La Cámara Argentina del Libro difundió un comunicado en respuesta a los directivos de Ledesma y Celulosa Argentina, que habían menospreciado su reclamo por el aumento desmedido en el costo del papel: en lo que va del año ya duplicó la inflación.
La Cámara Argentina del Libro (CAL) difundió un comunicado en respuesta a los directivos de las empresas Ledesma y Celulosa Argentina, que habían menospreciado su reclamo por los aumentos desmedidos en el costo del papel, y volvió a denunciar la situación crítica que atraviesa el sector. En el texto, titulado "Comercialización del papel en Argentina: historia de un abuso (de posición dominante)", las y los editores pusieron sobre la mesa el carácter oligopólico de la industria del papel y alertaron sobre los efectos nocivos que tienen los incrementos en materia de bibliodiversidad.
"En estos días, un grupo de editoriales que publican libros infantiles puso sobre la mesa el reclamo sobre el costo del papel ilustración, que como cámara apoyamos y hacemos nuestro", comienza el comunicado, en referencia a una carta pública titulada "Las editoriales de libros infantiles y juveniles necesitamos medidas urgentes", en la que representantes de dicho rubro denunciaban que "los precios del papel, la cartulina y el cartón, impuestos por un puñado de empresas que no están teniendo ningún tipo de regulación, son escandalosamente altos, prácticamente los más altos del mundo". A raíz de esa nota, directivos de Ledesma y Celulosa Argentina, que concentran la producción nacional de papel interior, salieron a hacer declaraciones en una nota periodística, en la que, según la CAL, "desgranan apreciaciones parciales sobre el costo del papel, el abastecimiento y la incidencia de ese costo en la producción de libros". Además, las y los editores cuestionaron los dichos "descalificadores" de Jorge Martínez Falino, director comercial de Celulosa Argentina, que afirmó que "la CAL siempre busca hacer lío" y expresó que "si los que critican dejan de tomar un café en la esquina, pueden comprar un kilo de papel y hacer dos libros", comparación que calificaron de "absurda".
La CAL puso sobre la mesa la situación particularmente crítica que atraviesa el papel ilustración, que se usa en libros infantiles y en las tapas de todas las publicaciones en general: "En este momento, el mercado cuenta con muy pocos importadores de papel ilustración (Stenfar, Papeles Europeos y Castinver del Grupo Ledesma, Casa Hutton de Celulosa Argentina). Este oligopolio fija precios altísimos en función de los valores internacionales y los costos de importación. Internacionalmente, la tonelada de papel ilustración se paga en torno a los 1500 dólares; estas empresas nos lo venden a 6000". "Los esfuerzos colectivos como sociedad de sostener la importación no pueden ser hechos
para que solo unos poquísimos jugadores se beneficien", resaltó el comunicado.
En relación al papel interior, el más utilizado, la CAL cuestionó a Ledesma y Celulosa Argentina, los dos fabricantes, por abuso de posición dominante, producto del cual los incrementos se colocaron siempre por encima de la inflación en los últimos años: "El papel de interior aumentó un 35% en el 2020, es decir, acompañó a la inflación; un 121% en 2021, es decir, la duplicó con creces; y un 155% en 2022, es decir, la superó en un 50%. Para lo que va de 2023, tienen un aumento acumulado de 63%, lo que duplica la inflación general del país". Además, alertaron sobre los desabastecimientos en dicho insumo, situación que se agravó a partir del 2022.
El aumento del papel triplica la inflación y los libros están en peligro
"El costo material del libro está compuesto por papel (54%), impresión (20%), encuadernación (15%), diseño (6%), y edición (5%)", sintetizó la CAL, que señaló que "históricamente, el costo del papel giraba en torno al 30%, lo que ha hecho en estos años es casi duplicarse en detrimento de los demás actores de la cadena productiva del libro". "La rentabilidad del sector editorial se ha visto afectada por los aumentos indiscriminados de la materia prima, lo que implicó una enorme transferencia de recursos de todos los actores de la cadena hacia las papeleras", añadió el comunicado, que advirtió sobre los efectos nocivos que esto trae aparejado: "la oferta disminuye, la bibliodiversidad se ve afectada y el acervo cultural de un país se ve comprometido". "Tal vez, sea el momento de debatir con seriedad estos aspectos, sin la liviandad de apreciaciones simplistas", finalizó.