Trabajadores audiovisuales de Santa Fe impulsan un proyecto legislativo para promover el crecimiento de la industria y garantizar la difusión de las obras. Está en tratamiento en la Cámara de Diputados.
El 21 de marzo pasado llegó a su punto cúlmine un proceso que implicó años de trabajo para la comunidad audiovisual. Ese punto es el comienzo de uno nuevo que, si la voluntad política lo permite, no durará tanto tiempo. Ese día, la diputada provincial justicialista Matilde Bruera —con el aval de once legisladores de diversos bloques— presentó el proyecto de Ley de Fomento a la Industria Cinematográfica y Audiovisual Santafesina, impulsado por las y los trabajadores del rubro para promover el crecimiento del sector y garantizar la conservación y difusión de las obras que se producen en Santa Fe. Ahora el texto está siendo tratado en comisiones, a la espera de obtener dictamen para ser debatido en la Cámara Baja.
Las personas, organizaciones e instituciones del sector audiovisual nucleadas en la Comisión de Ley de Cine de Santa Fe vienen trabajando desde 2021 para que nuestra provincia cuente con un marco legal que ampare y fortalezca una industria que crea empleo de calidad y genera valor directo e indirecto a través de la producción de bienes de un valor simbólico, cultural e identitario que excede lo meramente material. Nuestras películas hablan de quiénes somos y, a su vez, nos permiten descubrir quiénes somos.
En un país en el que los recursos se concentran casi exclusivamente en la ciudad de Buenos Aires, las políticas de protección y promoción regional resultan indispensables. Si otras provincias ya cuentan con normas similares, ¿cómo Santa Fe no va a tener su ley de cine? En diálogo con Pausa, Rubén Plataneo, David Eira Pire y Clara Sosa Faccioli, integrantes de Comunidad Audiovisual Santafesina, el grupo que viene militando el proyecto, contaron cómo surgió la iniciativa y por qué es imperiosa su aprobación.
—¿Cómo surgió el proyecto?
—Desde hace unos años, ante el acelerado proceso de desfinanciación de las actividades culturales, algunos cineastas locales vimos que era imprescindible tener una herramienta legal en Santa Fe que apoye la producción audiovisual. Analizamos las leyes de otros territorios y la nacional. Consultamos a distintos bloques de diputados, a sus asesores y abogados, y en el Mercado de la Industria Audiovisual Pulsar 2022 realizamos un encuentro de más de 80 realizadores de distintos puntos de la provincia y el país para consolidar el proyecto, que se presentó finalmente en marzo de este año.
—¿Por qué es importante que se sancione esta ley?
—Por cada peso que deja de gastarse en el fomento al sector audiovisual la economía pierde 5,4 pesos de valor bruto de producción. Es una industria muy rentable, que tanto en el país como en el mundo está en crecimiento, pero en nuestra provincia es muy pequeña: producimos menos de un sexto de lo que produce Córdoba, que hace años tiene su ley y atrae capitales tanto del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) como de las plataformas. Al no haber un incentivo local, la industria queda fuera de competencia para el fondo nacional: en 2022, la distribución de los montos asignados por el INCAA fue de un 87% para CABA, 6% para Córdoba y solo 1% para Santa Fe. Y lo mismo sucede con las plataformas, que optan por rodar películas y series donde ya hay una gran actividad previa gracias a los fondos estatales. La industria audiovisual genera muy poco impacto ambiental y reactiva otros rubros como el gastronómico, el hotelero, el textil, el del transporte o el de la música. En este sentido, un estudio de Deloitte calcula que de cada 100 personas empleadas en el rubro audiovisual se emplean entre 50 y 70 personas en otros sectores económicos. La ley también es fundamental para defender la soberanía de nuestros contenidos y retratar las historias que nos atraviesan como santafesinas y santafesinos, y para generar trabajo para los egresados de las seis instituciones públicas que existen en la provincia, para quienes es muy difícil insertarse en un mercado laboral prácticamente inexistente.
—¿Cuáles son los principales puntos de la ley? ¿Qué objetivos tiene?
—El objetivo primordial es impulsar la producción en sus diferentes etapas —desarrollo, producción, postproducción, distribución y conservación— a partir de la implementación de créditos blandos, subsidios, concursos y becas. En función de ello se propone la creación de un fondo de fomento cuya aplicación esté controlada por un consejo asesor de trabajadores del sector. También se plantea la creación de un festival internacional, de un archivo audiovisual y la reactivación de salas, entre otros valiosos aportes estratégicos.
—¿Cómo se sustentaría económicamente ese fondo de fomento?
—Se prevé que provenga del presupuesto general de la provincia, de la Caja de Lotería, y de los ministerios de Producción y de Cultura. Ese aspecto se terminará de definir cuando la ley se trate en la comisión de Presupuesto.
—Mencionabas a Córdoba. ¿En qué otras provincias existen leyes similares?
—Las más recientes son las de Entre Ríos y Jujuy. Córdoba, pero también Mendoza, San Luis, Misiones, Tucumán, Neuquén y Río Negro cuentan con sus propias normas. Y en otros lugares se han presentado proyectos recientemente.
—¿En qué estado se encuentra el debate en Santa Fe?
—Actualmente el proyecto se encuentra en la Comisión de Cultura. Ya tuvimos una primera reunión abierta con sus integrantes y fue muy auspiciosa. Luego deberá tratarse en las comisiones de Presupuesto y Asuntos Constitucionales para ser finalmente llevado a votación en el recinto. En cada instancia las y los diputados irán haciendo sus aportes y sugerencias en relación a la técnica legislativa. Paralelamente, estamos llevando a cabo charlas informativas respecto a la ley y a la situación audiovisual nacional en las instituciones educativas audiovisuales de la provincia. Felizmente, en cada una de ellas nos encontramos con un gran apoyo de estudiantes y docentes, que al igual que nosotros están deseosos de una pronta aprobación del proyecto.
Los pormenores de la ley
El punto neurálgico del proyecto es la creación del Fondo del Sistema de Fomento a la Actividad Cinematográfica y Audiovisual, cuyo monto total anual será destinado en un 80% al fomento directo a la producción de obras audiovisuales en todas sus etapas, un 5% para la realización del Festival Internacional de Cine de Santa Fe, un 5% para la Cinemateca Santafesina y un 10% para otras funciones y gastos. Además, se establece que los jurados que intervengan en la selección de proyectos en concursos, subsidios o créditos del fondo de fomento deberán conformarse respetando la equidad de género.
Por otra parte, la ley propone una batería de iniciativas entre las que se destacan la creación de una Cinemateca Santafesina y un Archivo Audiovisual Santafesino para la preservación y difusión del patrimonio cultural de la provincia; la realización del Festival Internacional de Cine y Artes Audiovisuales de Santa Fe; la institución de un Consejo Asesor de Cine dentro del Ministerio de Cultura –conformado por representantes de productoras, trabajadores, actores, directores y estudiantes y que respete la equidad de género-; la gestión de becas de estudio; el control del cumplimiento del cupo del 5% para obras santafesinas en cines comerciales, canales de televisión y plataformas online; la preservación de las salas y espacios de exhibición ya existentes y la apertura de nuevos.
En caso de ser aprobada, la implementación de la ley estará a cargo del Ministerio de Cultura en articulación con el de Producción, Ciencia y Tecnología; el titular de la Autoridad de Aplicación será designado por el Poder Ejecutivo en consulta con el Consejo Asesor.
En sus fundamentos, el proyecto destaca la contradictoria actualidad de la industria, debido a la creciente demanda de las audiencias por un lado y la deficitaria asistencia económica y financiera por el otro. Y explicita la necesidad de promover el desarrollo de la misma entendiendo que da lugar no sólo a una actividad económica reproductiva y ventana de exhibición y reconocimiento internacional, sino también a la afirmación de nuestra soberanía audiovisual. Además, “aporta un valioso capital simbólico al acervo cultural regional y nacional”.