y estaré siempre para ustedes.
Esta relación de cariño y respeto que nos une es para toda la vida. Los quiero, los quiero, los quiero.