El actor reconocido por sus papeles en telenovelas regresa al teatro con una comedia filosófica sobre la identidad. La obra se presentará el viernes 20 de octubre a las 21 en el Centro Cultural Provincial.
Fabián Vena nació un 10 de agosto de 1968 en Buenos Aires, “cerca de uno de los bordes de la General Paz”, como él dice, y ese borde es el barrio Mataderos. A lo mejor había algún link atávico entre el equipo del barrio al que le reserva un cariño especial, Nueva Chicago, y su destino de actor. Si bien su cara es sinónimo de la telenovela argentina de los ‘90 y los 2000 él se autopercibe un bicho del teatro, “de toda la vida” remarca en charla con Pausa.
En la obra que lo trae este viernes 20 al CCP Paco Urondo, un profesor de filosofía expulsado de la universidad se refugia en la clandestinidad para impartir sus seminarios. En estos encuentros, el hombre aborda temas controversiales como las 5 virtudes humanas, los 5 cañones del futuro y los 5 jinetes del apocalipsis. Su propuesta, que interpela al protagonista y al público, cuestiona los valores y las creencias de la sociedad.
Quién soy yo, entonces, es un unipersonal, una comedia filosófica con dramaturgia de Daniel Cúparo y Carlos La Casa, protagonizada y dirigida por Vena da su clase de filosofía sin más remedio que agarrar lo que tiene a mano para poder ejercer: “Una de las cosas que más me fascinan de este seminario son las limitaciones que tiene por tener que dar su clase en un sótano de la Facultad de Medicina. Entonces se pone en juego el aspecto filosófico de tener que arreglárselas con lo que hay: un estetoscopio, un esqueleto, sí, pero también desde la puesta, en la que ponemos a jugar con todos los lenguajes artísticos, tanto en el vestuario como en la escenografía, las luces, la música… es una exploración de todas las posibilidades, pero siempre dentro de unos márgenes muy marcados, ¡no me puedo hacer tanto el loquito!”, aclara entre risas.
El título es existencialista y tiene peso específico tanto para el Profesor como para el Fabián Vena de hoy que, mirando para atrás, reconoce que encarnar distintos personajes fue su manera de encontrar quién es él mismo: “Hoy... ¡varios años después! Fui capaz de reconocer cuál fue el momento en el que empezó todo y fue en un acto a mis cinco o seis años de edad, haciendo de Sarmiento en la escuela. Después, a los 13, cuando empecé a estudiar teatro, me di cuenta de que actuar para mí era sanador porque salía de las clases y todo lo malo del día ya no me dolía, me decía ‘ah, pero esto no es tan grave, mañana lo charlo, hago así y asá y lo soluciono’. Esa sensación la conservo al día de hoy, la perspectiva desde un mundo paralelo, fijate qué paradójico: donde no hacen falta las máscaras sociales.”
La banda del Golden Rocket, Verdad Consecuencia y Resistiré son algunos de los títulos que le abrieron a Fabián Vena las puertas del reconocimiento (Martín Fierro, un Kónex…), no solamente por sus performances personales, no únicamente porque se trató de ciclos exitosos y con cierto prestigio, sino porque además movilizaron a audiencias muy grandes y porque marcaron época. Canchero, sensible, líder new age y villano, con cada una de sus encarnaciones Vena fue ganando más y más crédito en un rubro, la ficción argentina, que está mudándose de la televisión hacia los servicios de streaming, resignificando su lugar en el mundo, como el propio Profesor lo hace en Quién soy yo.
“Como espectadores la van a pasar tan bien como yo desde arriba, que juego mucho con la coreografía del docente, le insinúo a la sala una participación como si fueran mis alumnos realmente, pero no tengan miedo que no les voy a hacer ninguna pregunta. Muchos casos me han comentado que salen un poco transformados y la verdad que yo siento y hago todo lo posible para que así sea. Yo estoy enamorado de esta obra y mi objetivo es que cuando vuelvan a su casa y se miren al espejo lo hagan con otra perspectiva.”
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