Dramatiza, la red federal de profesores de teatro, convoca al primer encuentro del Nodo Centro Santa Fe bajo la consigna "El teatro como posibilitador de múltiples miradas”. Dialogamos con Ester Trozzo, cofundadora de la red.
La red federal de profesores de teatro Dramatiza sostiene, desde hace más de 20 años, una plataforma de intercambio y formación que pone en valor la presencia del teatro en la escuela y genera la posibilidad de compartir entre colegas la exploración del lenguaje teatral en las aulas. Camino al Nacional 2023, que se realizará en septiembre en El Bolsón, el Nodo Santa Fe Centro tendrá su primer encuentro del 25 al 27 de mayo.
El jueves 25 y el viernes 26 la reunión será en El Molino, con disertaciones, talleres,
conversatorios y presentaciones de libros en torno a la teoría y la pedagogía teatral, lo lúdico, la ESI, la inclusión y la salud, a cargo de especialistas como Ester Trozzo, Elena Santa Cruz, Aldo Pricco, Fabiola Pavetto, Mariela Piedrabuena, Marcelo Rocha y Gabriela Bruno. Habrá además una charla informativa sobre el funcionamiento del Instituto Nacional del Teatro (INT) a cargo de Gabriela Bertazzo y presentaciones de experiencias a cargo de referentes de la Escuela Provincial de Teatro N° 3200 y de la Escuela N° 440 Simón de Iriondo, Ex Colegio Nacional, que organiza desde hace 40 años el Encuentro Santafesino de Teatro Estudiantil.
El sábado 27, el Dramatiza mixtura sus actividades con la Escuela de Espectadores del Centro Cultural Provincial Francisco Paco Urondo, que en su segundo encuentro del año se centrará en los cruces entre teatro y pedagogía, con las participaciones de Ester Trozzo, Rody Bertol, Jorge Dubatti y Juan Novak. En el cierre, habrá una función gratuita de “Las del gremio: Memorias oníricas de Salvadora Medina Onrubia, Alfonsina Storni y Emma Barrandeguy”, dirigida por Rosario Lucero y Emiliano Nieva con las actuaciones de Mariana Mosset, Melisa Malatesta y Jennifer Vallejos. Se puede consultar la grilla completa y acceder al formulario de inscripción a través de la cuenta de Instagram del Dramatiza.
En la previa, Pausa conversó con Ester Trozzo, investigadora teatral y docente mendocina reconocida en el país y en el mundo, cofundadora de la red federal.
—¿Cómo nació Dramatiza?
—La red es absolutamente gratuita, solidaria y horizontal: nadie le pide permiso a nadie, nadie se tiene que inscribir, es estar y accionar. En 2001, pensábamos cómo hacer para que la palabra de la Ley (la 24.195), que era que el teatro podía ser un espacio curricular más, se cumpliera. La realidad de cada provincia en el 2001 era muy diferente, necesitábamos tener más claridad en cuanto a qué ocurría en cada lugar y cómo ayudar. Entonces pensamos en reunir gente de todo el país, para pensar juntos cómo hacer para ir construyendo eso. Con el apoyo del Ministerio de Educación de la Nación y de la diputada Mabel Manzotti, que también era actriz, armamos la red en el Cervantes de Buenos Aires. Fue maravilloso porque la red nace desde la generosidad de los teatreros: Mabel Manzotti había conseguido el dinero para que la gente viajara y se alojara, sólo tenían que pagarse el pasaje de vuelta. Cuando la gente iba llegando, ¡fue el día del corralito! No podíamos sacar el dinero del banco y Mabel tomó el teléfono y empezó a llamar a todo el mundo, todos los teatreros fueron poniendo dinero y así nació Dramatiza desde el amor, la comprensión y la solidaridad. Nuestro lema es “nadie sabe tanto como todos juntos”.
—¿Cuáles son las propuestas para el próximo encuentro en Santa Fe?
—Nuestra idea es fortalecer lo que hay. Vamos a hacer una jornada con directivos y supervisores porque para que se arraigue cualquier novedad en el campo de lo educativo es muy importante que los directivos, que la gente que las decisiones, entienda de qué se trata. Todavía hay mucho prejuicio con respecto al teatro, parece que fuera para hacer los actos escolares y nada que ver. Yo puedo dar todo un año clases de teatro y no hacer ni una muestra porque en realidad lo que se persigue con el teatro como espacio curricular tiene que ver con la sensibilización estética, el desarrollo de la percepción de una estética. Por ejemplo, las letras de las canciones de los jovencitos ahora son tan tristes, tan horribles, tan sin poesía, y no es culpa de ellos, absolutamente. Entonces tratamos, por lo menos, de acercar, sensibilizar hacia otros modos de expresar arte para que después cada quien elija, pero por lo menos que se conozca. Es alfabetizar estéticamente: ya nadie puede decir que el único lenguaje humano es la lengua. Hay tantos lenguajes, como son la música y el teatro, entonces cuando yo enseño a escuchar, a mirar, a ver, estoy alfabetizando estéticamente en otros lenguajes. El teatro de alguna manera es un
espejo de la humanidad y nos enseña a pensarnos, a conocernos, a reflexionar sobre lo humano y no sé si los directivos y los supervisores tienen claro lo valioso que es eso, y lo valioso que es también el trabajar desde dinámicas grupales, el estar ocupándose del vínculo entre los adolescentes y entre los niños, que en este momento también está en crisis.
—¿Cómo leés el presente de los espacios de teatro en la escuela, después de la pandemia?
—La escuela está permanentemente en cambio, es muy dinámica, está siempre solicitada por la realidad, ¿no? Los chicos cambian, entonces la escuela tiene que ir cambiando con ellos. En la pandemia pasaron cosas muy diferentes según las posibilidades, si una mamá tenía un teléfono celular para resolver con cuatro hijos las tareas y cómo se conectaban con la escuela, era terrible y dificilísimo. Donde había un niño con su computadora era otra cosa. Entonces, lo primero que fue destapando la pandemia fue la desigualdad, por la que hay que seguir trabajando, hay que seguir trabajando por el amor por el otro, por las mínimas posibilidades para que todos podamos crecer. También trajo el darnos cuenta que el pizarrón y la tiza no es lo único, aunque vimos muchos docentes que en pandemia hacían lo mismo, ponían puros power points y el chico tenía que estar mirando y copiando, y es lo mismo que la pizarra. Pero, sí creo que por lo menos puso en crisis el modelo y revisar el modelo no es tan fácil desde el sistema. Es más fácil que escuela por escuela se vayan haciendo experiencias y eso vaya subiendo como ejemplos posibles. Porque algunas escuelas que anden bien también existen y que se han encontrado desde la pandemia modos alternativos, pero son algunos ejemplos, no son todas. Con respecto al teatro, nuestro gran maestro que es Jorge Dubatti, siempre dijo que lo que nos caracterizaba a los teatreros era el convivio, el estar en presencia. Tuvo que aparecer el tecnovivio porque no había posibilidades de estar en presencia, y funcionó. Muchos chicos que no habían visto teatro nunca, aunque sea por la pantalla, vieron teatro. Y muchos profesores, pero, sobre todo, muchos papás, dijeron que los profesores de teatro trabajaron muy bien lo afectivo. Los chicos también estaban tristes, agobiados, asustados. He visto clases de teatro muy lúdicas, muchas clases de teatro donde se empezaba a sumar la abuelita y también jugaba el hermano más chiquito, el perro, el gato. El teatro se metió en la casa de los chicos y en muchas ocasiones sirvió para que también los papás se dieran cuenta del valor de lo que se estaba enseñando.
—Hablabas de algo nuevo, pero el Dramatiza tiene 20 años de historia. ¿Cómo fue creciendo la red?
—Cuando nació había gente que me miraba así, con un poco de pena y me decía, ay Ester, siempre con tus utopías, vos creés que puede andar una red sin reglamento, sin que haya un jefe, sin que cobres. Sí, funcionó y eso me parece fantástico porque creo en la horizontalidad de las construcciones plurales entre las personas. Hoy cada provincia tiene al menos un nodo, algunas tienen varios. Un nodo es un grupo de profes de teatro que están más o menos cerca geográficamente y que deciden trabajar entre sí. ¿Qué es trabajar entre sí? A veces, solamente es poder decir “mirá, tal clase me salió muy bien, te la mando, te cuento”, o “mirá, no tengo idea cómo enseñar tal cosa, me ayudas”. Es el intercambio de ayudas, propuestas y generosidades. Hay algunos nodos que ya tienen muchos años, hay lugares donde hay licenciaturas, que otorga el saber específico, y profesorados, que lo que te da es la mirada pedagógica. Ninguno de los dos puede faltar para dar clase de teatro, porque tengo que saber teatro y también tengo que saber enseñar teatro.