El terraplén Garello, en Colastiné Norte, presenta una rotura de 60 metros, y la crecida podría afectar desde La Guardia hasta Rincón. Dialogamos con vecinas del grupo autoconvocado Defensas de la Costa, que exigen celeridad en las obras de reparación.
Vecinas y vecinos de la costa santafesina expresaron su preocupación por el estado del terraplén Garello, en Colastiné Norte, que presenta una rotura de 60 metros. Una hipotética filtración de agua en este punto podría afectar a una franja de población que va desde La Guardia, en el distrito La Costa de la ciudad de Santa Fe, hasta la localidad de San José del Rincón. Andrea Kuchen y Graciela Ferreyra integran el grupo autoconvocado Defensas de la Costa y dialogaron con Pausa para exigir celeridad en la obra de reparación, que está licitada desde diciembre pasado y se prevé que comience la semana próxima. Los trabajos, que según el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat provincial se demoraron "por problemas técnicos", tienen un plazo de ejecución de un año y contemplan un costo de 1800 millones de pesos.
"El terraplén este, que da sobre el río Colastiné a la altura de la toma de agua, hace ya unos años que está roto", relató Andrea Kuchen, vecina de Rincón: "Lo vienen arreglando, pero no hay un trabajo que realmente se sustente en el tiempo y se vuelve a romper; creemos que es necesario trabajar soluciones que realmente sean de fondo", afirmó. Graciela Ferreyra, que vive en Colastiné, explicó que la defensa se rompió "en 2011, 2012 y 2016, y en todos esos años hubo obras de restitución del pie de talud, pero todas fallaron, entonces los vecinos nos juntamos para que esto no vuelva a ocurrir".
"El anillo de defensa que nos protege abarca a La Guardia y Colastiné Norte, que pertenecen a la ciudad de Santa Fe, y a Rincón; en toda esa zonas viven unas 50 mil personas", se explayó Ferreyra, y añadió: "Es un solo anillo y está todo interconectado, así que si se rompe en un solo pedazo se inunda todo". Debido a la erosión del río Colastiné, la defensa colapsó a la altura del kilómetro 375 de la Ruta Provincial Nº 1, en un lugar en el que se había construido un tablestacado que "se cayó en unos 60 metros". "Por ese punto va a entrar el agua si no se hace la obra definitiva en tiempo y forma: no se puede ralentizar y tampoco puede abaratarse su costo, que se estima en 1800 millones de pesos", manifestó.
"Queremos que nos tomen en serio"
Luego de varios arreglos temporales que funcionaron más como parche que como una solución de fondo, las vecinas y los vecinos exigen que esta vez la obra sea fiscalizada por el Organismo Regulador de Seguridad de Presas (ORSEP) nacional. "En el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat está firmado hace muchos años un convenio marco que establece que la obra debe ser fiscalizada, pero nunca se llegaron a firmar las cláusulas complementarias para que accione ese organismo", detalló Ferreyra, y agregó: "La obra va a comenzar la obra la semana que viene y no tenemos fiscalización. Tan solo va a haber fiscalización del dragado de una isla que está enfrente de donde está roto el terraplén, de donde se van a extraer 360.000 metros cúbicos de arena. Hay todo un proceso para reconstituir el talud húmedo, que es la parte de la defensa colapsada que está lindando con el río. Queremos saber que la cantidad de arena que se drague de la isla de enfrente alcance para reconstituirlo en la cantidad que es necesario". Según Ferreyra, el ORSEP pidió la colaboración de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral, pero desde esta aun no respondieron, y el tiempo apremia.
"Lo que queremos es que los gobiernos nos escuchen y nos tomen en serio, porque no queremos volver a vivir lo del 2003", reclamó Andrea Kuchen, que lamentó que la obra no se haya hecho durante la bajante del río, "pese a nuestro reclamo incansable": "Ahora nos encontramos con la crecida del río y estamos en alarma permanente", finalizó.