El informe elaborado por el INDEC indica que una familia de cuatro personas necesitó $248.962 para no ser pobre, y $111.642 para no caer en la indigencia.
La canasta básica, tanto alimentaria como total, aumentó un 7,1% en julio, acelerándose respecto al mes previo, aunque con una cifra que será sin dudas menor a la que sobrevendrá en agosto luego del impacto de la última devaluación sobre el dólar y que el Gobierno buscará contener con la renovación de los acuerdos de precios.
El costo de la canasta básica total (CBT), que además de alimentos mide precio de la indumentaria, transporte y servicios, marcó que una familia de cuatro personas necesitó contar con ingresos por $248.962 para no caer debajo de la línea de la pobreza, reveló este jueves el Indec.
En tanto, el mismo grupo familiar necesitó $111.642 para no caer en la indigencia, que toma como referencia el valor de la Canasta Básica Alimentaria (CBA).
De este modo, ambas canastas se aceleraron en julio. Mientras que la total creció 0,4 puntos porcentuales más que en junio, la suba fue mucho mayor, de 1,9 puntos, en el caso de la alimentaria.
Se trató de un aumento incluso mayor al de los alimentos y bebidas del IPC que el propio Indec dio a conocer el martes pasado, de 5,8%. Es decir, los alimentos básicos subieron en precio más que la canasta de alimentos en general, por encima, de hecho, del promedio inflacionario del mes pasado, de 6,3%.
En el mismo sentido, en lo que va del año la CBA subió 66%, tres puntos más que la CBT, mientras que en el último año lo hizo dos puntos por encima, con un 125,7%.