50 niñes asisten a Naponqá ("lugar de encuentro" en qom) a talleres de cerámica, bioconstrucción y fútbol. El sábado pasado sufrieron un nuevo robo y se llevaron hasta las ventanas. Dialogamos con Gladis Jara, vecina y mediadora cultural del barrio.
Naponqá significa "lugar de encuentro" en qom y es el nombre de un espacio comunitario creado y sostenido por vecinas y vecinos de Las Lomas, en el noroeste de la ciudad de Santa Fe. Surgió durante la pandemia, a partir de una serie de rondas entre el equipo del centro de salud del barrio y mujeres de la comunidad qom, y fue construido con el acompañamiento de dicha institución y con el sustento del programa provincial Santa Fe Más. Hoy asisten allí personas de todas las edades, incluyendo alrededor de 50 niñes, para participar de talleres de cerámica y bioconstrucción y practicar fútbol; también se dictan clases de panadería, pero en otro lugar, ya que Naponqá aun no está acondicionado para tal fin.
El sábado pasado sufrieron un robo en el que se destrozó una pared y perdieron ventanas, una garrafa, una pava eléctrica, un anafe, juguetes y sillas infantiles, entre otros elementos; desde la comunidad denuncian que los hurtos son reiterados y que, a pesar de que la situación se ha agravado en el último tiempo, la respuesta del Estado y la policía es inexistente. Pausa dialogó con Gladis Jara, mediadora cultural y traductora en el centro de salud de Las Lomas.
—¿Cómo surgió el espacio?
—Lo empezamos a proyectar con varias mujeres a partir de los talleres del programa Santa Fe Más, de Desarrollo Social de la provincia. Se armó un grupo de pibas que jugaban a la pelota y armaron su equipo de fútbol. Jugaban en una cancha que se había armado en un descampado, y empezaron a manifestar que necesitaban ir al baño y no podían, que a la hora de cambiarle los pañales a sus hijos no podían hacerlo a la intemperie, cosas así. Al principio eran 10 pibas, y después se fueron sumando más, y de a poco pudimos construir un espacio, un salón comunitario que bautizamos "Naponqá", que en castellano significaría "lugar de encuentro". como Naponqa, que en castellano sería lugar de encuentro.
—¿Y qué actividades realizan?
—Funcionan talleres de cerámica y bioconstrucción y una escuelita de fútbol. Son para todas las edades. También hacemos otras actividades, como los festejos del Día del Niño.
—¿Qué situación están atravesando ahora con los robos?
—Este año ya habíamos sufrido un robo en abril y la semana pasada ingresaron dos veces. La última fue el sábado pasado: se llevaron las dos ventanas, una garrafa, el anafe, la pava eléctrica, el equipo de mate, juguetes y sillas de los peques, los productos que hacen en el taller de cerámica y un montón de otras cosas que son de utilidad cotidiana para los chicos. Hasta ahora no pudimos recuperar nada.
—¿Y esto es algo que se está dando en todo el barrio?
—Sí, lastimosamente se ha liberado todo el barrio y están ocurriendo muchísimos robos, no sólo en Naponqá, también se han llevado un montón de cosas del centro de salud. Es constante. Vos llamás a la policía y te dicen "bueno, sí, voy", los tenés que llamar de nuevo y nunca vienen. En Boneo y Camino Viejo, los efectivos que están trabajando ahí dicen que no se pueden meter sin una orden de arriba. La policía está ahí pintada y nos termina perjudicando a nosotros, que laburamos en el barrio para poder implementar otra cosa que no sea lo que hay en la cotidianidad, que es el consumo que afecta a todos los pibes y pibas.
—¿Y cuál es la respuesta del Estado frente a esta problemática? Si es que hay alguna.
—No hay ninguna. Dicen "bueno, sí, vamos a hablarlo con tal", y pasan los días y no pasa nada. A nosotros nos cuesta muchísimo poder recuperar una pava, una jarra o un bidón para cargar agua, porque todo lo sostenemos a pulmón. Y la policía no aparece directamente. Tampoco se ven patrulleros en el barrio. Pero a pesar del daño queremos seguir sosteniendo este espacio y cuidarlo entre todos.
—¿Cómo se puede colaborar?
—Si a alguien le sobra una garrafa, un anafe, una pava para los chicos, cualquier elemento es de gran ayuda. Los talleres los estamos sosteniendo igual, pero nos está costando recuperar esas cosas.
Naponqá recibe donaciones de ventanas, garrafas, anafes, pavas eléctricas, equipos de mate, juguetes y cualquier otro elemento de utilidad. Si querés colaborar, podés comunicarte al 0364 4521104.