El trío de artistas y docentes de música, vuelve a Santa Fe para presentar su segundo disco, “Había una pez”, en el cierre de las vacaciones de invierno.
Un grupo enfocado a las infancias mediante murgas, chacareras (o “Chekereras”, em homenaje al instrumento utilizado) y los distintos ritmos latinoamericanos es un la premisa más básica, más llana, de hablar de la propuesta de Melocotón Pajarito en general, y en particular de Había una pez, su segundo álbum, el que van a presentar este sábado 29 en el Teatro Municipal en el ocaso de las vacaciones invernales en Santa Fe.
El trío, conformado por Matías Iván Schurjin, Demian Pozzo y Felicitas Camardon Guerrero, consigue destacarse en el panorama musical infantil con una propuesta nutrida con la experiencia que le dan sus años como docentes. En una entrevista para Pausa con Demian Pozzo, ahondamos sobre cómo hacen para encontrar el equilibrio entre su labor en las aulas y sus carreras artísticas: "Hacemos malabares para poder equilibrar nuestras actividades docentes con la agenda del grupo. Es un desafío, pero nos nutrimos de ambas experiencias y nos permite conectar de manera única con el público en cada presentación".
La formación docente en música de los integrantes de Melocotón Pajarito ha sido fundamental para enriquecer su propuesta y conectar de manera única con el público infantil. Esta combinación de experiencia docente y pasión por la música ha dado como resultado un enfoque educativo y entretenido que cautiva tanto a niños como adultos.
En ese sentido, remarcan que la gimnasia diaria del aula les dio insumos más allá de las destrezas musicales que resultan utilísimos al momento de enfrentarse a la audiencia: “Son dos actividades que se retroalimentan, claro. Por ahí el hecho de ser docentes arriba del escenario nos da herramientas como de manejo de público y de reacción, a atender qué pasa en cada momento, porque todos los públicos son distintos. Y también al revés, después de haber pasado por el escenario, cuando uno vuelve al aula vuelve distinto y te volvés con ideas, inspirado y eso también te permite transmitir algo diferente a los chicos, más allá de los conocimientos formales o que sigan una consigna y que tiene que ver más con conectarse con su creatividad”.
Y fue una conversación casual, justamente, la que selló un poco la tónica y el nombre del grupo: "Melocotón Pajarito surgió hace mucho tiempo cuando nos reunimos para pensar en el nombre del grupo. Uno de nosotros quiso decir 'me lo contó un pajarito' y le salió 'Melocotón Pajarito' y ¡nos encantó! porque esa confusión reivindica el error y porque nos dio mucha risa", revelan, dando evidencia de la espontaneidad y el sentido lúdico que los caracterizan.
La propuesta del trío se basa en el juego con las palabras, la musicalidad y la rima potenciada por la riqueza de la percusión, muchas veces apoyadas por coreografías que involucran al público. "Queremos que cada canción sea una oportunidad para explorar la tradición musical latinoamericana y sumergirse en una experiencia educativa y divertida", enfatiza Pozzo.
Con su segundo álbum de estudio, titulado Había una pez, Melocotón Pajarito invita a los oyentes a un viaje por las distintas formas de la música tradicional latinoamericana. El álbum, que también incluye la edición del libro homónimo, ofrece una propuesta cargada de colores, juegos y una fusión de ritmos provenientes de diversos países de la región, combinando danza, teatro y canciones para crear un pequeño mundo escénico para cada tema. El espectáculo resultante es apto para toda la familia e invita al canto, al baile y a la exploración, a hacer percusión con las manos en las piernas o en la panza, a través de dinámicas lúdicas, rompiendo las barreras entre artistas y público.
La variedad de instrumentos y ritmos latinoamericanos presentes en el álbum se elige en función de varias cosas: “Hay que resolver con poquitos recursos armar una canción y que suene todo que suene la voz líder que suenen los coros que suene el acompañamiento armónico, que esté la percusión y que, al mismo tiempo, nos permita hacer una propuesta escénica atractiva, si hay que moverse en el escenario no podemos estar recontratados a un instrumento”. Además de las voces y las guitarras, se destacan el matófono (instrumento hecho con un mate de calabaza), el cajón peruano, la tabla de lavar, el kass kass (de origen africano), el bombo legüero y el chékere (instrumento de calabaza con una red tejida con semillas), entre otros accesorios de percusión.
Melocotón Pajarito se ha convertido en un referente en el género de la música infantil, ganando reconocimiento y elogios tanto de la crítica como de un creciente número de seguidores. Su propuesta artística original y de calidad ha dejado una huella en la escena musical y ha demostrado el impacto positivo que la música puede tener en el desarrollo y la educación de los más pequeños.
En esta oportunidad, Melocotón Pajarito se presentará en el Teatro Municipal 1° de mayo (San Martín 2020) el sábado 29 de julio desde las 16, ofreciendo una salida musical para toda la familia. Las entradas se venden a 500 pesos en la boletería del teatro, de lunes a sábados de 9 a 13 y de 17 a 21, domingos de 17 a 21.