En datos, un recuento de las nueve olas de calor récord que azotaron a todo el país entre noviembre y marzo. Por qué la primavera 2022 y el verano 2023 fueron los más calurosos desde que hay registro.
Y ni siquiera era verano: noviembre arrancó con la primera ola de calor de la temporada 2022-2023. Entre el 16 y el 18, las temperaturas extremas se concentraron en Traslasierra (Córdoba), el norte de San Luis y La Rioja.
El descanso fue breve. Para el 23 de noviembre, otra ola de calor, la segunda, en plena primavera. Duró hasta el 29 y afectó al centro, desde el norte de La Pampa hasta el sur de Catamarca, de la cordillera hasta el mar. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) comparó las altas temperaturas (mínimas y máximas) con las olas de calor primaverales de 2009, 2008, 1995 y 1985. Sin embargo, con laconismo científico, el reporte de la segunda ola de calor de la temporada 2022-2023 dice: “Debido a su extensión territorial e intensidad, esta ola de calor puede ser considerada la más significativa que se haya registrado en Argentina para un mes de noviembre”.
Tras otro descanso corto, la tercera ola de calor arrancó el 4 y terminó el 12 de diciembre. Pegó durísimo en Córdoba y Cuyo, pero alcanzó a todo el centro norte. En particular, el 9 de diciembre el calor extremo incendió a la mitad del país. Ese día hicieron 44 °C en Tucumán. El día anterior, hubo 45,3 °C en Santiago del Estero. La localidad bonaerense de Rivadavia, al norte, en el límite con La Pampa, llegó a los 46 °C el 7 de diciembre. Y todavía no había llegado el verano.
La cuarta ola de calor fue más breve: del 20 al 23 de diciembre. A diferencia de las tres anteriores, con una cobertura amplia, el SMN la definió como “aislada y localizada”. Extrañamente, hubo altas temperaturas mínimas y máximas en Orán, Salta, y en Río Gallegos, Santa Cruz. También en Córdoba y en Cipoletti, Río Negro. Salpicado, en todas partes, el calor.
La quinta ola de calor de la temporada, la primera de 2023, fue extensa: del 3 al 11 de enero. Cubrió el centro y sur del país y se distinguió por la persistencia y las altas temperaturas mínimas en la Patagonia. En Santa Fe, del 6 al 10 de enero el calor fue extremo.
Nuevamente nuestra ciudad quedó dentro de la mancha roja en la sexta ola de calor, que fue del 15 al 21 de enero y que pegó sobre todo en el Litoral y el norte. El calor extremo duró cuatro días en Santa Fe, del 17 al 20 de enero, con máximas que fueron de los 35,1 °C a los 42,4 °C y mínimas que oscilaron entre los 22,3 °C y los 26,2 °C.
La séptima ola de calor fue breve y focalizada. Del 22 al 29 de enero se asaron misioneros, correntinos y los entrerrianos del norte.
La octava ola de calor superó las marcas previas de la temporada. Arrancó el sur del país y se trasladó al centro y duró 13 días, del 2 al 14 de febrero. Hubo récords históricos de temperaturas en 27 localidades. El Bolsón, en Río Negro, alcanzó los 38,5 °C. La Ciudad de Buenos Aires tuvo ocho días corridos de temperatura extrema. Inmediatamente después de esa ola de calor entro una ola de frío con el ingreso de una masa de aire proveniente del Polo Sur.
Hay 90 días entre el 16 de noviembre de 2022 y el 14 de febrero de 2023. En 59 días hubo ola de calor en algún lugar del país.
Al cierre de esta edición, Argentina salía de su novena ola de calor de la temporada 2022-2023. Con mayor impacto en la Ciudad de Buenos Aires, se declaró en esa zona la suspensión de clases. Comenzó el 28 de febrero y concluyó el 7 de marzo. En 22 localidades se batió el récord de calor. El SMN tuvo que incorporar un color al mapa de anomalías de calor: no le alcanzó con el rojo y usó el gris oscuro, ya que en el norte de la provincia de Buenos Aires el calor estuvo +10 ºC por encima del promedio.
Nada será lo que fue
En la temporada de calor 2021-2022, el SMN había destacado la excepcionalidad de la ola de calor más larga (fue del 6 al 26 de enero del año pasado) y con mayor extensión (72% del país) desde que hay registro. Pero hubo sólo tres olas de calor en toda esa temporada.
En la temporada de calor 2022-2023, el SMN publicó recientemente un informe que detalla que “a nivel país el mes de noviembre 2022 (+1,8 °C), el mes de enero 2023 (+1.6 °C) y el trimestre noviembre-enero 2022/23 (+1.7 °C) resultaron ser los más cálidos en más de 60 años de registros. Diciembre 2022 se posicionó como el tercero más cálido (+1.5 °C)”.
Por lo pronto, el pronóstico del SMN para marzo, abril y mayo advierte que “Durante este trimestre hay una mayor probabilidad de registrar temperaturas superiores a lo normal en gran parte del centro y norte de Argentina” y que “pueden desarrollarse, especialmente en la primera parte del otoño, eventos tardíos de ola de calor”.
Argentina transcurre el final de un ciclo de tres años de sequía en el continente, que se tradujo en la bajante extraordinaria del Paraná, el sexto curso de agua dulce del planeta. Sin lluvias y muertos de calor, la primavera 2022 y el verano 2023 –habrá que ver si las llamas llegan también al otoño– quizá pasen al recuerdo como la temporada en la cual los argentinos empezamos a comprender en carne propia qué significa la crisis climática y el calentamiento global.
Si esa marca a fuego en la memoria colectiva no se produce, no hay que desesperar. Habrá oportunidad en los próximos años para tomar conciencia. Todos los veranos por venir serán peores.