Tesoros

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Para Carina Radilov (de nuevo) 

Los objetos heredados pueden pesar y también liberar. Rescato tres, seguirán el camino que tengan que seguir: fotos antiguas, revistas de moda y las acciones de una película que evocaron acciones familiares.

En orden de aparición, peso o liberación. Uno: las revistas de moda. Son parte de mi mundo estético porque mi abuela, una vecina y mi madre eran modistas y se prestaban figurines con moldería, tendencias de ropa y tejido: 50 Moldes Criaturas, Mamina, Madame o Burda. Las nuevas las regalé a la vecina (quien sigue cosiendo) y me quedé con las viejas cuando desocupé la casa de mi madre. Pero en la infancia pasé muchas horas hojeándolas. Dibujaba las caras y las posturas teatrales de las modelos, me fascinaba la posibilidad de que esas mujeres pudieran ser reales porque no lo parecían y yo intentaba adivinar quiénes eran. Tenían un nombre escrito al lado, por ejemplo, Mimí o Leila, y si aparecían varias veces con ropa distinta, les inventaba una historia. Acá Leila se enojó porque tiene calor y le pica el conjunto de lana. Acá Mimí está en el jardín, pero piensa en rascarse.

Esta vez, ordenándolas, decido regalárselas a mi amiga, es escritora y hace collage. El collage tiene algo de foto y artesanía, pero es un mundo construido por detalles. Carina reestructura rostros y cuerpos para su collage como una chamana de signos visuales. Cuando le regalo este tesoro me maravilla verla extasiarse con las hojas amarillentas de la revista Madame de los ‘70. En la tapa está el nombre escrito de mi madre, una firma con su letra. Esa marca, los patrones, moldes y figuras fijas serán obra nueva, un renacer. Algo que mi madre querría.

Dos. Cirujeo de la calle unas fotos viejas, a la vuelta de casa. También las destino para mi amiga. Uno es un retrato de un niño, sentado en una posición adulta, con las piernas cruzadas y sin reírse. La otra, un almacén de ramos generales. La otra, una familia llena de pretinas, volados, cintas, sombreros. Reconocemos en la familia al niño del retrato. Detrás, la foto familiar tenía escrita una dedicatoria, a pluma: Para José, un recuerdo de tus amos. ¿Ataría o desataría esa foto las relaciones de explotación de la familia con algún indio o una negra?

Tres. Veo un documental argentino: “Novias – Madrinas – 15 años” (Pablo y Diego Levy, 2012). Me emocionan especialmente los movimientos de las manos sobre las telas, sobre los cuerpos de las clientas. Envolver y desenvolver las piezas para sacar metros de tela o guardarlos, medir por metro, una y otra vez hasta llegar a la cantidad exacta de puntilla. Las mujeres delante del espejo, la pieza apoyada en la mesa, el metro de tela sobre el delantero de la clienta, probar la caída, el probable fruncido, el arrugue de la pollera campana, el contraste del tul labrado sobre una tafeta lisa. Todos esos gestos los hacían mi madre y mi abuela cuando compraban telas.

Los tesoros son bienes inmateriales, pienso. No están en la cosa objeto, están en su traslado, como mapas piratas que nunca se terminan de completar mientras se busca el oro.

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