Se comprobó que la productora de agrotóxicos volcaba sus residuos industriales en el río. Su accionar afectó el ambiente y la salud de la población de San Nicolás, donde se ubica la fábrica. Deberá pagar 150 millones de pesos.
La productora de agrotóxicos Atanor Argentina fue condenada el viernes pasado, a pagar 150 millones de pesos por contaminar “de forma irreversible” el río Paraná, la tierra y el aire desde su planta industrial, ubicada en el centro urbano de la localidad bonaerense de San Nicolás. La contaminación se produjo por volcar efluentes industriales en el curso de agua. La decisión fue tomada por la Justicia de la provincia de Buenos Aires, tras el reclamo de vecinos y asambleístas de la zona.
El monto indemnizatorio —indicó la Justicia— deberá ser utilizado por el Ministerio de Ambiente de la Nación para tareas de control, fiscalización y mejoramiento del río Paraná y su biota. La sentencia fue dictada por la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de San Nicolás. De esta manera, los jueces Fernando Gabriel Kozicki, Amalia Fernández Balbis y José Javier Tivano confirmaron el amparo ambiental contra Atanor dictado en marzo pasado por la jueza de Ejecución Penal Luciana Bancalari.
Tras conocerse el fallo, desde la Asociación Civil Foro Medio Ambiente de San Nicolás (Fomea), manifestaron: “Pasaron más de diez jueces sin resolver en todo este tiempo. Hubo más de 200 muertos de cáncer en un barrio de seis manzanas, según un mapa de relevamiento de vecinos. Esto indica la falta de responsabilidad social empresaria, que a su vez publicaba sus actividades ficticias a favor del cuidado del ambiente”.
Atanor es una compañía química que comenzó sus operaciones en 1938, y en la actualidad cuenta con tres plantas industriales. Según informó el medio Bichos de Campo en abril pasado, provee insumos para el agro, para la impresión de envases, para la industria gráfica, textil, farmacéutica, maderera y petrolera entre otras. Los herbicidas representan el 91% de las ventas y los productos químicos industriales, el 9% restante.
En su página web, la empresa que contaminó el Paraná expone: "Una de las claves de Atanor Argentina es su visión para lograr un desarrollo sustentable, en equilibrio permanente con el medio ambiente". Atanor es parte del grupo estadounidense Albaugh LLC, que cuenta con filiales en Canadá, Brasil, México, Argentina y en países de Europa.
Para Fomea, que impulsó la causa civil y penal contra Atanor desde 2014, se trata del “primer fallo de la historia que impone una condena de indemnización sustitutiva de estas características por el daño causado al río Paraná y su biodiversidad”.
Los abogados querellantes Fabián Maggi y Gimena Viviani dijeron a El Ciudadano que la sentencia “es clarísima y cierra definitivamente la discusión sobre si la empresa Atanor contamina o no: la Cámara de Apelaciones tuvo por probada la contaminación y la afectación en la salud pública”. No obstante, lamentaron que el daño ambiental al río Paraná lleva décadas: “Es irreversible y afecta no sólo a esta generación sino a las generaciones futuras”.
Pese al amparo ambiental presentado en 2015, la conducta de la empresa no varió. “Dilataron el proceso con recursos infundados, falsedades, datos erróneos y todo tipo de trabas dentro del expediente judicial para ocultar la contaminación que generaban”, señaló Maggi. En el recurso de amparo, los denunciantes manifestaban su preocupación por la “masiva” contaminación del ambiente con agrotóxicos y la “grave” afectación en la salud del barrio Química de San Nicolás.