Según los últimos datos del Indec, durante la gestión Fernández los salarios registrados van corriendo desde atrás pero empatando con la inflación. Los no registrados se hunden. Qué pasó a partir de 2015.
En junio, último dato disponible, la inflación fue de 6% y los salarios públicos subieron 6%, los privados 5,7% y los no registrados un 7,5%. En lo que va del año, los salarios registrados privados llevan una pérdida del poder adquisitivo del 2,2%, los salarios públicos están para atrás en 0,3% y los no registrados están hundidos: en seis meses la retracción del salario real es de 6,4%.
Y el resultado final de 2022 no fue bueno. Si bien los salarios públicos tuvieron una mínima recuperación, se pasaron todo el año corriendo desde atrás. Los privados también y, además, quedaron perdiendo. Y la situación de los no registrados en 2022 fue de total pérdida.
Perder durante ocho años
En comparación con 2015, cuando Juntos por el Cambio llegó al poder, los trabajadores privados registrados llevan perdido el 20,4% de su poder adquisitivo y los públicos el 22,6%. Los trabajadores no registrados, cuyos datos de salario se publican desde noviembre de 2016, llevan una retracción acumulada de 40,9%.
Durante la gestión de Alberto Fernández el poder adquisitivo no cayó con la misma brutalidad que durante la gestión de Mauricio Macri, pero siguió en su camino descendente. Es fácticamente imposible recuperar el daño que se inició con la llegada del macrismo.
Que el porcentaje no confunda. Una caída del 20% del poder adquisitivo de un salario registrado equivale a no cobrar el aguinaldo y perder un sueldo y un poco más en el año. Es muchísimo.
La caída no es pareja. Durante el macrismo el poder adquisitivo se recuperó notablemente, sobre todo en los no registrados en las proximidades de la elección de 2017, que el oficialismo ganó, aunque nunca llegó a los niveles de 2015 (su "mayor" logro fue que los salarios privados quedaran 2,7% abajo de 2015). La mayor pérdida del poder adquisitivo se produce entre 2017 y 2019. La caída es abrupta.
La gestión de Macri terminó con una caída del 20,8% del poder adquisitivo de los privados registrados y de 23,6% de los públicos. Los no registrados perdieron 22,6% con Macri.
Actualmente, la mayor pérdida de poder adquisitivo durante la gestión de Fernández se observa en quienes tienen salarios no registrados, que acusaron el impacto de la segunda ola del coronavirus y nunca se pudieron recuperar. Los no registrados perdieron el 22,5% de su poder adquisitivo desde 2019 y los privados registrados perdieron el 2,5%. Los públicos están más defendidos por las paritarias, quedan a junio de 2023 apenas un 0,1% abajo de diciembre de 2019
Se nota así una desigualdad muy marcada. El conjunto de los trabajadores perdió de forma compacta el poder adquisitivo durante el macrismo. Durante el gobierno de Fernández, los trabajadores con sindicatos y convenios colectivos mantuvieron, a duras penas y corriendo desde atrás, el poder adquisitivo. Durante los últimos cuatro años, los trabajadores no registrados quedaron completamente sueltos y desenganchados. Es un dato que electoralmente no se puede obviar.