El triunfo de Clara García en la categoría de Diputados fue uno de los puntos altos de la elección. El socialismo pudo haber quedado en la lona, pero encara un futuro de reconstrucción. ¿Qué rol tendrá en el Ejecutivo?
Antes de las primarias pudo haber sido mucho más, después de las primarias también pudo haber sido prácticamente la nada. La emoción de Clara García, en el búnker de Unidos, hizo evidente la tensión que se vivía en el socialismo de cara a esta elección. Sin chances de disputar una ciudad grande –tras la derrota de Emilio Jatón en las primarias– el partido de la rosa se jugaba todo en la categoría de diputados. El tiro salió bien.
Con el triunfo en la categoría, que se gozó a pleno porque el derrotado fue el gobernador Omar Perotti, entran 13 diputados del socialismo, entre los propios y los de Antonio Bonfatti. Si se suma a Rubén Giustiniani, de Igualdad y Participación, son 14. Y con Claudia Balagué, segunda en la lista de Carlos Del Frade, son 15.
No se sabe qué sucederá con esa fragmentación en cuatro partes, que se inició con la partida de Giustiniani en 2015. Las heridas son muy viejas y muy profundas. Tras todo el proceso, el espacio interno de Clara García quedó claramente favorecido. Sin recuperar la unidad no alcanza, no obstante, para un reverdecer que pueda llevarlos otra vez a liderar la política como en los 12 años del Frente Progresista. Se vienen años en los que el socialismo tendrá un rol de acompañamiento.
Es contrafáctico, pero no puede evitarse la certeza. Otra hubiera sido la realidad si Miguel Lifschitz no hubiera fallecido de coronavirus, en mayo de 2021. El ex gobernador ordenaba el espacio completo, lideraba la Cámara de Diputados con mayoría propia y avanzaba abiertamente en el armado de una nueva postulación. Clara García lo recordó hoy al momento de votar.
El apoyo decidido a la candidatura de Maximiliano Pullaro jugó en favor del espacio. Hasta en las primarias dejaban entender una preferencia por el radical antes que por Losada. El socialismo aportó mucho más empuje que el PRO en toda esta contienda. La pregunta surge sola: ¿cuántos y cuáles serán los ministerios que el radicalismo le dará a sus socios?