A.N.I.M.A.L vuelve a Santa Fe en el marco de la gira que celebra sus 30 años de trayectoria. Pausa dialogó con su cantante y guitarrista, Andrés Giménez, sobre el presente y futuro de una de las bandas más legendarias del metal argentino.
A.N.I.M.A.L vuelve a tocar en Santa Fe, en el marco de la gira que celebra sus 30 años de trayectoria y que los llevará por diversos puntos en todo el país. La cita será el próximo viernes 8 de septiembre a las 21 en Tribus, y promete un recorrido extensivo por la discografía de la legendaria banda de metal alternativo. Pausa dialogó con Andrés Giménez, cantante y guitarrista, sobre el presente y futuro del grupo y qué puede esperar su público de cara al show, que promete "un tinte emocional" incomparable.
—¿Qué sienten al estar encarando una gira por sus 30 años?
—La verdad que estamos celebrando algo que es muy difícil, 30 años de vida de una banda. Es algo que al principio uno sueña, y hoy es una realidad, y lo festejamos de la manera que más nos gusta. Van a ser shows muy emotivos, porque pasaremos por un repertorio muy amplio, por canciones que hace muchos años venimos tocando y otras que no tocamos tan habitualmente. Eso le da un tinte muy emotivo para nosotros y se refleja también en la gente.
—30 años es una bocha, ¿imaginaban cuando arrancaron llegar a esa cifra?
—Yo soñé toda la vida que la banda de mi vida sea A.N.I.M.A.L. Pasamos por diferentes momentos, por separaciones, idas y regresos de integrantes, cambios de formaciones, alegrías y tristezas. Y hoy te ponés a pensar y decís "bueno, acá estamos". Es alucinante para mí, que estoy desde el principio, ver que estoy compartiendo la banda con dos amigos que me dio la vida como es Cristian Lapolla y Marcelo Castro. El otro día nos pusimos a recordar el primer ensayo que hicimos juntos, que fue en el 2000, y hoy estamos en el 2023, ¿entendés? Hace 23 años que estamos juntos con esta formación, es una locura. Pasó muy rápido, ¿no?
—¿Qué cosas sentís que cambiaron en estos 30 años y qué cosas se mantienen más o menos igual en cuanto a tu relación con la música?
—La apertura que fue teniendo A.N.I.M.A.L, mi cabeza y mi alma sobre la música en general fue mucho más amplia. Cuando uno tiene 15 años, la rebeldía pasa por un lado mucho más extremo. A los 25, esa rebeldía tiene otro tinte más serio. Y cuando uno tiene 45, toda esa rebeldía es algo más pensado. Hoy yo tengo 56 años y nuestra rebeldía pasa por brindar felicidad, amor, música, respeto, hermandad. No nos olvidamos de decir lo que sentimos, ni de luchar por lo que soñamos, ni de pelear contra lo que nos dolió y nos sigue doliendo hasta el día de hoy; pero lo hacemos de otra forma, no tan visceral sino más racional y emocional.
—Y quizás eso, como acto de rebeldía, tiene una potencialidad mayor.
—Totalmente. A veces el silencio hiere más que mil palabras. No, a veces no: creo fehacientemente que el silencio hiere más que mil palabras. Es eso, saber entender también el silencio. Cuando es más joven te lo dicen tus viejos y vos decís "¿qué me estás diciendo?", pero después cuando vas creciendo te das cuenta de que lo que te decían era muy cierto. De eso se trata la vida.
—¿Creés que treinta años después sus letras siguen teniendo vigencia en relación a las problemáticas políticas y sociales, o, como vos decías, a las cosas que les dolían y que siguen doliendo?
—Yo siento que las letras de A.N.I.M.A.L son totalmente contemporáneas. Es algo que por un lado me asombra y por otro no, y a la vez me pone muy triste. Las canciones que cantábamos en el 93, si las hubiésemos escrito hoy en día, estarían vigentes. Creo que eso no está bueno, porque nosotros las escribimos para ver si había algún despertar y no de parte de la gente, sino de parte del poder que maneja el mundo, y nos damos cuenta de que no hubo ningún despertar, ninguna conciencia por parte de las personas que tienen poder real. Todo involucionó y sigue involucionando, no entre los seres humanos solamente, sino también en la naturaleza y la tierra. Hacemos todo para destruir, no para construir., y es algo que duele porque somos parte de esto, yo también soy parte de esto. Me hubiera gustado que nuestras letras sean un buen reflejo de un momento y no de un momento actual.
—¿Qué opinas de la situación actual de los pueblos originarios, particularmente en Jujuy, pero también en otros lugares, que siguen luchando por el derecho a la tierra y contra los atropellos de los gobiernos?
—Como te dije antes, es muy triste que hayamos cantado en el 93 o 94 "Solo por ser indios", "Raza castigada", "El nuevo camino del hombre", miles de canciones, y que al día de hoy los pueblos originarios sigan con las mismas problemáticas que nadie reconoce. A la gente que tiene el real poder no le importa. Es muy triste, loco, porque no piden nada más que dignidad, y la dignidad no se le niega a nadie. Pero creo que hay que seguir luchando, porque cuando un pueblo calla, pierde. Entonces hay que seguir siempre con las convicciones, luchando por lo que es de uno.
"Tratamos de buscar la diversidad"
El año pasado, A.N.I.M.A.L lanzó "Íntimo extremo", su décimo álbum de estudio, en el que reversionan 15 clásicos de su carrera con la colaboración de un extenso elenco de invitados de toda Latinoamérica: Andrés Calamaro, Lali, Los Auténticos Decadentes, Abel Pintos, Enrique Bunbury, Juanes, Neo Pistea, Ca7riel, Lula Bertoldi, Agarrate Catalina yAlejandro Lerner, entre muchos otros referentes de los más diversos géneros.
—Pasando al plano musical, ¿cómo surge la idea de Íntimo Extremo, una iniciativa zarpadísima y con mucho laburo detrás?
—Nace de una locura mía. Yo quería reversionar canciones de la historia de A.N.I.M.A.L con máquinas, con otro tipo de lenguaje, con una apertura musical que ya habíamos tenido en discos anteriores, como cuando hicimos "5 siglos igual" con León Gieco, o "Mañana en el Abasto" con Ricardo Mollo. En la época en la que volvió Martín, en la época de "Combativo" trabajamos mucho con máquinas, pero quería darle un lenguaje bien fuerte con máquinas y arreglos de teclado, algo que nunca habíamos trabajado al 100%. Empezamos a trabajar en las canciones, y cuando ya teníamos todo grabado, un día estaba escuchando "Combativo" y se me vino a la cabeza la voz de un amigo que quiero mucho y que es un artista impresionante, que es Enrique Bunbury. Entonces se lo dije a los chicos y se los canté como lo cantaría Enrique: "hoy más que ayer el querer es poder", todo así histriónico como es Enrique, ¿no? Y me dicen, "¿vos estás loco?". Lo veían imposible. "Bueno, yo creo que es posible, somos amigos", dije. Y lo llamé ahí en el estudio, en ese mismo momento. "A ver, cantame lo que te imaginás, Andrés", me dijo, y le puse la canción por altavoz y le canté. Cuando terminé me dijo "tío, gracias por pensar en mí. Me voy a poner mi mejor traje de A.N.I.M.A.L para dejar todo lo mejor en esta locura hermosa". Y así empezó. Así nació invitar a Toby, a Draco, a Juanes, a Rubén de Café Tacuba, al Roco de la Maldita Vecindad, a Lerner, a León, a Andrés Calamaro, a los Agarrate Catalina, a Lula de Eruca, a Neo Pistea, a Ca7riel, a Santi Cruz de Colombia, a Matamba de Bolivia, a Lucybell de Chile, a Lali, que es una amiga, a Chizzo de La Renga, a Álex Lora de El Tri. Así con todos.
—Un elenco tremendo, y muy diverso.
—Lo que traté de buscar, justamente, era eso, la diversidad. No solamente artistas de rock, sino de melódico, de pop, de murga, porque A.N.I.M.A.L siempre fue una banda con una apertura de cabeza impresionante. Nosotros grabamos "Highway to hell" con Lemmy Kilmister de Motörhead y "5 siglos igual" con León Gieco, nunca tuvimos prejuicios en ese sentido. Y además la vida nos regaló la posibilidad de que todas estas personas a las que invité por teléfono sean amigas y fanáticas de A.N.I.M.A.L, y de poder trabajar con amigos y seguir rompiendo esquemas. Sabíamos que el disco iba a irritar a los fervientes seguidores más cerrados, porque es lógico, pero también sé que con el paso del tiempo, ellos lo van a apreciar y van a entender que fue un disco histórico.
—Sí, por ahí se habla de una forma muy despectiva sobre la escena actual, y se dice que todo tiempo pasado fue mejor, pero algo que noto y que vos también mencionás es que creo que hay menos prejuicios que antes. Hay cada vez más colaboraciones entre artistas cada vez más distintos entre sí, más reversiones, más búsqueda de sonidos nuevos, de experimentar. Creo que hoy hay una apertura más grande que hace 30 años, por ejemplo, cuando quizás sí había más prejuicios y era todo más cerrado, una banda hacía un género y no se podía ni ver con otra que hacía otro género. Hoy hay más cruces y eso está buenísimo.
—Yo creo que esa es la clave del crecimiento. Si todo el tiempo es pan con pan termina siendo comida de zonzos. El cruce de talentos, de emociones, de sonidos, y jugarse por cosas que te requiere el alma es lindo, hace que la hermandad crezca. Para mí es super importante poder haber hecho ese disco, me parece impresionante.
Un show emocional
A.N.I.M.A.L vuelve a Santa Fe en el marco del Tour 30 años que celebra sus tres décadas de trayectoria, y que los llevará por diversos puntos del país. En nuestra ciudad se presentarán en Tribus Club de Arte el viernes 8 de septiembre a las 21. Las entradas se pueden conseguir en la boletería de Tribus (miércoles a domingo de 18 a 24) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos).
—Hacia el futuro, ¿qué nuevos desafíos y proyectos tienen con la banda, luego de la gira?
—Seguramente grabar un disco nuevo. Tenemos muchas ganas de ya empezar a trabajar en canciones nuevas, yo ya estoy empezando a grabar ideas. Me quiero juntar con los chicos, empezar a ver si estamos de acuerdo y tirar todos para ese mismo lado. Recién estoy en el momento de la composición, empezando a buscar, a hurgar en riffs, en sonidos, en ideas, en tiempos, en letras. Todo lleva un trabajo lógico y hay que respetar los tiempos.
—¿Qué le dirías al público que te va a ver el próximo viernes 8 de septiembre acá en Santa Fe?
—Invitarlos, va a estar buenísimo el show, y quería aclarar algo que es importante: el show de 30 años no es el show de Íntimo extremo. Pasamos canciones de ese disco, pero hay un montón de canciones que no. No quiero deschavar de qué se trata el show, pero hay un montón de canciones que hacen que tenga otro tinte, un tinte emocional muy bonito.