Según los últimos datos del Indec, en mayo hubo una mínima recuperación del salario real de los trabajadores registrados, sobre todo los públicos. El poder adquisitivo de los no registrados, en caída libre.
En lo que va del año, los salarios registrados privados llevan una pérdida del poder adquisitivo del 1,9%, los salarios públicos están para atrás en 0,3% y los no registrados se hunden: en cinco meses la retracción del salario real es de 7,7%. En mayo, último dato disponible, la inflación fue de 7,8% y los salarios públicos subieron 8,5%, los privados 8,1% y los no registrados apenas 3,2%.
Según el Indec, el 2023 arrancó con una inflación del 6% en enero. Los salarios privados subieron un 4,6%, los públicos un 3,9% y los no registrados un 6,7%. Así, ya de movida, el año arrancó para atrás para las dos terceras partes de los trabajadores. Los no registrados tuvieron una mínima recuperación, pero son el sector que más viene perdiendo en los últimos años.
En febrero, hubo una leve mejora en los salarios privados, registrados y no registrados, y una fuerte caída en los salarios públicos. La inflación fue de 6,6%, mientras que los aumentos de bolsillo fueron de 6,9% en los privados registrados, 3,8% en los públicos y 7,1% en los no registrados. Así va la evolución del poder adquisitivo en lo que va de 2023.
Ya en marzo, la inflación marcó un pico de 7,7%. Sin embargo, paritarias mediante, los salarios registrados públicos tuvieron una suba del 16,3% y los privados del 7,9%. Ambos le ganaron a la inflación. Para atrás quedaron, otra vez, los no registrados, que apenas se incrementaron un 6,1%.
En abril, la inflación voló al 8,4%, mientras que los salarios públicos subieron 4,1%, los privados registrados un 6,9% y los no registrados 4,8%. Otra vez, en abril todos los ingresos de los trabajadores quedaron por abajo de la inflación.
El resultado final de 2022 no fue bueno. Si bien los salarios públicos en todo el año tuvieron una mínima recuperación, se pasaron todo el año corriendo desde atrás. Los privados también y, además, quedaron perdiendo. Y la situación de los no registrados en 2022 fue de total pérdida.
Ocho años para atrás
Desde que llegó Macri al poder, los trabajadores privados registrados llevan perdido el 20,9% de su poder adquisitivo y los públicos el 23%. Durante la gestión de Alberto Fernández el poder adquisitivo no cayó con la misma brutalidad que durante la gestión de Mauricio Macri, pero siguió en su camino descendente. Es fácticamente imposible recuperar el daño que se inició con la llegada del macrismo.
Que el porcentaje no confunda. Una caída del 20% del poder adquisitivo de un salario registrado equivale a no cobrar el aguinaldo y perder un sueldo y un poco más en el año. Es muchísimo.
La caída no es pareja. Durante el macrismo el poder adquisitivo se recuperó notablemente en las proximidades de la elección de 2017, que el oficialismo ganó, aunque nunca llegó a los niveles de 2015 (su "mayor" logro fue que los salarios privados quedaran 2,7% abajo de 2015). La mayor pérdida del poder adquisitivo se produce entre 2017 y 2019. La caída es abrupta.
La gestión de Macri terminó con una caída del 20,8% del poder adquisitivo de los privados registrados y de 23,6% de los públicos.
Actualmente, la mayor pérdida de poder adquisitivo durante la gestión de Fernández se observa en quienes tienen salarios no registrados, que acusaron el impacto de la segunda ola del coronavirus y nunca se pudieron recuperar. Los no registrados perdieron el 23,6% de su poder adquisitivo desde 2019 y los privados registrados perdieron el 2,2%. Los públicos están más defendidos por las paritarias, queda a mayo de 2023 apenas un 0,1% abajo de diciembre de 2019
Los trabajadores públicos perdieron poder adquisitivo durante más tiempo, sobre todo desde junio de 2020, pero los no registrados son los que más perdieron. No parece haber políticas específicas para este sector, el más precarizado, que representa a un tercio de los asalariados