Desde la Multisectorial Paren de Fumigarnos insisten en la urgencia de sancionar normas provinciales que apunten a otras formas de producir alimentos y desalienten el uso de agrotóxicos en Santa Fe.
Con el impulso de la Multisectorial Paren de Fumigarnos se presentaron en la Legislatura santafesina dos proyectos de ley clave para comenzar a discutir el modelo productivo de la provincia.
El primero es de fomento a la producción agroecológica y el segundo de regulación de silos, que busca controlar las instalaciones dedicadas a la recepción, clasificación, acondicionamiento, acopio y conservación de granos. Las iniciativas, que ingresaron en la Cámara Baja a fines de marzo, llevan la firma del diputado Carlos del Frade.
"La aprobación de los mismos aportaría muchísimo en el cuidado a la salud de la población, y la protección de los territorios y su biodiversidad", afirmaron desde la organización.
Una reforma que no llega
Desde hace varios años las organizaciones socioambientales de Santa Fe pelean por la modificación de la Ley 11.273, que regula el uso de agrotóxicos en la provincia. La misma fue sancionada en 1995, un año antes de la aprobación de la soja transgénica RR y por lo tanto del crecimiento exponencial del uso de insumos de síntesis química.
Pese a que existen fallos judiciales (como la emblemática sentencia sobre el caso Sastre y Ortiz, que estableció un área de resguardo de mil metros para esa localidad) y ordenanzas municipales que protegen a las zonas urbanas de las aspersiones, lo cierto es que falta una ley macro que tenga en cuenta las problemáticas actuales y que proteja en igualdad de condiciones a toda la ciudadanía santafesina.
En febrero, una investigación realizada por el Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario en ocho pueblos fumigados del sur de la bota confirmó la relación entre el uso de agrotóxicos y los índices de cáncer. En las localidades analizadas (Acebal, Arteaga, Chabás, Luis Palacios, San Genaro, Sastre, Timbúes y Villa Eloísa) el porcentaje de fallecimientos por cáncer registrado fue del 30%, mientras que la media nacional es mucho menor: 19,8.
Vivir en pueblos fumigados casi triplica las posibilidades de morir de cáncer en hombres jóvenes
Sin embargo, el proyecto que reforma la vieja ley —conocida como “de fitosanitarios"— perdió estado parlamentario en seis ocasiones. Solamente en dos oportunidades llegó a aprobarse en Diputados, pero cayó en el Senado. Actualmente el tema se discute en la comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara baja. Al respecto, las organizaciones insisten en su aprobación.
"El modelo de producción adoptado hace casi tres décadas se profundiza de manera acelerada, provocando impactos irreversibles en el ambiente en general y en los cuerpos de las personas, como consecuencia del uso obsceno de millones de litros de 'venenos' en los campos de la provincia", señala Paren de Fumigarnos.
La organización contextualiza la problemática sanitaria de los agrotóxicos en el avance de un modelo que incluye desmontes, contaminación de los cursos de agua y quemas de humedales. Ante esta situación, el tratamiento de proyectos de ley que habiliten otro modelo productivo resulta urgente.
Por un lado —dicen desde la Multisectorial— "para alejar paulatina y paliativamente los tóxicos de las zonas urbanas, escuelas rurales y cursos de agua". Por el otro, "para erradicar los silos de acopio instalados en el corazón de buena parte de las 365 localidades de la provincia". Este último argumento alude al proyecto que busca regular el uso de silos en Santa Fe.
El mismo se propone “promover, resguardar y proteger el derecho a la salud de la población, y prevenir la contaminación ambiental”. De aprobarse, los establecimientos de recepción y conservación de cereales deberán estar equipados con sistemas homologados que eviten la eliminación de residuos y la emanación de gases y olores desagradables y potencialmente riesgosos para la salud.
Además, quienes posean este tipo de equipamiento deberán cumplir con la norma IRAM 4062, a los efectos de evitar ruidos molestos. También tendrán que controlar la aparición y proliferación de insectos y roedores y contar con un sector adecuadamente identificado y confinado, destinado al almacenamiento de los envases llenos, en uso y vacíos de todo tipo de productos que sean utilizados en la conservación y preservación del grano y su disposición final como residuos, según su peligrosidad. En tanto, no se habilitará la edificación de viviendas a menos de 1500 metros de las instalaciones definitivas de los silos. Sobre los agrotóxicos, y hasta tanto se reforme la normativa vigente, deberán ajustarse a lo que establece la Ley 11.273.
Alimentos en la mesa
A la necesidad de un mayor control sobre las fumigaciones, las organizaciones suman la necesidad de promover la agroecología como una alternativa al monocultivo y al uso de la tierra para la especulación y la producción de divisas en un contexto de continuo encarecimiento del precio de la comida. Por eso insisten en la importancia de que el Estado santafesino fomente la producción de alimentos sanos, soberanos y de cercanía para toda la población.
El proyecto presentado por Del Frade apunta a la transición agroecológica, al apoyar a productores y productoras dedicadas a los cultivos llamados “convencionales” (con uso de agroquímicos) que destinen una parte de su predio a la producción libre de estas sustancias. También alcanza a quienes, individualmente o colectivamente, desarrollen procesos productivos agroecológicos actuales o futuros.
Los sábalos del Salado tienen la mayor concentración de agrotóxicos del mundo
La iniciativa contempla a municipios y comunas comprometidos con el “desarrollo local sustentable”, a instituciones educativas y a docentes que tengan por objeto dar a conocer formas sustentables de producción de alimentos, desarrollar huertas escolares, promover la educación ambiental, capacitar a la comunidad en torno a la relación entre el agro, la sociedad y el ambiente y a organizaciones sociales comprometidas con la defensa de la soberanía alimentaria.
También propone un Consejo Promotor de la Producción Agroecológica, cuyas facultades serán —entre otras— promover la difusión en toda la provincia de la ley, las producciones agroecológicas y la capacitación para los productores y productoras y organismos interesados en desarrollar esta práctica productiva agroecológica. Asimismo, incluye un registro para este tipo de producciones.
Del Frade explicó que la agroecología “es un proceso productivo donde se aprovechan al máximo los recursos locales y la sinergia de los procesos a nivel del agroecosistema. Utiliza prácticas que favorecen su complejidad, adoptando el control biológico y la nutrición orgánica de manera óptima en el manejo de la unidad de producción”.
La capital provincial ya cuenta, desde el año 2021, con una ordenanza de este tipo.
Contra el trigo HB4
En marzo pasado, Brasil aprobó el cultivo del trigo HB4. Era la noticia esperada por la empresa Bioceres, que comercializa ese evento transgénico, ya que en Brasil y Argentina se produce el 90% del trigo de América del Sur. Además, Bioceres informó que el trigo transgénico ya se procesa en 25 molinos argentinos.
Frente a esto, Paren de Fumigarnos emitió un comunicado rechazando nuevamente esta semilla, por su resistencia a la sequía y su tolerancia al herbicida glufosinato de amonio, ampliamente cuestionado debido a su alta toxicidad.
Al respecto, denunciaron el ocultamiento intencional de esta información por parte del Gobierno. “Estos son datos que la mayoría de las y los consumidores de harinas y derivados desconocen”, manifestaron en un comunicado.
También señalaron que la contaminación por el primer evento transgénico de trigo del mundo podría resultar “irreversible” porque “no es posible la coexistencia de trigo transgénico y no transgénico debido al proceso de ‘contaminación genética’ que ocurre durante la polinización y cuyos residuos de agrotóxicos (glufosinato entre ellos) quedarán en la harina obtenida”.
“En sociedades empobrecidas y culturalmente dependientes de la harina de trigo, esto es un claro peligro de salud pública”, cuestionaron.