En una charla con Periódico Pausa la concejala de la ciudad de Santa Fe aborda algunos de los temas centrales en agenda: el panorama político del año electoral, el crecimiento de los discursos de derecha y los desafíos de llevar una agenda de trabajo con perspectiva de género.
Jorgelina “Jorita” Mudallel forma parte de una cohorte de concejales sub-40, del bloque de mujeres que aún en minoría propone proyectos consensuados dentro de una agenda de género, y de una de las bancadas opositoras al gobierno municipal. Dentro del recinto, esos tres aspectos conviven en su agenda de trabajo, y en su militancia cotidiana. Nos recibe para charlar de algunas de las cuestiones centrales de este año: la continuidad de esa agenda de trabajo, el panorama político del año electoral, el crecimiento de los discursos de derecha y los desafíos de formar parte de uno de los partidos que se ha embanderado siempre en las gestas que promuevan, en síntesis, “el amor y la igualdad”.
Hay una pregunta abierta en los feminismos: desde hace años se debate en distintos recintos, foros, encuentros y mesas de discusión si es posible un feminismo “transversal”. Uno que encuentre puntos de acuerdo sobre los que se pueda generar una agenda común de trabajo, incluso entre personas de espacios y partidos que por historia (e incluso coyuntura presente) no podrían proyectar nada en común. Para Jorgelina, al menos en la práctica del recinto del Honorable Concejo Municipal, esa transversalidad es posible: “Los temas relativos a la agenda de género son temas que los trabajamos dentro de todo bien. En el Concejo Municipal, las mujeres concejalas que habitamos este Concejo, en eso no tenemos demasiadas diferencias. A veces si hay cuestiones que se demoran, que es la parte que yo denuncio como opositora, que podrían salir más rápido. Pero en cuestiones de fondo, estamos todos de acuerdo”.
En ese rol de oposición es que Mudallel exige, usualmente, más celeridad: “pedimos más nobleza con algunos temas. En diciembre se aprobó el cupo femenino con mujeres taxistas, por ejemplo. Pero estuvimos todo el año peleando ese proyecto. Tiene que llegar la parte final para que lo aprueben. En su momento fue un proyecto que no tenía ninguna oposición de ninguna de las concejalas, si algunos concejales no quisieron acompañar. Yo lo empujaba porque el cupo femenino de mujeres taxistas era una necesidad. Las mujeres nunca llegaban a conseguir las licencias porque siempre había varones delante de ellas, y si no se establece el cupo esa desigualdad se perpetúa en el tiempo. Ahora la idea es llevarlo al subsistema de remises y de colectivos. Está ese compromiso”.
Empujar la agenda de género infiere, a veces, una tarea casi docente para con el resto de los compañeros de recinto: “considero que hay un montón de proyectos que se podrían aprobar con más celeridad. Sin ir más lejos cuando yo asumí como concejala el proyecto de Lauro Mondino con respecto a la gestión menstrual estaba parado, y llegué yo, lo firmé y salió. Y en realidad sucedió así porque era una cuestión de que antes quienes estaban en el bloque justicialista eran varones, no tenían perspectiva de género, no lo veían, no sé. Ahora sí lo ven, porque mis compañeros han mutado para mejor en ese sentido. Pero en ese momento no lo veían, no lo comprendían. Digo esto para que se entienda que en los temas que responden a una agenda de género no hay demasiadas dificultades para sacarlos. Pero por ahí si hay una demora, una dilación”.
El mecanismo entre las concejalas está bastante más aceitado: “Por lo menos en la composición que hoy tenemos en el Concejo, las seis mujeres concejalas que hoy estamos en este recinto, tenemos una agenda común en temas de género. Nos ponemos de acuerdo enseguida”.
Ese diálogo no sólo debe darse con sus compañeras de recinto. Para la concejala es fundamental que esté presente en todo momento: “Creo que la clave está en tener una actitud reflexiva, constantemente. Tenemos que lograr que los varones, y las mujeres también, que todavía no reconocen la necesidad de seguir trabajando la ampliación de derechos hagan un proceso para que la reconozcan. Yo particularmente estoy todo el tiempo generándome ese desafío. No me gusta ir a hablar con tipos que no piensan igual que yo, pero cuando lo hago estoy todo el tiempo buscando qué digo, cómo ser estratégica. Si yo hablara solamente con la gente que piensa igual que yo, estaría al horno. La sociedad sigue negándose a un montón de concepciones que tienen que ver con lo cultural, lo social, con la historia. Pero en un proceso de reflexión lo hablás, lo trabajás, lo laburás, tenés más posibilidades de que lo comprendan que yendo al choque. Yo lo veo como una estrategia comunicacional. Una estrategia para avanzar, para continuar ese trabajo”.
Elecciones 2023
Sobre el año electoral, Mudallel encuentra dos ejes de discusión que la preocupan. El primero tiene que ver con la cantidad de personalidades (algunas ya confirmados como precandidatos) que aparecen fomentando un discurso anti-política: “hay una apertura hacia esos fenómenos de gente que viene por fuera de la política, con una estrategia para meterse en el mundo de la política y ganar una elección. En Santa Fe eso se profundiza mucho con el uso de la boleta única. El hecho de ser conocido implica acortar los pasos para instalar a una persona como candidata. Siempre el que tenga un mínimo nivel de conocimiento va a tener una ventaja frente a los “simples mortales”, como decimos cuando hablamos entre compañeros y compañeras”.
A su entender, además, es un fenómeno que viene empujado desde otros ámbitos: “tiene que ver también con la agenda que instalan los medios hegemónicos de comunicación, es imposible no ver eso. Y con dar discursos que estén orientados a lo que la gente quiere escuchar. Son declamaciones que después jamás se traducen en hechos. Milei es un ejemplo de eso. No va al Congreso, no legisla, no trabaja, y se la pasa declamando en contra de “la casta política”. Pero en el momento en el que vos asumiste un rol, pasaste por un proceso electoral, fuiste elegido por la gente, y estás ocupando una banca… amigo, ya dejaste de estar “fuera de la política”. Ya sos parte de este contexto, de este sistema, y tenes que hacer lo que tu electorado te pide que hagas. Son fenómenos que no creo que se terminen ahora. vamos a seguir teniendo gente que viene por fuera de la política. Sin ir más lejos, Carolina Losada. Están convenciendo para que sea candidata a gobernadora a una mina que no vive en Santa Fe. Esas personas populares, conocidas… algunas pueden hacer bien su trabajo estando ahí, una vez que llegan. Pero hay algo más sistémico. El sistema de boleta única marca a la popularidad como una condición sine qua non para hacerte conocido y ganar una elección”.
En este año electoral, además, está la pregunta latente sobre qué hará el peronismo ahora que el principal objetivo en la provincia es sostener y potenciar la gestión que asumiera en el 2019. Para Jorgelina: “El peronismo tiene que valorizar e impulsar a las personas que aporten territorialidad, que conozcan ese territorio, que tengan una trayectoria de trabajo. Hay que valorizar a las personas que representen eso en Santa Fe, en Rosario, en Rufino, en toda la provincia. Yo tengo mandato hasta 2025, pero más allá de esto, estoy a disposición de la causa. Si a mi me dicen, tenés que acompañar en una lista de diputados, tenés que acompañar a tal o cual, para lo que me necesiten estoy. Y el peronismo tiene que actualizarse. Constantemente. La doctrina tiene que actualizarse. Perón lo decía, la doctrina debe actualizarse y adaptarse. Nosotros estamos en ese proceso. Y es nuestro deber como generación poner todo para que el peronismo y el justicialismo sigan siendo el partido que mayoritariamente resuelva las demandas que tiene la gente como lo ha sido a lo largo de la historia argentina”.
¿Adónde vamos?
Mudallel hace una lectura muy dura de los movimientos que se están realizando en los otros partidos políticos de cara a las elecciones, Mudallel hace una lectura muy dura: “No alcanza sólo con declamar. Eso es algo que yo lo veo acá, y lo remarco siempre al Frente Progresista. Que ahora conformen un Frente con espacios que atentan contra la defensa de los derechos humanos, y por ende también contra la bandera de la democracia, a mi me generó ruido. Que una alianza electoral no les tape el bosque. Que vayan en un Frente con la gente que nos endeudó a cien años, que fugó capitales, que ganó una elección mintiendo… nadie lo dice. Yo lo voy a decir, siempre que tenga una oportunidad”.
De fondo, el principal temor es el avance de ciertos discursos de derecha: “se está intentando retroceder. Hay un discurso creciente que va en contra de la ampliación de derechos. Hay una vuelta a cierto discurso meritocrático, donde no se reconoce la lucha colectiva que es la que lleva a que ciertos derechos se conquisten. Y ese discurso de derecha tiene que ver con ir en contra de todas esas conquistas sociales. Si vos me preguntás qué es lo que hay que hacer para que no crezcan, para que eso no pase, es hacer todo lo posible para que el PRO no gane. Desde mi lugar, visibilizar. Trabajar. Marcar. No todo es válido. Yo veo que hay mucho relato “progre” de quienes declaman cuestiones que están casi en un imaginario porque en los hechos no son “progres”. Hay una diferencia entre declamar y practicar. Esa es la verdadera diferencia que podemos tener en la política”.