Los humedales siguen en peligro

Foto: Pablo Benvenuto de Multisectorial Humedales

Organizaciones ambientales manifestaron su rechazo a la negativa de los sectores ruralistas de acatar el plan de manejo propuesto para las islas cercanas a Victoria, en Entre Ríos. Dialogamos con Javier Núñez, de Somos Humedal Victoria.

Organizaciones sociales y ambientales manifestaron su rechazo frente a la negativa de los sectores ruralistas de acatar el plan de manejo propuesto para la Reserva de Usos Múltiples (RUM) "Humedales e Islas de Victoria", que establece, entre otros puntos, limitaciones a la construcción de terraplenes, el ingreso de maquinaria pesada, la siembra y el alambrado de los arroyos. El programa es el resultado de un proceso que se extendió tres años y en el que participaron productores ganaderos, apicultores, pescadores, isleros, concejales y funcionarios municipales y provinciales; y si bien para el movimiento ambientalista es "perfectible", un grupo minoritario encabezado por la Sociedad Rural de Victoria consideró que se trata de una “cruzada ambientalista contra la producción sustentable de agroalimentos".

El Plan de Manejo es fruto de un proceso que comenzó en 2019 con la sanción de la Ley Provincial N° 10.671, que declaró a los Humedales e Islas de Victoria como área natural protegida bajo la modalidad de manejo de Reserva de Usos Múltiples. En un comunicado, organizaciones ambientalistas detallaron que en 2020 se creó el Comité de Promoción del Ordenamiento Territorial y Gestión de la Reserva de Usos Múltiples del Sector Islas de Victoria, una iniciativa de la Municipalidad de Victoria y de la Secretaría de Ambiente de Entre Ríos para construir una herramienta que permita ordenar y gestionar el territorio, en vistas al "acelerado deterioro y degradación del humedal, puesto de manifiesto en la quema de más de un millón de hectáreas". "La desenfrenada construcción de terraplenes busca transformar el humedal en una pampa agroganadera, trastocando su fisonomía y afectando su diversidad, al cortar los cursos de agua y desecar lagunas", señalaron, y añadieron que el ambiente también se ve afectado gravemente por "la pesca industrial depredatoria, la caza furtiva y la realización de fiestas masivas", entre otras intervenciones.

Finalmente, el Plan de Manejo preliminar fue presentado en una audiencia pública realizada el pasado 22 de junio. Según las organizaciones, el mismo no es "el 'mejor', no es el que nosotros pretendemos, pero sin embargo constituye un buen punto de partida para ordenar las diversas actividades en el territorio, equilibrando protección y producción". Sin embargo, representantes de entidades ruralistas, y en particular de la Sociedad Rural de Victoria, manifestaron su desacuerdo y adelantaron sus intenciones de no acatar el plan. "Sin pretender entrar en confrontación, no podemos dejar de advertir el asombroso contenido de la nota de la Sociedad Rural de Victoria", afirmaron los sectores ambientalistas, "entre otras cosas porque desde nuestra mirada el Plan de Manejo está hecho bastante a medida de las actividades productivas: que al 90% del territorio se lo haya asignado como 'zona de uso extensivo', y sólo el 2% sea destinado a zona intangible da buena cuenta de esto". Además, resaltaron que el plan "posibilita continuar realizando prácticas de producción de alimentos, con el plus de poder implementar mejores técnicas, más sustentables y sostenibles, por lo que no es verdad que el mismo contribuya a una inexistente 'cruzada ambientalista contra la producción sustentable de agroalimentos', como afirman en su nota". "Llama la atención la supuesta preocupación de la Sociedad Rural por lo agroecológico, cuando esta entidad no se ha caracterizado precisamente por fomentar este tipo de producción de alimentos", añaden.

El comunicado está firmado por 25 organizaciones ambientalistas y puede leerse completo acá:

Nota de Prensa - Plan de Manejo en PELIGRO 2023

"El humedal debe ser para todos"

Javier Núñez integra la organización Somos Humedal Victoria y brinda detalles sobre el plan que los productores no quieren obedecer: "Prohíbe los terraplenes, prohíbe el ingreso de maquinaria pesada, a menos que sea con permiso, prohíbe la siembra, los cortes y el alambrado de arroyos, distintos tipos de infracciones. Un grupo minoritario conformado por la Sociedad Rural y un grupo de empresarios dijo que estaba en desacuerdo y que no iba a acatar el plan. Nosotros si bien no lo vemos como el plan ideal, ya que tiene solo un 2% de zona intangible y lo demás es todo para actividades extensivas, sí entendemos que hay cosas para valorar. Tenemos la esperanza de que el plan sea un comienzo para empezar a cuidar y a implementar controles. Todo depende de eso, de si se van a llevar adelante los controles o no".

En relación al grupo que hoy se opone a la implementación del Plan de Manejo, Núñez considera que "son cuatro o cinco empresarios que han comprado tierra a un precio muy barato y pretenden sembrar, aterraplenar y sacar grandes ganancias: el tema es que si siguen terraplanando, sembrando o fumigando el agua, en menos de diez años no tenemos más humedal". "En Uruguay se están quedando sin agua, nosotros tenemos esta maravilla acá, ¿cómo no cuidarla?", agrega.

"Nosotros planteamos que el humedal debe ser para todos, y cuidándolo puede dar mucho trabajo a un montón de gente: guías de pesca, guías turísticos, pescadores comerciales, ecoturismo, apicultura, e incluso ganadería regulada por el río: cuando viene la creciente la hacienda se saca y cuando baja se vuelve", finaliza Núñez.

Los detalles del plan

La Ley Provincial N° 10.671 que declaró a los humedales como área natural protegida fue sancionada en 2019, pero recién se reglamentó en febrero, y los detalles de las actividades permitidas y prohibidas se publicaron en el Boletín Oficial la semana pasada. El texto destaca que las actividades realizadas en las Reservas de Usos Múltiples deberán llevarse adelante con “metodología social y ambiental no destructivas ni degradativas” a fines de alcanzar un desarrollo "sostenido y sostenible”.

Las actividades permitidas por el plan son conservación de la biodiversidad, investigación, educación ambiental, guarda y custodia, turismo sostenible, pesca sostenible, apicultura, producción pecuaria sostenible, producción agroecológica a escala de unidad productiva familiar, amarre fluvial de barcazas, servicios de bretes y corrales, actividades náuticas, servicios gastronómicos, residencia permanente y/o temporal y producción y venta de artesanías y manufacturas locales con base en materias primas del lugar.

Otras actividades estarán sujetas a una autorización previa: la subdivisión de la tierra, la circulación de vehículos terrestres motorizados, el almacenamiento de insumos, productos y subproductos, la producción y cría de especies no pecuarias, los "alteos" para ganado, la extracción de arena, el dragado, el uso de fuego, los eventos masivos y la caza de fauna silvestre.

Finalmente, se prohíbe en toda la zona comprendida por la reserva la construcción de terraplenes, polders, ataja repuntes, rellenos, aliviadores y “cualquier tipo de obra o la introducción de cualquier elemento en el territorio que interrumpa el flujo natural de las aguas o propenda a acelerarlas y/o retenerlas en donde naturalmente corren, o modifiquen su curso, cualquier sea el nivel hidrométrico”. También se prohíbe la interrupción del libre tránsito por los cursos de agua de la zona y del paso peatonal por todas las costas de los mismos, el acampe en los márgenes de cursos de agua, la agricultura industrial y la utilización de maquinaria, la producción animal intensiva y/o confinada, el ingreso y uso de agroquímicos, el uso del fuego para manejo de vegetación y/o residuo, la urbanización, la venta de combustible y su almacenamiento con fines de comercialización, los establecimientos industriales, el depósito y disposición final de residuos, las actividades mineras, el turismo de caza y la explotación forestal.

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