Apostillas de una elección que reivindicó la construcción política y castigó fuerte a los improvisados.
Las elecciones PASO en Santa Fe dejaron varios elementos para analizar: el impacto de la boleta única en el armado de las listas y en los resultados en cada distrito y categoría, la mirada que tiene hoy la ciudadanía sobre las gestiones actuales y –sobre todo– una revalorización de las estructuras políticas que este año mostraron solidez y eficacia ante el avance de figuras conocidas y el desembarco de outsiders en los principales frentes electorales.
Conocidos los resultados, una de las primeras conclusiones es que –al menos en la provincia de Santa Fe– la política venció a la antipolítica. Los datos salientes de las primarias lo confirman:
- Maximiliano Pullaro fue el precandidato más votado en toda la provincia y por sí mismo, sin sumar los votos de sus rivales internos, superó en número a los cuatro precandidatos del PJ juntos. Las claves: una campaña de largo aliento, que comenzó apenas fue derrotado en las PASO de 2021 por Carolina Losada y no se detuvo nunca; un sólido armado territorial apoyado en los senadores, intendentes y presidentes comunales de la UCR; una serie de mensajes bien estructurados y claros, donde primaros las propuestas concretas; y la decisión de mantenerse sereno ante los embates del oficialismo e incluso de sus rivales en la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe.
- La coalición vencedora es fruto de una trabajosa construcción liderada por el radicalismo que, esta vez, logró liderar el proceso político en la provincia. Reunir a los partidos de Juntos por el Cambio con los del Frente Progresista parecía una quimera hace apenas dos años; la UCR lo hizo posible y los resultados del 16 de julio muestran que la estrategia fue acertada. Después de tres elecciones con escenario de tercios, polarizar conta el peronismo –desgastado por las gestiones en la Nación y la provincia– resultó acertado.
- La misma conclusión se puede aplicar a la elección primaria en la categoría de diputados provinciales. Con el gobernador Omar Perotti al frente de la lista oficialista, la sobreoferta de figuras potentes dentro de la alianza opositora le permitió a Unidos posicionarse como el frente más votado y el trayecto que queda de aquí a las generales de septiembre permite proyectar una mayoría en la Cámara de Diputados de color político afín al próximo gobernador.
- Del mismo modo, los resultados de las primarias dejan a la vista que, cuando se ponen en juego cargos ejecutivos, hay menos espacio para los outsiders recién llegados a la arena electoral. Por el contrario, una inmensa mayoría del electorado se inclinó por propuestas construidas desde los partidos tradicionales y encarnadas por dirigentes profesionales que supieron leer las demandas del momento y llevar adelante sus respectivas campañas sin gritos, sin enojos y, sobre todo, con propuestas concretas. Del otro lado quedó la antipolítica:
- Carolina Losada nunca entendió que la elección de gobernador es muy distinta a la elección de cargos legislativos. Basó casi toda su campaña en atacar a su rival interno y –en términos generales– a “la política”. Su propuesta de gobernar con “sentido común” no enamoró a nadie. Después de la pandemia y en medio de una crisis económica cuya salida no se avizora en el corto plazo, la gente entendió que la salida es con más y mejor política.
- Mauricio Macri y Patricia Bullrich, los padrinos porteños de Losada, se desentendieron de la campaña local y apenas compartieron alguna foto aislada con su candidata. Un aporte muy pobre si se compara con la forma en que se involucraron Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau en la campaña de Pullaro, a quien acompañaron siempre desde atrás y nunca le bajaron línea. Quedó en claro que, más allá del humor social del momento, en Santa Fe se está votando por el próximo gobierno y que la elección presidencial es otra disputa totalmente distinta.
- Párrafo aparte para el gobernador Omar Perotti. El mandatario provincial rompió con todos los aliados que colaboraron para su triunfo en 2019 y llegó al turno electoral con la mitad de su gabinete recluido en la lista de diputados, sin candidato propio para la sucesión y sin haber conseguido conducir un partido al que le llevó 12 años recuperar la provincia. Como corolario, el precandidato “oficialista” a gobernador, Marcelo Lewandowski, sumó más votos en las PASO que Perotti. La reconstrucción del peronismo santafesino tras la fuerte derrota es uno de los temas a observar.