La obra de Gastón Onetto, creada a partir su vivencia personal como sobreviviente de las llamadas "terapias de conversión", se presenta este viernes en el marco del Día internacional contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, que se conmemora cada 17 de mayo.
La obra "La cura, memorias invertidas", de y con Gastón Onetto, se presentará este viernes 19 de mayo, a las 20, en La Libre (Chacabuco 1979). La función será a la gorra y luego de la puesta en escena habrá una ronda de charlas, música y servicio de buffet.
La actividad está enmarcada en el Día internacional contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género, que se conmemora cada 17 de mayo, y es organizada por Tribada, colectivo lésbico.
La obra, comparte Gastón Onetto, "narra las memorias de la marica que pude ser. Así de cierto, como potencial y como acabada realidad. Una es lo que pudo, lo que quiso dentro de lo que pudo, lo que pudo querer dentro de lo que quiso. Y aquí estamos intentando sernos, mientras venimos siéndolo".
Onetto es el creador e intérprete de la obra, que nació a partir de su vivencia personal de haber sobrevivido a las llamadas ECOSIG: Esfuerzos por cambiar la Orientación Sexual y/o la Identidad de Género. Las mal llamadas -porque no hay nada que deba ser curado- terapias de conversión.
El equipo se completa con Nati Fessia y Viviana Quaranta, las codirectoras junto a Gastón; Antonio Rocha, codirector en danza; Ariel Constanzo como creador de la poética visual; Vicky Barr y Edu Figueroa como productores musicales; Lautaro García Fontana, de TORA, en el vestuario, parte fundamental de la puesta, y Carolina Tacca está encargada del audiovisual.
A su vez, Viviana Quaranta asistió a Onetto en la dramaturgia; Nati Fessia hizo su parte en el proceso de construcción de los personajes y es la diseñadora gráfica y el elenco agradece, entre otras, la colaboración de Mariana Mosset y Mauricio Centurión.
La obra está diseñada desde el cruce de disciplinas, cruzando paisajes visuales, sonoros y escénicos. Lo tragicómico, como sus hacedores dicen, están condensadas en un mismo personaje que tiene dos dimensiones, construido con técnicas actorales, del clown, del vestuario, el movimiento y la música. Mitad el Monje, mitad La Marique. Hay momentos de juego con el público y hay otros en los que la cuarta pared se levanta para que en el escenario haya, según la escena, fiesta, culpa o confesión.
Sobrevivir a las “terapias de conversión” a través del arte, el amor y la denuncia